Santi Santaquiteria
Amapola del Camino

Fermín Balentzia, premio de la Cultura

Con su guitarra y su poesía comenzó a cantar y componer en 1968 y ha enriquecido nuestro cancionero en este último medio siglo. No ha habido rincón de Navarra donde no haya dejado sus canciones y donde no se haya inspirado en tradiciones anteriores para componer más.

Para cualquier pueblo o nación, el cancionero popular es uno de sus más importantes tesoros culturales y uno de sus rasgos de identidad. Por suerte, Navarra tiene un riquísimo cancionero en castellano y en euskera, posiblemente uno de los más completos de nuestro entorno geográfico. Las miles de canciones vascas de Navarra recogidas y editadas por Kapare, son la mayor recopilación en la lengua que se conoce. Por otra parte tenemos un riquísimo cancionero en castellano, desde las miles de jotas y coplas repartidas por toda nuestra geografía hasta los paloteados riberos, canciones infantiles, nanas, repertorio religioso, etc. Historia, tradiciones, formas de vida, biografías, santoral, anecdotario popular, todo y mucho más lo tenemos plasmado en canciones, coplas, bertsos y jotas. Lo dicho: un tesoro cultural de primer orden.

¿Alguna vez se ha reconocido a quienes lo hicieron posible? ¿Quién premió al que hizo los paloteados de la Gamazada? ¿Quién las jotas de los Pajes de Tafalla? ¿Quién conoce al autor de “Ituringo arotza”? ¿Quién escribió la letra del Olentzero? ¿Quién el canto al Ángel de Aralar?

Detrás de cada melodía, de cada letrilla pegadiza, de cada copla jocosa, grave, amorosa o zahiriente, ha habido un bertsolari, un jotero, un juglar, un músico popular que nos ha dejado su legado a través de los siglos.

Fermín Balentzia es el músico popular de nuestro tiempo. Con su guitarra y su poesía comenzó a cantar y componer en 1968 y ha enriquecido nuestro cancionero en este último medio siglo. No ha habido rincón de Navarra donde no haya dejado sus canciones y donde no se haya inspirado en tradiciones anteriores para componer más. Fermín ha compuesto con música de paloteados riberos, ha hecho cientos de jotas y bertsos. Desde Monteagudo a Ibardin, desde el alto Loiti a Otsoportillo, Fermín ha hecho cantar a todo Navarra en vasco y en romance, dejando canciones que nos sobrevivirán a todos y todas.

Y como juglar popular, lo ha hecho siempre desinteresadamente, sin más satisfacción que el servir a su pueblo. Fermín representa a todos aquellos músicos anónimos que se esconden detrás de nuestro rico cancionero.

Además algunas de sus canciones han sido los himnos en todo el proceso de recuperación de la Memoria Histórica, desde Maravillas a Germán, y es por eso que hayan sido todo los grupos memorialistas de Navarra los primeros en apoyar su candidatura para que le sea concedido la premio Príncipe de Viana de la Cultura. Desde grandes agrupaciones corales como el Orfeón, a solistas como el Drogas o Enrike Zelaia; desde fundaciones culturales a peñas sanfermineras, son ya cientos de entidades navarras las que apoyan su candidatura y que esperamos ver engrosar los días que quedan.

El Gobierno de Navarra debería de tener en cuenta que no solo las universidades, ni ciertas élites culturales que se retroalimentan y autopremian, son las únicas generadoras de cultura. La Cultura con mayúsculas es mucho más y la cultura popular, la que hacemos todos y todas, es una parte importante de la misma. Por eso nos sentiremos tan representados en Fermín, nuestro trovador, cuando se le reconozca oficialmente su trayectoria.

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