Ekintza Landa Artxanko, Amaia Etxarte Iturralde, Miren Aranoa Astigarraga y Esther Korres Bengoetxea
EH Bildu

CP Sarriguren, es hora de tomar decisiones

Tremenda la paciencia que desde sus inicios se han visto obligadas a tener las familias de la escuela pública de Sarriguren. Vivieron la implantación de un programa lingüístico llamado TIL del que nunca se supo gran cosa y que sin tiempo a desarrollarse se convirtió en el actual PAI por arte de birlibirloque y sin contar con nadie.

Han visto cómo la matriculación subía de año en año de forma exponencial, cómo mientras los recursos no llegaban el centro se masificaba hasta llegar a los actuales casi 1200 alumnos y alumnas. Ven, todavía hoy, cómo a base de parches se pretende solucionar la falta de espacio e infraestructuras contra la que las familias siguen luchando. Pero no verán, según parece, a corto plazo cuál va a ser el futuro organizativo del centro. La próxima semana dará comienzo el periodo de pre-matriculación para ésta y otras escuelas y hay cuestiones esenciales que siguen en el aire.

La realidad es que para el curso 2016/2017 el CP Sarriguren IP contará con dos edificios independientes para albergar a su alumnado que se calcula rondará los 1400 niños y niñas, y corresponde ahora al Departamento de Educación definir el carácter de éstos. Las opciones, realmente, son pocas, y para nosotras no hay duda: hay que hacer una clara apuesta por la inmersión lingüística. El modelo D es el único que garantiza esta inmersión y, tanto criterios pedagógicos como lingüísticos avalan, junto con la dilatada experiencia de este modelo educativo, que se trata de una enseñanza plurilingüe, de calidad y plural, y que cosecha excelentes resultados y reconocimientos.

No obstante, para que la inmersión sea real y pueda darse en las mejores condiciones, es necesario que todo el personal (personal laboral, profesorado, dirección) que atienda en el centro educativo las necesidades de alumnado y familias pueda hacerlo en euskara. La vida educativa debe poder hacerse íntegramente en euskara como corresponde al Modelo D y por esto apostamos decididamente por que uno de los centros sea destinado al modelo D, para que este modelo pueda seguir garantizando un buen aprendizaje de las lenguas que imparte.

Nosotras apostamos por ese planteamiento, pero ante todo exigimos al Departamento de Educación, que es a quien corresponde, que asuma su responsabilidad y tome una decisión ya. Tras haber consultado con la Comunidad Educativa es el momento de actuar con responsabilidad, de tomar una decisión valiente y de apostar de forma decidida por la normalización del euskara, y no de seguir manteniendo en vilo a más de 1000 familias.  

La semana que viene dará comienzo la campaña de pre-matriculación y las familias de Sarriguren tienen derecho a saber en qué tipo de centro estudiarán sus hijos e hijas a partir del próximo curso.
No son tiempos de tibieza, sino tiempos de apostar por reparar lo que las políticas educativas del régimen han tratado de evitar en torno a la normalización del euskara, tiempos de políticas de cambio que atajen una situación de desamparo de tantos años y que permita, por fin, garantizar los derechos lingüísticos de la ciudadanía.

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