Davide di Paola

Esto no es una farsa

El 24 marzo de 1944, los alemanes asesinaron a 335 personas en Roma como represalia por la muerte de 33 soldados de las SS tras una acción armada de partisanos comunistas. El presidente del senado Italiano, el «neo-fascista» Ignazio La Russa, declaró ayer en una entrevista: «Los partisanos mataron a unos músicos jubilados no a unos nazis. Fue una página poco gloriosa de la historia».
 
Unas palabras que expresan un indecente desprecio hacia los miles de combatientes por la libertad y aquellos que forzaron la redacción de una constitución fundada en el antifascismo.

Con sus palabras, el número dos del Gobierno italiano, pretendía responsabilizar a los partisanos, de «provocar» a los invasores alemanes y causar la matanza de las «fosas Ardeatine», el lugar donde los 335 opositores y judíos fueron ejecutados con un tiro en la nuca. Diez por cada soldado alemán. La historia, sin embargo, demostró que no se trataba de «músicos inofensivos», sino de soldados de las SS, que ocupaban el país con la complicidad de los fascistas y que se encargaban de deportar a los judíos hasta los campos de exterminio.

No crean que este político es sólo un ignorante o desconocedor de la realidad o alguien que pretende hacer un simple revisionismo histórico. Lo que la derecha pretende, y lo hace desde hace décadas, es reescribir y falsificar la historia de Italia.

Este aterrador individuo, dejó claro desde su mismo nombramiento, que sus propósitos eran superar el concepto de una República fundamentada en los valores del antifascismo para reemplazarla por un concepto de «Nación» donde la derecha podría afirmar su hegemonía política y cultural con valores reaccionarios.

Y desgraciadamente lo están consiguiendo, controlando sectores fundamentales como la educación o la televisión pública o planteando obsesivamente la reforma hacia una república presidencialista.

Mientras los «progres» de toda Europa teorizan y pelean entre sí, la derecha italiana y la europea han ido fortaleciendo sus referencias históricas y culturales. Hoy en día, además de profesar el retorno a las raíces judeocristianas, se remiten a filósofos como Roger Scrouton o Michael Oakeshott.

Hoy en la prensa italiana, alguien se tomaba muy a la ligera las palabras del senador, La Russa, mencionando a Marx cuando decía: «En la historia los fenómenos se presentan dos veces: la primera como tragedia, la segunda como farsa».

¡El problema es que esta no es una farsa! Sería un gravísimo error menospreciar o ridiculizar el riesgo que supone la existencia misma de Meloni, Abascal o Le Pen. Personajes que están oscureciendo nuestras mentes y nuestros horizontes.

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