La vieja Europa está convencida que inventó la «democracia» y la ha exportado, con ese terrible historial, a los pueblos llamados salvajes e ignorantes, algunos de los cuales tenían establecido el «buen vivir», que era vivir en armonía con la naturaleza y con la comunidad. Europa y EEUU continúan con su tarea de «democratizar» el planeta con guerras «para liberar a las mujeres de la tiranía machista del burka» e invadiendo y arrasando pueblos como Irak y Libia para liberarles de «crueles dictadores y de armas de destrucción masiva». Palabras y sólo palabras para tratar de engañar y ocultar las verdaderas intenciones: hacerse con el petróleo, con los minerales, con todos los recursos de esos países y destruir los pueblos más avanzados del mundo árabe, aunque tuvieran sus contradicciones. ¿Sólo Saddam y Gaddafi eran malos? Y los amigos del imperialismo como la monarquía de Arabia Saudí, los Emiratos del Golfo, el gobierno de Israel, el rey de Marruecos, o Erdogan, ¿qué son? ¿Quizás hermanitas de la caridad?

Y a todos esos continentes y países masacrados, empobrecidos por robo, sin derechos, y como ahora les llaman prescindibles, ¿quién les resarce? ¿Alguien se atreve a calcular con cuanto dinero se paga el exterminio de pueblos indígenas, los millones de personas cazadas en sus países y vendidas en otros como esclavas, los miles de criaturas desaparecidas, los miles de mujeres víctimas de trata, los miles de muertes en el mar, sólo en 2016 más de cinco mil personas? Sin embargo, hoy leemos que el informe de Oxfam-Intermon dice que ochenta multimillonarios tienen mas dinero que el 90% de la población mundial. Y todo el mundo les venera como prohombres porque son «listísimos y todo lo han conseguido honradamente».

Le deben tanto Europa, EEUU y esos ochenta individuos a todos esos pueblos, a todas las personas migrantes y en busca de refugio que les tendrían que recibir con el corazón y los brazos abiertos. Sí, y cuidarles con mimo, haciendo desaparecer las guerras y las hambrunas provocadas por ellos y ayudando a reconstruir sus países, pero sacando sus sucias manos de ellos. Sólo así podrían volver, si es lo que quieren, con garantías de poder llevar una vida digna en todos los aspectos. Por el camino que va, occidente jamás va a poder resarcir a esos pueblos.

Y, sin embargo, la única respuesta oficial de Europa es «que no vengan». Y para impedir que vengan se han cerrado fronteras, se han hecho muros y vallas con concertinas, se les detiene y encierra en campamentos como campos de concentración y se les deja morir de frio o ahogados en los mares. Lo importante es que no entren. Por eso no se ha tomado ninguna medida con las criaturas, para que no se pierdan, para que no les exploten y les vendan. Se dice que hay más de diez mil criaturas perdidas en Europa. Pero de darles acogida y refugio seguro, nada de nada. En la guerra civil de 1936 se hizo, en otros países también y ahora en ningún sitio. Abandonadas completamente, sin presente ni futuro, presa fácil de todo tipo de explotación.

No importa, ya ni son noticia, que más da cuantas personas mueren diariamente. Hay miles, millones de personas sin derechos, prescindibles. Los mandamases del mundo, FMI, Banco Mundial etc. así les llaman. Por eso no cumplen ninguna de las leyes internacionales aprobadas cínicamente por Europa, ni protegen sus vidas, ni vigilan para rescatarles, solo vigilan para que no entren y si se ahogan, mala suerte. ¡Ellas se lo han buscado! ¿Hasta donde puede llegar la inhumanidad, la crueldad y el cinismo? Muchos gobernantes y personas de a pie piensan que buscan la muerte por no aceptar resignados el destino que les ha tocado…

Occidente enemista pueblos y fracciones, les entrena, les arma, alimenta guerras y cuenta muertos. ¿Hasta cuando? Sembrando destrucción, quitándoles el futuro que les corresponde, ¿qué les queda aparte de la desesperación y la sed de venganza? Luego cuando alguien ataca desesperado indiscriminadamente sólo esa persona es terrorista y no quienes le robaron todo, incluido tener futuro.

Sólo hay dos bandos:
– El de quienes controlan el mundo. Sólo quieren enriquecerse sin límites y desprecian los derechos, las libertades y la vida de la mayoría de la Humanidad.
– El de las personas que sufren las consecuencias de la tiranía del primer grupo. Estamos también, con todas estas personas, quienes no nos resignamos a olvidar los siglos de colonización y esclavitud. Quienes consideramos a los pueblos machacados y a sus gentes como amigos, y defendemos con ellos que tienen los mismos derechos y les corresponde una vida digna donde quieran estar.

Europa tiene una gran responsabilidad, pues el nivel económico adquirido, no es por méritos propios, sino fruto de siglos y siglos de rapiña, que hoy día continúa. Por tanto, es hora de resarcir tanto atropello, de ser más solidarias y dejar de adorar al consumo insaciable. Para esto estamos en la Plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak, para luchar para que toda persona, de cualquier condición, tenga los mismos derechos sin ningún tipo de discriminación. Os animamos a pertenecer al segundo grupo, al de quienes no nos resignamos y luchamos. Hay que conseguir que cambie esa política criminal de aniquilamiento y se implante de una vez la del reconocimiento de todos los derechos humanos. Empezar por cumplir las leyes Internacionales y derogar todas las leyes y acuerdos aprobados últimamente para maltratar a migrantes y personas en busca de refugio.

Elige bando y elige bien. Sólo el de la solidaridad, el de la igualdad y defensa de los mismos derechos para todas las personas nos puede dar el buen vivir, que es vivir en armonía con la naturaleza y con las personas, en especial con quienes más lo necesitan.

El otro, el de los explotadores de la Humanidad, te pueden dar egoísmo y consumo a tope, pero te deshumaniza sin que te des cuenta. Acabarás justificando, o mirando para otro lado, ante todas las atrocidades pasadas y actuales y te quedarás sin corazón como esta vieja y enmohecida Europa.

Reacciona, estás a tiempo, únete a la Plataforma para conseguir:
–los mismos derechos para todas las personas.
–ninguna persona es ilegal.
–pasaje y refugio seguros.
–las personas migrantes y refugiadas son nuestras hermanas.
–ni muros, ni vallas, ni fronteras cerradas, ni muerte en las pateras.
–libre circulación para todos los seres humanos, no solo para todo tipo de mercancías.
–Europa, sin derechos humanos para todas las personas, es una cárcel para las personas pobres, para las migrantes y para quienes buscan refugio.

No mires para otro lado, el cambiar esta realidad necesita de muchas manos, de muchos corazones que sigan palpitando. No dejes que te ocurra como a quienes gobiernan Europa, que demuestran día a día, que no tienen corazón.