Bittor Arbizu

Estudiar en modelo D, apuesta de futuro

Hace cinco siglos que los escritores navarros Axular y Etxepare escribieron obras en euskara. Hoy hay escritores euskaldunes de la Ribera como Jokin Muñoz (Castejón) y Eduardo Gil (Tudela).

Ahora que estamos en el período de matriculación de nuestros pequeños quizá pueda surgir alguna duda sobre el modelo a elegir. Mi experiencia personal me ha llevado a afirmar lo anterior por varias las razones.

El modelo D es el único que garantiza una enseñanza bilingüe, que permite que terminados los estudios los alumnos adquieran un nivel adecuado de euskara, que les sirva para defenderse con soltura tanto en los estudios superiores como en el mundo laboral.

Está sobradamente probados los buenos resultados de este modelo, dada la profesionalidad, efectividad, nivel y experiencia del profesorado que lo lleva impartiendo durante muchos años.

Aprender bien una segunda lengua facilita enormemente la adquisición de otras. Esto está más que demostrado científicamente, y cualquiera que lo hayamos hecho lo hemos podido comprobar.

En el aspecto laboral ves que un bilingüe está capacitado para relacionarse con ambas lenguas, lo cual le va a ser útil y necesario cualquiera que sea su destino. Hoy en día es sorprendente el incremento del porcentaje de jóvenes que lo demanda y utiliza en el trabajo, y no solo en las zonas euskaldunes.

En mi experiencia personal, hace unos 40 años valoraron positivamente mis conocimientos de euskara para acceder a un trabajo. Era en un pueblo euskaldun. Posteriormente durante más de una decena de años el euskara me ha sido totalmente imprescindible para desarrollar mi labor, y el resto del tiempo unas veces necesario y otras al menos enriquecedor, además de motivo de satisfacción personal.

Cuando mi mujer y yo matriculamos a nuestros hijos en el citado modelo, en la ikastola local concretamente, en la cual estudiaron desde los 3 hasta los 18 años buscábamos una enseñanza de calidad, donde se atendiesen a valores como el respeto y se impartiese el conocimiento del euskara y nuestra cultura. Después pasaron a la universidad y al acceder al trabajo también necesitaron saber euskara y posteriormente utilizarlo. La ikastola reunía nuestros deseos, incluso resaltaría el cariño con que fueron tratados nuestros hijos por parte de algunas andereños, y lo mismo en el aspecto de la enseñanza, como así lo avalaban los buenos resultados académicos de la zona, y premios a nivel europeo que recibieron las ikastolas por sus proyectos educativos, en los cuales se incluyen inglés, francés… Leí que la ikastola Lauaxeta ha sido la primera organización en conseguir a nivel estatal el Award, máximo Premio Europeo a la Excelencia.

Mi aprendizaje por motivación personal del euskara me resultó más complejo. Nací en la única comarca de Bizkaia que no se hablaba, en tiempos en que los medios para aprenderlo eran escasos, por lo que recurrí al auto-aprendizaje. Hace 80 años a mi padre, en un pueblico de Tierra Estella/Lizarra, Oco/Oko, el maestro, era un buen maestro, les decía «Os enseñaría vasco, pero solo os va a servir por aquí». Desde entonces la valoración social sobre el euskara y el deseo de recuperarlo ha cambiado abismalmente. Hoy se escucha hablarlo a jóvenes del citado pueblo y alrededores, y no digamos en Leitzaldea o la Sakana donde todos lo utilizan.

Me apasionan las lenguas, hago y haré esfuerzos por aprender otras. Si voy a Portugal trato de utilizar el poco portugués que sé. Aquí hace poco a una señora portuguesa que venía con su nieto al despedirme le dije “Obrigado!”, y ella le dijo al nieto en portugués «¡Que agradable es escuchar alguna palabra en nuestra lengua!». Pero mi apuesta principal es el euskara al igual que la de muchos otros, que se esfuerzan por recuperarla, al menos para sus hijos, lo cual siendo una elección libre debe ser tenida en cuenta por las instituciones facilitando medios y centros. ¡El futuro se escribe en euskara, abrámosle las puertas!

Hace cinco siglos que los escritores navarros Axular y Etxepare escribieron obras en euskara. Hoy hay escritores euskaldunes de la Ribera como Jokin Muñoz (Castejón) y Eduardo Gil (Tudela). Aunque el euskara se perdió hace unos diez siglos en Tudela, unos más tarde, seguían reclamando un veterinario euskaldun, además de haber muchos testimonios de su uso en Arguedas, Murillo el Fruto, Cintruénigo… y aunque la realidad lingüística sea diferente, los derechos lingüísticos les asisten a todos los ciudadanos, ya sean de la Ribera como del Bidasoa. En la Ribera se está potenciando, e incluso en el aspecto comercial es positivo. En una visita a Sendaviva me quedé sorprendido de que entre los asistentes se hablaba bastante euskara. A una persona le comenté a ver si el uso andaría sobre el 30%, y me comentó en euskara que era entorno al 60% y que si se utilizase más, redundaría positivamente en la asistencia.

En una visita reciente a la Biblioteca del Escorial (Madrid), observé que las audio-guías se podían escuchar en 16 idiomas, el segundo que se podía elegir era el euskara, respetuoso detalle que agradeces, idioma que utilizaron o hicieron alguna referencia, hace cinco siglos, Cervantes o Lope de Vega. Este último en una de sus comedias intercaló estos bellos versos: «Zure begi ederrok, ene laztana, katibaturik nabe, librea nintzana (Tus hermosos ojos, mi amada, me han cautivado, siendo libre!)».

Hoy en las redes sociales predominan diversas lenguas en una misma conversación, lo cual con respeto es signo de pluralidad y riqueza. Y en la medida que se pueda potenciar, la propia y primitiva, el euskara.

Hau dela eta, gure kulturaren altxorik baliotsuenari eutsi behar diogula argi baina argiago izan behar dugu geroari begira, eta ahal den neurrian erabili eta zabaldu, batez ere haurrekin, baina nagusien artean ere ez dezagun ahaztu erabiltzen ez dena galdu egiten dela. Etxepare nafarrari jarraituz «atera dezagun euskara plazara!».

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