Iñigo Muerza Erroz

Ese genocidio del que usted me habla (II)

El pasado día 17 de octubre se publicó en este medio un artículo mío titulado "Ese genocidio del que usted me habla" en el que, a tenor de las intervenciones de determinados partidos políticos en el Congreso los días 7 y 8 del mismo mes, establecía una serie de consideraciones sobre la manipulación, las incoherencias y la instrumentalización de un conflicto complejo como es el de la guerra entre Israel y Palestina.

El texto, que señala algunos hechos históricos poco conocidos por el público, como son los vínculos en el pasado entre el islamismo radical y el nazismo, ha recibido alguna crítica por, supuestamente, acogerse a narrativas de «historiografía sionista de baja calidad». Más concretamente, se ha puesto en cuestión que calificase a Amin al Husseini, instigador de los primeros atentados contra judíos en el Mandato Británico de Palestina durante los años 20 del siglo pasado y colaborador nazi durante la Segunda Guerra Mundial, como «fundador del movimiento árabe palestino» así como se ha negado la falta de relación entre nazismo e islamismo radical.

Bien, pues permítanme señalar como estas dos aseveraciones son manejadas, además de por numerosos autores occidentales, por autores académicos de origen árabe o persa de notable prestigio o reconocimiento que incluso llegan a destacar los rasgos totalitarios de ambos fenómenos.

Es, por ejemplo, el caso de Bassam Tibi, politólogo alemán de origen sirio especializado en Oriente Medio que en libros como "El desafío del fundamentalismo: el islam político y el nuevo desorden mundial" (1998) o artículos como "El totalitarismo del islamismo yihadista y su desafío para Europa y el Islam" (2007) compara el islamismo radical con el nazismo y el estalinismo.

En la misma línea se encuentran los trabajos de Mehdi Mozaffari, politólogo iraní afincado en Dinamarca quien en "Islamismo: un nuevo totalitarismo" (2017) argumenta que el islamismo es un totalitarismo moderno que combina religión e ideología para conquistar el mundo, similar a regímenes totalitarios seculares, enfatizando su carácter regresivo y violento.

Y también podemos destacar el trabajo de Ladan Bouroumand, historiadora, abogada y activista iraní (premio Lech Wałęsa por su labor en defensa de los derechos humanos, la libertad de expresión y la democracia) quien establece una relación entre los vínculos de Amin al Husseini con el Tercer Reich y el auge de un antisemitismo, inexistente previamente, en el mundo árabe musulmán. Al igual que defiende el carácter protofascista de organizaciones como los Hermanos Musulmanes.

Si bien hubo más personas involucradas en la creación de lo que hoy se puede considerar movimiento árabe palestino, ahí tenemos también a Izzedin al-Qassam, si es notable la preponderancia de Husseini respecto a otros personajes y, sobre todo, su influencia en los posteriores mayores líderes. Por ejemplo, cabe destacar la labor de mentoría e incluso de adiestramiento militar, con la ayuda de exoficiales nazis, en un joven Yasir Arafat durante el preludio de la creación de Al-Fatah o la elogiosa descripción de él que hace Mahmud Abás, excompañero de Arafat y actual líder de la Autoridad Palestina, calificando a Husseini de «héroe» o «pionero en la lucha palestina».

Y todo esto es especialmente reseñable en un momento en el que se está reforzando una extraña alianza, que ya fracasó en el pasado, como es la de la extrema izquierda con el radicalismo islámico. Alianza instrumental por ambas partes con reminiscencias de aquella que se forjó en el Irán previo al la revolución de 1979 entre islamistas y diversos grupos políticos, entre los que estaban la izquierda iraní, y que acabó alzando al poder a Jomeini para a continuación desatarse una cruel persecución y represión sobre decenas de miles de militantes socialistas y comunistas tildados por las entonces nuevas autoridades de «infieles», «hipócritas» y «plaga occidental».

Alianza con unas dotes propagandísticas considerables que harían las delicias de Hannah Arendt o George Orwell en sus descripciones de las técnicas de manipulación de masas de los sistemas totalitarios y que, por ejemplo, está siendo denunciada en Francia a través de recientes publicaciones con notable éxito de ventas como "Los cómplices del mal" (2025) del periodista e investigador sirio Omar Youssef Souleimane o "Los nuevos antisemitas: investigación de una infiltrada en las filas de la extrema izquierda" (2025) de la también periodista franco-marroquí Nora Bussigny.

Alianza, a su vez, cada vez más presente en nuestras calles y campus universitarios.


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