Oihana Etxebarrieta Legrand e Iñigo Martínez Zatón
Parlamentarios de EH BIldu y Ezker Anitza-IU respectivamente

Deshacer la madeja para tejer sueños

Emplazamos al Gobierno colombiano para que asegure la campaña y la seguridad de los miembros de la FARC. Para seguir avanzando en el camino de la paz, es indispensable la participación sociopolítica de estas personas que han hecho una apuesta firme y valiente por la paz.

Cuando llegas en avión a Colombia, puedes contemplar por primera vez ese país a vista de pájaro, pudiendo distinguir sus accidentes geográficos, sus zonas verdes y azules, sus áreas pobladas y desiertas. En el transcurso del viaje nos han impactado sobre todo sus cordilleras, sus paisajes abruptos. Y según llegamos a Medellín, nos viene a la memoria la historia de esos montes, la de los habitantes de los territorios lejanos a las ciudades, la de los conflictos que han vivido y que viven, las riquezas de la tierra y las miserias de sus pobladores.

Colombia, ese país que nos da un ejemplo en la búsqueda de la paz, tiene todavía mucho que hacer en ese sentido, y en ello están porque están convencidos, aunque no está resultando nada fácil. Nos han pedido que sigamos fijándonos en ellas, que sigamos con atención el proceso que viven en este momento. Porque aunque ya se ha firmado un acuerdo entre las FARC-EP y el Gobierno, todavía queda camino por andar.

En la semana que hemos pasado en Colombia no ha habido ningún día sin amenazas, ataques o asesinatos. Durante nuestra estancia hemos sabido que líderes y lideresas han sido amenazadas, que militantes del nuevo partido político FARC han sido asesinados, que distintas defensoras de los derechos humanos han sido amenazadas, que más de 200 familias han tenido que refugiarse en Cáceres huyendo de las guerras entre paramilitares que asolan sus aldeas… pero la ciudadanía de Colombia lo tiene claro, quieren seguir apostando por la vía de la paz a pesar de las dificultades.

En ese sentido, acabamos de saber que el partido FARC ha tenido que suspender su campaña electoral por los ataques sistemáticos que han sufrido desde el comienzo de la campaña. Estos ataques, orquestados por la ultraderecha, tienen como objetivo obstaculizar el proceso de paz, amenazando a miembros de la FARC que han apostado por la paz y tensionando la sociedad que quiere avanzar en la consecución de un país basado en la justicia social. Por ello, emplazamos al Gobierno colombiano para que asegure la campaña y la seguridad de los miembros de la FARC. Para seguir avanzando en el camino de la paz, es indispensable la participación sociopolítica de estas personas que han hecho una apuesta firme y valiente por la paz.

El Gobierno ha firmado muchas leyes y decretos gracias al fast-track, pero en la práctica les falta llevar la institucionalización a las comarcas abandonadas por las FARC-EP, y entender que ello vendrá de la mano de las políticas sociales, culturales y económicas más que de la militarización. Y es que, a esos territorios que veíamos desde el avión no han llevado escuelas, juzgados o ambulatorios, sino un montón de militares. ¿Y qué está pasando? Pues que otros actores armados y paramilitares están llegando a la zona.

Se han notado los acuerdos de paz, eso sí. Todas las personas que hemos conocido tienen claro que el cambio es evidente, pero la inseguridad sigue sin desaparecer. En estos momentos se hallan en plena campaña electoral, y en todas las reuniones mantenidas nos han hecho ver que el segundo plebiscito está en marcha por lo que existen muchas dudas de lo que sucederá con los acuerdos y su implementación a partir de marzo. Se hacen necesarios los proyectos impulsados a nivel internacional, como la Comisión de la Verdad, entre otros. Pero al mismo tiempo deberemos continuar apoyando el proceso puesto en marcha en ese país, sin aceptar ningún paso atrás. En ese sentido, quisiéramos destacar la necesidad de reiniciar las conversaciones entre el ELN y el Gobierno. Es necesario reiniciar la vía de conversaciones abierta en Quito, y esperamos que las dos partes sigan realizando esfuerzos en ese sentido. Vemos con preocupación el incremento de ataques de estas últimas semanas.

Haciendo nuestras las palabras que utilizó Rodrigo Londoño Timochenko, candidato a presidencia de FARC, con las que dio comienzo a su campaña electoral, Colombia debe convertirse en ese país que soñó el gran poeta Carlos Castro Saavedra, donde se pueda andar por las aldeas y los pueblos sin ángel de la guarda, donde brillen más las vidas que las armas, donde la libertad entre a las casas con el pan diario, donde el pueblo se encuentre y con sus manos teja él mismo sus sueños y sus sábanas, en donde podamos decir: tenemos patria.

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