Martintxo Mantxo
Ekologistak Martxan

Frack Off. Again!!!

En realidad, una de las coartadas de esta industria y de la gasista en general, es que los gases no se perciben a simple vista

Como decíamos en Ekologistak Martxan «se llenan la boca con la COP25 y la Emergencia Climática mientras apuestan por reflotar el fracking», porque previo a la COP25 no tardaron en  anunciar a los 4 vientos su compromiso con la lucha contra la emergencia climática. Sin embargo, el ejecutivo vasco presentaba un proyecto de explorar gas natural por medio de fracking en suelo alavés, que fue avalado el 27 noviembre por el gobierno central.

Porque pese a todo su discurso electoral, a crear un nuevo ministerio que denominaron de «Transición Ecológica», el PSOE es el mismo partido de Patxi López que en octubre de 2011 anunciara en Dallas (Texas, EEUU) que la CAPV se convertiría en una potencia productora de gas (cuando publicamos aquel “Frack Off!!!”)! O los mismos que han impulsado el TAV junto al PNV, o la infame incineradora de Zubieta. Con ella también han querido explotar el tema añadiendo un Centro de Cambio Climático (sic.) al mismo proyecto.

Hace tres años (2016) el gobierno vasco desestimó la implementación del fracking en su territorio. Coincidió con que muchas de la firmas que lo iban a realizar se ahuyentaron por la poca perspectiva económica y muchas entraron en bancarrota en EEUU.

El 3 de diciembre, coincidiendo con el primer día de la Cumbre del Cambio Climático (COP 25) también se iniciaron las actividades de exploración para conocer las posibilidades de implementar el fracking en La Rinconada, cerca a la ciudad de Sevilla. 19 los municipios sevillanos que corren riesgo de ser afectados por esta actividad.

El Gobierno mexicano fue otro que aprovechó las fechas de la COP25 (6 de diciembre) para anunciar el hallazgo de nuevas reservas petroleras en Tabasco (700 millones de barriles de petróleo) y con ello reafirmarse por la carbonización. México cuenta 8.457 pozos de fracking en 7 estados.

En Colombia, el Alto Tribunal ordenaba la paralización de 15 pozos de fracking y la prohibición de otros 42. Según este tribunal, la Drummond incumplió la normativa que impide el fracking en su extracción de carbón de el Cesar. Drummond alegó que no practica «fracking», sino «estimulación hidráulica» o «fracturamiento vertical».

La decisión, además coincidía con un momento importante para las demandas sociales y ambientales de Colombia con los paros (huelgas) contra las políticas neoliberales y extractivistas del gobierno de Duque, y su violencia. Desde la primera huelga general (paro) del 21 de noviembre, se sucedieron otras. El Comité Nacional de Paro para la negociación con el Gobierno publicaba su agenda con 13 demandas entre ellas los Derechos de la Tierra (7º lugar), entre los que se recoge «la prohibición total del fracturamiento hidráulico (fracking) y cancelación de los proyectos piloto», seguido de la demanda por una «Declaración de emergencia climática y ecológica; avance decidido en la transición energética justa, cambiando el modelo energético de manera progresiva, que respete los derechos de la naturaleza y los Derechos Humanos». En último lugar (11º) se exige la «Conformación de Mesa de conflictos por extractivismo y transición energética». También se incluyen los derechos a consultas y el fin de persecución y ejecución de activistas.

Pero por muy chocante que pueda parecer fue el propio presidente Iván Duque, el que prometiera no permitir el fracking en su campaña presidencial. En un informe publicado también recientemente en ese país, «La inviabilidad del fracking frente a los retos del siglo XXI», el ingeniero de petróleos y activista anti-fracking Andrés Gómez nos explica que de igual forma el gobierno creó una Comisión Interdisciplinaria Independiente para analizar los riesgos del fracking. Esta fue tildada de no independiente ni imparcial por la Alianza Colombia Libre de Fracking, ya que 9 de sus 13 miembros tenían vínculos con la industria petrolera. Sin embargo, en su informe, dicha comisión fue rotunda al plantear que «Si el planeta busca alcanzar esa meta (1,5 grados) en el mediano plazo, se debe acordar que parte del carbón, el petróleo y el gas sean dejados en el subsuelo y no sean utilizados».

Esta es en sí la reivindicación de Alianza Colombia libre de Fracking, y muchas organizaciones y redes como Oilwatch. Son reivindicaciones que subscribimos y que pese a parecer ambiciosas son planteadas por el propio Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), quien en 2013, planteaba el no extraer aproximadamente 2/3 de reservas probadas de combustibles fósiles para así evitar una catástrofe. No ha sido el caso en estos seis años, e intentos de ahondar en fracking y más extracción sólo inciden en la emergencia.

En EEUU fue noticia un accidente de los muchos que allá ocurren en el sector del fracking. Acaeció en febrero de 2018 por 20 días, en un pozo de Exxon Mobil en Ohio. Entonces la empresa lo minimizó, pero ahora la Agencia Espacial Europea, gracias a imágenes satelitales, ha conseguido probar que el accidente supuso una la mayor emisión de metano registrada en el país: 120 toneladas de metano por hora (x 20 días = 57.600 Tm). El metano liberado en la atmósfera tiene un efecto de calentamiento 80 veces mayor que el CO2 en 20 años. Según estos investigadores, sólo esta explosión equivalió a las emisiones de metano de un año de las industrias de petróleo y gas de países como Noruega o Francia.

En realidad, una de las coartadas de esta industria y de la gasista en general, es que los gases no se perciben a simple vista. Pero estos días también, el New York Times publicaba fotografías de las fugas de metano captadas con una cámara fotográfica con infrarrojos. Fotografiaron la planta de procesamiento de gas DCP Pegasus en Texas desde una avioneta, y las fugas incesantes de metano se asemejaban a grandes llamaradas. Esta planta ha registrado más de 250 casos de emisiones no permitidas, según informes regulatorios. Los niveles de metano han aumentado considerablemente desde 2007, apuntando al gas de fracking como uno de sus principales responsables.

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