El atropello
Es la nuestra, una comunidad histórica del antiguo Concejo de San Pedro de Abanto. Hoy parte del Ayuntamiento de Abanto-Zierbena. Sus barrios principales son Putxeta, Murrieta, Las Carreras, San Pedro y San Lorenzo. La población es de unos 2.500 habitantes. La carretera BI-734 atraviesa el barrio de Las Carreras, tramo en el que, a finales de los años 60 y durante los 70, una docena larga de personas murió atropellada. Hace año y medio la Diputación y el Ayuntamiento nos presentaron un proyecto de variante para sacar la mayoría del tráfico de la Avenida Ambrosio de Los Heros, y así, mejorar la calidad de vida de los vecinos.
Cuenta el señor Imanol Pradales, en su tiempo diputado de Infraestructuras, y responsable del proyecto de la variante, que la exalcaldesa de Abanto-Zierbena, Maite Etxebarria, acudió a pedirle ayuda para solucionar el problema del tráfico en Las Carreras. Él la escuchó, y ella le convenció. El 14 de marzo de 2023, en el camino de Murrieta a Las Carreras, anunciaron la variante los dos protagonistas y el candidato a nuevo alcalde, Iñaki Urrutia. Relato entrañable, pero dos semanas después representantes de Petronor, Diputación y Gobierno Vasco inauguraron el Parque Tecnológico de Murrieta. Por desgracia, no fue una coincidencia. No hacía más que confirmar la sospecha de que la variante no se hacía por y para la comunidad.
El señor Pradales dijo, en otra ocasión, con cara de satisfacción y orgullo: «La variante de Errekalde quitará la barrera urbana que impone la A-8, y, así, se liberarán espacios para el esparcimiento y el disfrute de la ciudadanía». ¡Bien! Pero se nos cayó el alma cuando, con la misma cara de satisfacción, nos dijo que nos iban a construir por el medio del pueblo una maldita barrera de hormigón y asfalto. Una barrera de 1.500 metros de largo y 35 de ancho. Una ocupación comparable a la Gran Vía de Bilbao. Guarnecida, además, por paneles de más de dos metros, y cabalgando, en tramos, sobre terraplenes de catorce metros de altura.
Blanco y en botella no siempre es leche, pero tiene muchas probabilidades. Y algo huele muy mal en esta variante. Los señores Imanol Pradales e Iñaki Urrutia han hecho su papel, y han defendido el proyecto. Con ardor, pero sin solidez. Lo cierto es que es una tarea muy difícil. El exdiputado ha tirado balones fuera: «Nunca me había pasado esto con una variante»; «Lo de los túneles es más bien cosa de gustos: a unos les gusta con túnel, y a otros, no»; «No sé de qué se quejan, si no son más que cuatro campas»; «Esto es muy raro»; «En Las Carreras había una plataforma llamada ¡Variante Ya! Pero al presentarse el proyecto, apareció la ¡Variante, STOP! Y algunos se pasaron del ¡Ya! Al ¡Stop!». Jugada interesante, pero la ¡Variante ya! Es de Ermua. El alcalde, en cambio, más objetivo: «Yo sí veo un túnel en la variante de Markina, pero en la de Las Carreras, no». De acuerdo, no hay más que mirar el proyecto.
En principio, nos hablaron de una Variante de la carretera BI-734, entre el P. K.128+400 y el P. K.130+500 de Las Carreras. Sin más. Pero ella traía debajo del brazo un ramal, tan potente y resolutivo, que une la refinería con el Parque, y conecta raudo con la autopista. Él es el protagonista de esta historia. Primero fue el ramal y después la variante. Un lujo caro e innecesario, que condena a los barrios de Murrieta y San Pedro a una larga agonía de tormento vial y aislamiento. Por otro lado, la propia variante también tiene una importante tarea que cumplir al servicio de Petronor: cerrar el lado norte del principal núcleo de nuestra comunidad: Las Carreras. Objetivo: propiciar la ocupación por la petrolera del terreno de la zona norte del barrio, hasta el polígono y la autopista. No importa que el tráfico vaya a pasar a poca distancia de viviendas que hoy día ya sufren de lleno la basura que emite la refinería, tampoco que quede el barrio cerrado a cal y canto, y su futuro hipotecado. Por todo ello, es de ley que se anule el ramal y que se aleje la variante de las casas de Las Carreras. Y que Petronor circule por el nuevo trayecto de la BI-734, que esa es una de las razones por las que se hace la variante: sacar la mayor parte del tráfico de La Avenida Ambrosio de Los Heros, y, sobre todo, el tráfico pesado. ¡Que así sea! Pero no para pegarlo a las casas de la parte norte de Las Carreras y meterlo en los barrios de Murrieta y San Pedro.
