Iñaki Iturritza

De parques, francking y castillos

Recientemente hemos conocido la noticia de que el Gobierno Vasco descartaba conceder la tan esperada declaración de parque natural a los montes de Gasteiz. 

Esa marcha atrás, según el Gobierno Vasco, se basa en la negativa a dicha declaración por parte de los concejos implicados. Pero ¿realmente son esas las únicas razones para no proteger en su máxima expresión una zona con tanto valor ecológico y «estratégico«?

Para comprender los motivos reales de esta decisión nos deberíamos de preguntar qué tipo de negociaciones se han llevado a cabo con los concejos que delimitan el parque y compararlas con las que en su día se llevaron a cabo para la declaración de parque natural de Gorbeia, Urkiola, Aizkorri e Izkiz y ver si realmente se han seguido las mismas pautas o esta es una excepción.

Los concejos que en su día presentaron alegaciones contra la declaración de parque natural, de Gasteiz en su mayor parte, lo hicieron con la esperanza de poder negociar la delimitación del parque y así poder ser parte activa en la negociación de la normativa y condiciones de uso que se propusieran. Para eso apostaron por iniciar fuerte la puja y pedir directamente la no declaración. ¿Y qué es lo que se han encontrado? Pues que por primera vez les han hecho caso. No ha hecho falta negociar, se ha dado por buenas sus reivindicaciones.

La defensa del entorno, que en principio tendría que ser la verdadera labor del departamento de Planificación Ambiental, se ha transformado en la defensa de los concejos. Ni siquiera se han planteado la posibilidad de cambiar la normativa (PORN) y adaptarla las peticiones de los concejos y así poder seguir manteniendo el resto de protecciones, no, lo mejor era hacer directamente lo que se pedía, echar atrás el parque. ¿Pasará lo mismo cuando pidan que no se haga una gran infraestructura? ¿Pero realmente se les ha hecho caso?

En realidad lo que piden los concejos es que se puedan seguir realizando las mismas labores ancestrales que desde tiempos inmemoriales han llevado a cabo para gestionar su entorno, que no se pongan impedimentos a sus labores agrícolas o ganaderas, algo que ven peligrar con la declaración de parque natural. Pero la realidad es que la nueva declaración que propone el Gobierno Vasco, Espacio Natural Protegido, tampoco lo garantiza ya que la diferencia con la declaración de parque natural es la de menor protección con respecto a las actividades a realizar dentro de sus límites, pero seguiría limitando los usos y actividades a realizar en las zonas que los concejos no querían que se regularan. Es decir, que los concejos se pueden encontrar con que las limitaciones que querían evitar siguen siendo las mismas o parecidas, con el agravante de que las actividades nocivas que hubiera evitado la declaración de parque natural, en estos momentos, serían legalizables. Y ahí es donde entra el tema del fracking.

A finales de los años 50 del siglo pasado se empezó a estudiar la existencia de petróleo en los montes de Gasteiz, junto al pueblo de Castillo. Las investigaciones que se llevaron a cabo en el entorno concluyeron que no existía petróleo pero sí que se encontraron indicios de gas que llegaron a ser utilizados durante algun año hasta que se abandonó por falta de rentabilidad. Las investigaciones continuaron en los años 70 en la zona de Eskibel y culminaron con el pozo Armentia-1 a finales de los 90 y principios de este siglo. Dichos estudios sacaron a la luz la existencia de un yacimiento de gas, yacimiento Castillo que abarca una superficie de unas 1.800 hectáreas que estaría situado entre Iruña de Oka y Castillo. Es decir, más del 90% de dicho yacimiento se encontraría dentro de los límites del parque natural, tal y como se puede ver en la página web de Hidrocarburos de Euskadi, empresa semipública interesada en su extracción. Pero ese gas no puede sacarse mediante técnicas convencionales ya que su estructura solo lo haría posible usándose técnicas de fracturación hidráulica, el temido fracking.

Debemos recordar también que el año pasado se cambió la Ley de Espacios Naturales de Euskadi para que fueran los órganos gestores de los parques naturales los que pudieran prohibir o no ciertos uso en los mismos, entre ellos el fracking. Con dicha modificación se abría la posibilidad de prohibir el fracking en los montes de Gasteiz y con ello el yacimiento de gas Castillo sería inaccesible. Además de eso, es conocida la existencia en los montes de Gasteiz de grandes vetas de arena similar a la que se extrae en Laminoria y que en un futuro serían muy golosas para las empresas extractoras una vez agotadas las de la cantera de Arraia-Maeztu.

Esto nos lleva a la conclusión de que los concejos han podido ser una simple comparsa utilizada en este proceso de no declaración de parque natural. Con esta decisión se han legitimado unos intereses que podrían ir mas allá de la protección de nuestro entorno o del medio rural. Al final nos podemos encontrar con la misma limitación de usos que pretendían evitar los concejos pero rodeados de pozos de fracking o canteras. Solo nos queda esperar o reaccionar.

Search