EITB: una reforma urgente e imprescindible
El interés y la preocupación por nuestros medios de comunicación públicos no suele ser uno de los temas que aparezcan en las primeras posiciones en los barómetros que toman el pulso a la opinión ciudadana de forma periódica. Es evidente que el paro, la crisis y la situación económica son cuestiones que afectan de forma directa a un número cada vez mayor de personas y que, desafortunadamente, tales circunstancias hacen que se pasen por alto otras que no valoramos como prioritarias. Entre otras, aquella que atañe a la función democrática, educativa y formativa de los medios de comunicación públicos en las sociedades democráticas actuales.
Sin embargo, se trata de un tema crucial que afecta, queramos o no, a la calidad de nuestra democracia y a las posibilidades de participar de forma activa en la misma como ciudadanía crítica e informada. Para que ello sea posible, los medios de comunicación públicos, EITB en nuestro caso, tienen que cumplir con su misión de servicio público, reconocida por la Ley de Creación de EITB. Entendemos que la misión de servicio público se debe concretar en, al menos, tres aspectos: como fuente de información objetiva y plural; como medio de formación cultural (en el sentido amplio del término), y conocimiento de nuestra realidad social; y, finalmente, como herramienta estratégica para el fomento del euskera por medio de diferentes formatos y productos audiovisuales.
Estas misiones de servicio público de EITB, sin embargo, se encuentran limitadas en sus posibilidades de desarrollo por dos razones diferentes aunque relacionadas entre sí. En primer lugar, la llamada politización de sus órganos de dirección, que bien podría ser definida como la injerencia del sistema parlamentario de partidos en su modelo de gobernanza. Esta intervención tiende a replicar, por un lado, en el Consejo de Administración el statu quo parlamentario con el reparto de cuotas por partidos, y, por otro, a delegar en el gobierno vasco la designación de la Dirección General, que debe ser ratificada por mayoría simple en el parlamento. En segundo lugar, la apuesta por un modelo comercial, que imita en su programación a los medios privados de radio y televisión.
Parece haber un acuerdo en los partidos vascos acerca de la caducidad del actual modelo de EITB, así como en la idea de que es imprescindible abordar su reforma, al menos si atendemos a lo que han manifestado recientemente y a las iniciativas parlamentarias que plantean. Parece, por otra parte, que los profesionales del sector comparten este diagnóstico, entre los que se encuentran también los que trabajan en la propia EITB. Pero más allá de este consenso sobre la necesidad de afrontar este cambio del modelo las propuestas difieren en el nivel de concreción y en las prioridades, más allá de las declaraciones generales en favor de la independencia, la transparencia, la financiación equilibrada y la participación de la sociedad civil.
Es, por tanto, la hora de concretar y de acelerar el paso, tratando de evitar que el debate sobre el modelo en una ponencia parlamentaria nos lleve toda la legislatura para acabar donde empezamos, sin llegar a poner en marcha la reforma de EITB en un plazo breve de tiempo. Como decíamos al comienzo, es un asunto urgente que compete a toda la ciudadanía, cuya participación, por otra parte, es imprescindible. Para llevarla a la práctica contamos con la excelente metodología que propuso al final de la legislatura anterior la Universidad del País Vasco, una herramienta de análisis que nos serviría, además, para conocer las distintas ideas y propuesta de los profesionales del sector y de los trabajadores de EITB. Un trabajo que, de seguro, ahorraría mucho tiempo y recursos a la ponencia.
En Elkarrekin Podemos creemos con sinceridad que es posible ir hacia un modelo de EITB basado en la independencia, la participación y la transparencia. También somos conscientes que este modelo deberá ser producto de un acuerdo entre los partidos, la sociedad civil y los profesionales. En este sentido, hemos propuesto una serie de medidas específicas que modifiquen y actualicen la Ley de Creación de EITB, que data de 1982, como primer paso hacia la despolitización del ente público y hacia la independencia en su gestión, entre las que destacan: la reducción del número de miembros del Consejo de Administración nombrados por el parlamento vasco, así como el perfil requerido para poder participar en el proceso, profesionales del sector con reconocida trayectoria; la creación del Consejo Social como órgano máximo de dirección y de control interno, formado por representantes de la sociedad civil; la igualdad entre mujeres y hombres en ambos órganos; la participación de las personas trabajadoras de EITB en el Consejo de Administración; la elección del Director o Directora General de EITB por parte del Consejo de Administración mediante convocatoria pública y en base a proyecto; el nombramiento con criterios de profesionalidad tras un proceso selectivo público, de libre concurrencia y transparente del personal directivo del ente público y de sus sociedades y, finalmente, la comparecencia periódica del personal directivo ante la comisión de control de EITB en el parlamento vasco.
Esta serie de medidas, como decíamos, van en la dirección de facilitar una gobernanza y una gestión profesional de EITB, que evite la interferencia del sistema parlamentario de partidos, las cuotas y los nombramientos de cargos directivos en base a criterios no profesionales.
No obstante, hablar de la reforma del modelo de radio televisión pública implica también pensar qué tipo de programación debe y puede producir, con el objetivo puesto en el cumplimiento de la función pública que le corresponde al respecto de la difusión de la cultura y del euskera, así como en la de ofrecer una información objetiva, plural e independiente. En este sentido, quizá lo más adecuado sea que los profesionales de EITB cuenten con las condiciones adecuadas, laborales, profesionales y creativas, para diseñar una programación que cumpla con los objetivos mencionados a partir de la producción de productos audiovisuales con identidad propia, que entretengan, eduquen y formen a las distintas audiencias a las que se dirigen. En Euskadi contamos con un sector audiovisual tan pujante como necesitado de una política industrial específica que debe ser el colaborador necesario en esta tarea.
Por tanto, no perdamos la oportunidad de unir esfuerzos para diseñar entre todos la EITB que queremos, cada uno desde su responsabilidad, en un proceso participado, informado y democrático que facilite a la sociedad vasca las herramientas necesarias para que, con la ayuda de los profesionales, pueda definir el modelo de radio televisión pública que desea.