En agosto de 2023, el Departamento de Medio Natural y Agricultura, en respuesta a las alegaciones al proyecto, emitió un informe que denuncia flagrantes errores. Señala que el proyecto, como es preceptivo, recoge diversas «variantes» posibles. Siete, pero las siete son básicamente iguales. La falta de alternativas ha sido, según el Departamento, causa de graves daños, y señala, entre otros: fracturación de la comunidad; marginación de barrios; graves daños a vecinos, paisaje y medio ambiente; pérdida de conectividad ecológica; destrucción del escaso suelo agrario; severo impacto sobre el patrimonio cultural; excesiva ocupación del medio... El antídoto es el túnel: abriría la muralla; mantendría la cohesión territorial y sociológica de la comunidad; liberaría los barrios de San Pedro, Murrieta y Las Carreras; salvaría del olvido el patrimonio histórico de la batalla de San Pedro de Abanto; aliviaría, en gran parte, los daños a vecinos, paisaje, medio ambiente, patrimonio agrícola...
La empresa petrolera y Diputación, desde hace 50 años, hacen «negocio» a costa de nuestra tierra y de nuestra calidad de vida. Vivimos en tensión, en guardia, siempre en espera de lo que nos va a tocar. No somos quién para valorar, desde la óptica del derecho, la responsabilidad que podría acarrear el favorecer a una empresa en grave perjuicio de nuestra comunidad. Pero sería muy triste que las instituciones dañaran nuestra tocada calidad de vida e hipotecaran nuestro futuro por favorecer, sin necesidad perentoria, a una multinacional que nos tiene contra el paredón. Es hora de parar. Necesitamos solidaridad, y no mentiras y engaños, ni palabras empastadas que redondean el escarnio. En la inauguración del Parque Tecnológico, el presidente de Petronor dijo que la Margen Izquierda y la Zona Minera son la cuna de la historia industrial de Euskadi; y el Diputado General añadió que el Parque será la cuna de la industria vasca. Bien, pero lo cierto es que desde el inicio de la explotación minera masiva hasta hoy, en la parte de cuna que nos toca, los de su tropa han hecho y siguen haciendo sus necesidades.
En este momento, y como consecuencia del informe del Departamento de Medio Ambiente, el proyecto se está readecuando. Por eso, seguimos creyendo que evitar el atropello es posible. No pedimos trato de favor. Pedimos que no se nos arrincone más, en este caso, tras barreras de asfalto y mentira. Tenemos derecho a una variante de estos tiempos, con los mismos recursos y características que las demás. Nos encantaría que el alcalde viera el túnel de la variante de Las Carreras. Y que el imposible del señor Pradales, que aventuró que su proyecto mejoraría nuestra calidad de vida, se convirtiera en un nuevo imposible vencido. Sin embargo, los indicios son pesimistas. Sin que se haya publicado la obligada revisión del proyecto, los promotores han mandado a una empresa a hacer una calicata, es decir, conocer las condiciones del suelo, antes de ejecutar una obra. Sin explicar nada, sin permiso municipal, y sin avisar a propietarios, han hecho la cata en el mismo terreno del trayecto fijado en el proyecto inicial.
Visto todo el proceso, está claro que, para ellos, no somos más que cuatro campas, cuatro casas y cuatro pelaos. Desterrados en nuestra propia tierra, es muy posible que, después de que los del ferrocarril hayan desviado el trayecto, acabemos como los indios de las películas, en una reserva. Así que solo nos queda pedir empatía y solidaridad y seguir luchando por nuestros derechos.
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