Xabier Makazaga
Investigador de terrorismo de Estado

¿El fin justifica los medios?

Cuántos meses antes de liberar al funcionario de prisiones Ortega Lara sabía la Guardia Civil dónde estaba? Por el momento, no puedo probar que estuvieron esperando más de seis meses, tras situar el zulo en una fábrica de Arrasate, pero lo que sí puedo afirmar es que a los miembros del comando de ETA que secuestró a Ortega les hicieron un seguimiento de ocho meses, en el mismo Arrasate.

Ese importante dato se le escapó al conocido torturador Manuel Sánchez Corbi, que estuvo a la cabeza de quienes liberaron a Ortega. Lo contó mientras era entrevistado en la cadena SER. Afirmó que estuvieron controlando durante ocho meses cada movimiento de los secuestradores, utilizando todo tipo de medios.

Seguro que, con aquel seguimiento, querían obtener el mayor número posible de hilos y datos, y no les importó en absoluto que para ello Ortega Lara tuviera que seguir en aquel zulo. En todo caso, no me extrañaría nada que hayan ocultado lo sucedido al secuestrado: en lugar de liberarlo cuanto antes, dejaron pasar muchos meses, pese a ser conscientes de la situación en que se encontraba.

Hay que tener en cuenta que en aquel entonces ETA tenía secuestradas a dos personas, Cosme Delclaux, de una familia adinerada, y el funcionario de prisiones Ortega Lara. Sabían dónde estaba Ortega. ¿Y Delclaux? Querían liberar a lo dos, por supuesto, y seguro que creían poder conseguirlo gracias al comando que tenían bajo control. Todo indica que estaban persuadidos de que, controlando a los secuestradores de Ortega, podrían llegar a liberar también al segundo secuestrado.

Eso sí, la mentira que usaron tras liberar ETA a Delclaux no tuvo ni pie ni cabeza. Pretendieron que, justo ese día, tenían todo preparado para detener a los secuestradores de Ortega y entrar en la fábrica donde estaba el zulo. Según ellos, no pudieron comenzar antes el operativo porque las luces de las casas de los miembros del comando no estaban aún apagadas. Y mientras esperaban, de pronto, supieron que ETA había liberado a Delclaux. Pretenden que fue pura casualidad que así sucediera.

¡Quién se puede creer semejante patraña! Es más que evidente la decisión que tenían tomada: seguir controlando al comando para poder llegar a los responsables de ETA y, a través de ellos, saber dónde retenían al otro secuestrado. ¿Y si ETA liberaba a Delclaux? En ese caso, harían lo que hicieron: detener cuanto antes a los secuestradores de Ortega y liberarlo, ya que así conseguirían neutralizar la victoria que acababa de conseguir ETA con el otro secuestro. ¿Y si la liberación de Delclaux se hubiera prolongado? Estoy seguro de que la de Ortega Lara también se hubiese prolongado. Todo el tiempo que fuese necesario.

Esa no fue, además, la única mentira que utilizó la Guardia Civil. Por una parte, es evidente que torturaron duramente a los detenidos y así consiguieron arrancarles muchas informaciones. Por otra, hay un dato que han repetido a menudo y que quizá muchos se hayan creído, aunque sea una enorme mentira. Pretenden que identificaron a uno de los secuestradores, Josu Uribetxeberria, cuyo segundo apellido era Bolinaga, debido a una escueta nota en la que se mencionaba a BOL ligándolo al secuestro. Si no lo tenían previamente identificado, es absolutamente imposible que sucediera así. No sé con certeza cómo consiguieron identificar al comando. Así, desde luego, no.

Un año antes de que liberasen a Ortega Lara, quedó muy claro que antes de detenerlos en Francia tenían controlados a Pototo y Dani Dergi, los responsables de ETA que se ocupaban del secuestro. Unos días antes, uno de los miembros del comando que lo secuestró tuvo una cita con Dergi en la playa de Tarnos. Seguramente, también controlarían aquella cita.

En aquel momento, puede que no se dieran cuenta de que aquella persona estaba relacionada con el secuestro de Ortega, pero lo que sucedió después, sobre todo tras ser detenido el nuevo responsable, seguro que les despejó toda duda al respecto: ¡era uno de los secuestradores! Por lo tanto, dejaron pasar muchos meses hasta liberar a Ortega Lara. ¿Y si Delclaux hubiera seguido en manos de ETA? Seguro que hubiesen dejado pasar aún más tiempo.

Aseguran que el fin no justifica los medios. Es lo que afirman esos hipócritas que han utilizado la tortura sin piedad y siguen negando haberse servido de ella tras provocar miles de víctimas. Todo indica que no tienen intención alguna de abandonar la negación, pese a ser evidente lo sucedido durante décadas.

Lo que ha ocurrido es que la tortura les ha dado muchos réditos. Les ha resultado muy rentable. Por eso la han utilizado. Y en ese caso, al medio, a la tortura, le encontraron fácilmente todas las justificaciones necesarias. No tuvieron duda alguna de que los fines que deseaban obtener justificaban sobradamente la utilización de la tortura.

Tanto las autoridades españolas, como las francesas, hicieron el mismo cálculo de coste-beneficio con la guerra sucia. Lo único que les salió mal fue que dejaron muchas pruebas. Demasiadas. Sin embargo, hoy es el día en que siguen negando que aquello fuese puro terrorismo de Estado.

Eso sí, tras dejar tantas pruebas, las autoridades españolas empezaron a justificar los asesinatos cometidos usando la sigla de los GAL. Pretenden que, gracias a ellos, consiguieron la estrecha colaboración francesa en la lucha contra ETA. Una enorme mentira, ya que fue antes de que se iniciaran aquellos asesinatos cuando obtuvieron dicha ayuda, gracias a un acuerdo secreto con las autoridades francesas.

Para las autoridades, son los oprimidos quienes tienen que renunciar a determinados medios, porque sus fines no los justifican en absoluto. Pero los opresores no tienen por qué renunciar a nada. Les basta con seguir negando la tortura, la guerra sucia y toda violación de derechos humanos.

Repiten una y otra vez que el fin no justifica los medios. ¡Díganselo a la Guardia Civil!

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