Mientras algunos compañeros –y no sin sólidas bases– han fundado en motivos crítico-ideológicos su rechazo al ataque de la LOMCE a nuestra disciplina (reparando en el vínculo entre la postergación de la Filosofía y el refuerzo horario de la asignatura confesional de Religión como expresión del talante lamentablemente nacional-católico del liberal conservadurismo gobernante en España), lo cierto es que los firmantes del escrito mencionado hemos preferido volar más bajo y denunciar el dislate que todo esto causará en un plano eminentemente práctico que alude a las esperpénticas condiciones en las que nos veremos obligados a impartir las asignaturas de Filosofía y al perjuicio que los alumnos pueden padecer en su nota final.

Y es que convendría que se supiera que la LOMCE, en su artículo 29, establece que toda asignatura que sea troncal ha de ser evaluada en una prueba final de bachillerato –la famosa reválida–; teniendo en cuenta que la Filosofía de 1º sigue siéndolo pero no ya la de 2º, los alumnos se verían obligados por ley a hacer una prueba sobre una asignatura cursada un año antes, con los previsibles malos resultados y consiguiente merma en la nota de final. Pero es que además, los que hemos impartido este curso la Filosofía de 1º lo hemos hecho gravitando a nuestro alrededor el fantasma de una prueba a un año vista cuyo carácter desconocemos todavía –las autoridades llegaron a insinuar, en el colmo de los ridículos, una prueba tipo test (¡en Filosofía!)–. Algunas CCAA han intentado preservar un cierto rigor de continuidad evaluativa bien convirtiendo la Historia de la Filosofía de 2º en una optativa obligatoria para todos las modalidades –valga el oxímoron–, bien haciéndola obligatoria para todo alumno de modalidades humanísticas y de Ciencias Sociales, lo cual posibilitaría que el máximo número posible de los alumnos pudieran preparar mejor el examen de reválida de Filosofía de 1º, aunque también suscitará la irrisoria contradicción de que en tiempos de depauperación de la asignatura, estos alumnos podrían llegar a tener dos exámenes de Filosofía en la reválida. Debe de ser por esto que el Departamento de Educación del Gobierno Vasco ha decidido mostrarse a este respecto servil a los designios del Gobierno central y, por mor de la coherencia, ha decidido ser más fiel al espíritu antifilosófico de la LOMCE rechazando la petición de proteger la Historia de la Filosofía de segundo de bachillerato que varios grupos políticos le hicieron en octubre de 2015 en la Comisión de Educación del Parlamento vasco. Y aún algunos nos tildarán de extemporáneos e incluso de irresponsables a los 50 profesores de Filosofía vascos que hemos repudiado por escrito la petición administrativa de corregir el examen de Filosofía de selectividad.