Iulen Lizaso

De cuna de ilusiones a tumba de valores (y II)

La psiquiatra Marian Rojas, asegura que somos una sociedad profundamente enferma, y lo atribuye a esa parte de nuestras creencias que son limitantes.

«La educación es el único medio capaz de transformar toda la sociedad». Esta máxima del filósofo y pedagogo Francisco Giner de los Ríos, encabeza a las que como antítesis a lo que hoy se da en el ámbito docente, social, institucional y familiar, pronunció cuando aún ni sospechaba, los tristes episodios humanos que tocaría padecer a sus predecesores, en el país líder en corrupción dentro de la corrupta Europa que no para de llamarle la atención para que se modere.

«La educación, no la mera instrucción, ha de ser siempre el fin de la enseñanza»
«Todos los niños son inteligentes... hasta que entra el maestro y los padres se encargan de embrutecerlos».
«Se nos enseñan muchas cosas, menos a pensar y a vivir».
«Los hombres medio instruidos, pero no educados, tienen su inteligencia y su corazón, un punto menos que salvaje».
«Unas horas de campo valen mucho más que todo un día de clase».
«Los alumnos deben ir a clase a discutir, a preguntar, a proponer, a meterse bien todos en camisa de once varas... a poner en apuros al maestro».

Se nos enseñan muchas cosas, menos a pensar y a vivir... dice con razón Giner de los Ríos. Pienso que conscientemente, sabiendo que es razón premeditada en todos los planes de enseñanza pero ¿porqué es así a sabiendas que ello nos lleva al fracaso como individuos humanos y como comunidad de convivencia?

Todos los niños son inteligentes. Esta tercera década del siglo XXI, viene a significarse por la implantación de la inteligencia artificial en el internet de las cosas. Pienso que además de la industria, servicios, transporte y locomoción por la robótica y en el hogar por la domótica, también nos la van a incrustar, en los ámbitos que determinan la verdadera calidad y calidez de vida... los que emocionan al alma y dan fruto y sentido a nuestra existencia presente y futura

En una disertación sobre transhumanismo, Ana María Oliva hacía su «intro» concluyendo que inteligencia natural, es la capacidad de adaptarse al entorno; la capacidad de razonar, planificar y aprender a resolver problemas de la vida: La inteligencia humana tiene un componente emocional e implica una conciencia de ser... la inteligencia artificial está desprovista de corazón y ética.

No se sabe como va a terminar esta partida, pero si queda claro que nuestros gobernantes, instituciones políticas, policiales, militares, judiciales, sindicales y clero, todos ellos sin excepción... ¿Quién nos queda al lado? Apuestan a favor de la jugada soberana de quienes no nos desean lo mejor.

También ellos tienen constancia del fracaso civilizatorio que supone que el 30% de la población seamos una sociedad profundamente enferma por problemas de falta de ánimo vital en progresión, con la paradoja añadida de que somos la civilización científicamente más avanzada de la historia. Lo que produce horror por contagio, es que sean capaces de rentabilizar la falta de salud tras haber conseguido mercantilizar la sanidad hasta niveles de progresar en la bolsa.
Ciencia humana con ánimo de lucro y existencia, son incompatibles, como lo son mentira y verdad, luz y oscuridad, frío y calor, luna y sol.

También saldremos de ésta, reconstruyéndonos de dentro a afuera; no sobre una sociedad ruinosa, sino sobre los escombros de esta inmoralidad sistémica.

Desde lo individual, ser capaces de recordar lo que éramos, antes de que consiguieran hacernos creer que solo somos el ser del espejo... y reconectar con ello. Ejercitarnos en desenterrar, desclavar, exteriorizar y madurar nuestros Talentos a favor de la lucidez. Más que haciendo, dejando de hacer. Dejando de dar de lo que no tenemos, tras darle la vuelta al calcetín, pues como bien dijo el noble hidalgo castellano a su bella Dulcinea:«Ama, no lo que eres, sino aquello en lo que te puedes llegar a convertir», lo que eras... y aún está.

Siendo la actitud mental fundamental para crear cambios hacia nuevos paradigmas personales o comunitarios, qué difícil, en nuestro día a día de sucesos alarmantes concatenados y bien diseñados desde hace dos años para anular nuestros talentos... mantener ese necesario optimismo proactivo.

La psiquiatra Marian Rojas, asegura que somos una sociedad profundamente enferma, y lo atribuye a esa parte de nuestras creencias que son limitantes, como cuando se da el hecho de que ante una misma realidad personal hay quien se hunde en el lamento y quien se reta, tomando como una oportunidad para el crecimiento interno. El reaccionar diferente cada persona ante una misma situación inesperada, tiene que ver con la emoción que le ha suscitado a una y otra, pues ambas vienen precedida de un pensamiento... elegido.

Así cuando en un anterior artículo escribía que: «Pensamiento, sentimiento y palabra, son quienes dan cuerpo a nuestros hechos... desde mi información y visión personal, quise realzar la transcendencia de utilizar la mente de una manera o la contraria, que a su vez nos lleva a tener una actitud o la contraria ante un mismo hecho que nos presenta la vida».

Cuando Marian Rojas dice: «Están haciendo que nos hayamos convertido en una sociedad intoxicada por cortisol», lo atribuye como consecuencia de vivir invadidos por pulsiones que como el miedo nos generan estrés emocional; ello conduce a somatizarlo en enfermedad. Pero va más allá cuando asegura que para enfermar por tristeza y toxicidad celular, el cuerpo y la mente no distinguen como causa el que sea una circunstancia de hecho real consumado o imaginario, ambas tienen el mismo impacto en la salud y deterioro celular.

A partir de este acertado diagnóstico clínico, diseñan toda la operatividad mediática de ingeniería social, que durante estos más de dos años nos han machacado, por parte de quienes en toda la humanidad quieren incrustar un único pensamiento –que induce a generar una emoción de miedo que bloquea el razonamiento– repartido entre miles de millones de mentes.

Frente a ello, la actitud individual es fundamental. De ella depende que seamos colaboradores de esa agenda constrictiva del capitalismo feudal o caminemos por nosotros mismos y sin muletas afectivas... desde la salud hacia la libertad.

Search