Imanol Urtiaga Palacios

¿Esto de qué va...?

¿Con quién vamos en este choque entre potencias que se está dando? ¡Con nadie! Esa sería la respuesta más sencilla y la que menos contradicciones nos generaría seguro, pero como dice la frase hecha, antes de lo importante está lo urgente.

Recuerdo con inquietud y a la vez con nostalgia los tiempos de la Unión Soviética. Dos polos muy definidos en los que Estados Unidos hacía gala de su modelo capitalista e imperialista y, por otro lado, la URSS intentaba extender por el mundo un modelo social y económico basado en la teoría Marxista.

¿Y ahora qué? ¿Esto de qué va? En una nueva era mundial donde dos nuevas potencias emergentes como lo son Rusia y China, cada una con sus particularidades, pero cuyo principal objetivo no es extender un modelo económico o social alternativo al de EEUU, sino más bien proteger y defender sus intereses de Estado, uno se plantea muchas interrogantes. Un estado como el de Rusia que es capaz de tejer alianzas con Arabia Saudí, donde los derechos y libertades brillan por su ausencia, y a la vez tejer también alianzas con países como Cuba o Venezuela, donde la justicia social son el eje de sus políticas, hace que entender lo que está pasando sea cuando menos un poco más complicado que en la época de la guerra fría.

Ante toda esta nebulosa, las personas que estamos convencidas de que otro modelo mundial más justo es posible, donde el reparto de la riqueza se haga de manera mucho más justa, donde la protección al medio ambiente esté en el centro de las políticas, donde el feminismo consiga por fin y de una vez por todas la igualdad real entre hombres y mujeres, nos sentimos huérfanas.

¿Con quién vamos en este choque entre potencias que se está dando? ¡Con nadie! Esa sería la respuesta más sencilla y la que menos contradicciones nos generaría seguro, pero como dice la frase hecha, antes de lo importante está lo urgente. Y lo urgente es hacer frente a un monstruo que se llama EEUU. El imperio más grande y más devastador que ha habido sobre nuestro planeta, que más muerte y miseria ha extendido por el mundo. Lo que está en juego es si seguimos bajo la dictadura de ese poder unipolar o avanzamos hacia un mundo multipolar donde la vida de todos los seres vivos de este planeta no dependa en exclusiva de unos pocos.

Creo que es hora de hacer pedagogía y empezar a ser más valientes. Rusia y China no son el modelo ideal al que aspiramos, pero sí son hoy por hoy nuestra única alternativa para poder desarrollar un modelo propio, soberano y más justo también desde Euskal Herria.

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