Isidoro Berdié Bueno
Profesor en Ciencias de la Educación, Doctor en Historia y Doctor en Filología Inglesa

Dilema de Pilatos. Cosmos noetós y los laicistas

Cinco siglos mas tarde se repite la historia con Cristo. Ante Pilatos, la chusma ha de elegir entre Barrabás, representa la caverna, la oscuridad, y Cristo, qué representa la Luz, la Verdad y la Vida, y como en el mito de la caverna de Platon, la gente rechaza la luz y se decanta por las tinieblas.

En el S./V a.C. el filósofo griego Platón diferenciaba el «cosmos aiscetós», mundo de las sombras, mundo de los sentidos, el mundo en que vivimos del «cosmos noetós», mundo de las Ideas y de la perfección, a donde la mente humana no llega. Y mucho menos la mente de los laicistas. Vivimos recluidos en una caverna, un filósofo logró salir al exterior y por humanismo volvió a la caverna a contar a los de dentro lo que había visto, estos no le creyeron y hasta trataron de matarlo. Al igual que los laicistas, no concebían la existencia de otro mundo mas que el de la caverna.

Cinco siglos mas tarde se repite la historia con Cristo. Ante Pilatos, la chusma ha de elegir entre Barrabás, representa la caverna, la oscuridad, y Cristo, qué representa la Luz, la Verdad y la Vida, y como en el mito de la caverna de Platon, la gente rechaza la luz y se decanta por las tinieblas: «¡Suelta a Barrabás y crucifica a Jesus!». Pilatos dice a Jesús, los tuyos no los romanos, piden tu muerte, ni la Verdad ni tu Verdad les interesa, pero sí a Pilatos, que aparece como el filosofo de la caverna, quien le pregunta: «¿Dime Jesús, qué es la Verdad? ¿es la Paz Universal qué ha creado Roma? ¿nuestro Derecho Romano? ¿la Ley Natural?». Nada de eso, Roma no será eterna, como no lo fue vuestro rival Cartago ni otros imperios anteriores. «Jesús, –pregunta Pilatos–, dicen que tu eres Rey. ¿Donde está tu reino? ¿Por qué no vienen a defenderte tus legiones?» Pilatos, el filosofo de la caverna, ignora que Cristo viene del cosmos noetós, qué como ya hemos dicho, ahí la mente no llega, e ignora también que ha venido a este mundo de víctima, para redimir a la Humanidad, pero sí entiende que ese reo es inocente y «justo», y se lava las manos.

Cristo toma la cruz e inicia el Calvario, Pilatos se queda a solas en el calvario de su conciencia. «Ya se lo han llevado, tengo una sensación de soledad, tanta entereza en un hombre con la muerte al lado. No se ha humillado ni me ha suplicado, al verlo arrastrarse con la pesada cruz he tenido deseos de echarlo todo atrás, y con mis legiones... hacer un baño de sangre. Quizá Roma me hubiera pedido explicaciones, pero pienso que es de Jesús de quien hubiese recibido la más acre censura. No me siento tranquilo, su persona, sus idas y venidas a mi casa, nunca las podré olvidar».

Texto de mi obra para ser representada en Semana Santa "El dilema de Pilatos" (artículo rechazado en la prensa «domesticada» de Zaragoza).

Hace 30 años, en la asignatura de Ética, y Religión, Mosén Gregorio y este servidor, con la más completa libertad de expresión y ejercicio asambleario libertario, enseñábamos esto en Zaragoza, señores laicistas, en plena función constructiva no destructiva y totalitaria como otros, y les pedimos respeto, cuando este se pierde aparece la violencia en lo que ustedes son expertos. Ustedes, desde el poder, han hecho de la tierra un lugar muy triste, donde una mayoría inocente sufre la maldad de una minoría intransigente, dogmática y perversa que administra la «res publica» inicuamente y que representa a Satán, al mal absoluto.

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