Fátima Andreo Vázquez
Exparlamentaria foral de Podemos-Ahal Dugu

¿Es hora de sumar?

En las pasadas elecciones locales parece que la suma de las izquierdas en Navarra no tuvo los objetivos buscados. En Navarra se perdieron 8.000 votos respecto a los resultados de hace cuatro años, a pesar de que se presentó una candidatura conjunta y no hubo las discrepancias ni follones internos radiados de entonces. Tampoco en los municipios se consiguieron grandes logros, aunque ahí sí que la unión mejoró algo los resultados, si atendemos al número de concejalías. ¿Pasará lo mismo ahora en las votaciones al Congreso de los Diputados? Yo creo (y espero) que no.

Para mí, y lo he comentado anteriormente, faltó algo más que la unión de cara a los comicios locales: un trabajo con el espacio social propio, unos posicionamientos en el Parlamento de Navarra más destacados de los del gobierno de Navarra, unos resultados más significativos en la gestión propia en el gobierno (difícil, es verdad, con las competencias asumidas), que se viera un trabajo realizado.

En este caso, el de las elecciones de julio, contamos con un partido que en Madrid ha sido definitivo para que el gobierno de España se inclinara a la izquierda en múltiples áreas: subida del SMI en más de un 30% en tres años; creación del Ingreso Mínimo Vital, puesta en marcha del Escudo social para las personas más vulnerables; reducción de las tasas académicas en la universidad; Ley de Cambio Climático y transición energética; plan de choque para bajar la factura de la luz, estatuto para disminuir la precariedad de las y los becarios; inclusión de nuevos delitos y agravantes por agresión sexual; prohibición del despido con la falta de asistencia al trabajo por baja médica; ley para acabar con los falsos autónomos; recogida de reivindicaciones del colectivo trans en una ley; aprobación de ayudas directas. Y más que no incluyo por no cansar.

No es tanto como hubiera gustado, pero sí bastante más que lo que los planteamientos iniciales del PSOE y su larga historia hacían esperar. Pero, a pesar de los esfuerzos, aún no se han llegado a cubrir todas las necesidades básicas pendientes. Todavía queda trabajo por hacer.

Habrá a quien le guste más la forma de presionar al PSOE de unos miembros o de otros de la coalición, pero lo que es indudable es que los resultados obtenidos por el espacio de Unidas Podemos, ahora Sumar, son manifiestos.

Por otra parte, tenemos a una candidata, la navarra Idoia Villanueva, con un amplio bagaje político adquirido en los últimos ocho años, más el profesional que ya traía cuando se incorporó a la política institucional (trabajó como ingeniera informática). Primero como senadora autonómica, período durante el cual se tomó en serio ser transmisora de las preocupaciones y necesidades de Navarra, recogiendo aquí las mismas y trasladándolas a Madrid, a pesar de las pocas opciones que desde el Senado se ofrecen. Luego, como europarlamentaria. Por ejemplo, denunciando que la «uberización» de la economía como «esclavitud del siglo XXI» al ser un modelo que se basa en «la precariedad absoluta de los trabajadores y trabajadoras y en la ausencia de derechos» de cara la elaboración de una directiva comunitaria sobre servicios y mercados digitales. O defendiendo el acceso al agua con transparencia y solidaridad. O pidiendo al Parlamento Europeo apoyo por las riadas en Tafalla de 2019.

También ha sido activa trasladando sus posturas a través de un blog, de redes sociales o colaborando con los centros educativos navarros que son Escuelas Embajadoras del Parlamento Europeo. Idoia, además, pertenece a la dirección de Podemos, habiendo participado, por tanto, en la elaboración de las estrategias políticas y en numerosas negociaciones del partido.

Ahora, según sus palabras, ve la necesidad de que Navarra cuente con «una voz en el Congreso que defienda la plurinacionalidad, los derechos feministas, construir una transición verde justa, la lucha decidida contra el cambio climático y seguir avanzando en derechos sociales». Según lo veo, está claro que se trata de una gran candidata la que Sumar ofrece en nuestra comunidad.

Así que nos encontramos (una vez más, aunque esta vez sí que sí) ante unas elecciones fundamentales, que pueden llevarnos a un gobierno de extrema derecha con las consiguientes pérdidas de derechos, previsibles recortes públicos, descuido del medio ambiente a favor de los intereses económicos y con ello, aumento de las desigualdades y pérdida de la calidad de vida. La alternativa, un nuevo gobierno de de coalición que ahonde en las políticas realizadas y asiente lo conseguido hasta ahora. Un gobierno que necesita de Sumar tanto para su conformación (a Sumar suelen salirle más caros en votos los cargos conseguidos) como para su trabajo posterior. Y para ello, este mes, votar sumando se hace más necesario que nunca.

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