José Luis Paulín Seijas
Médico Coordinador del GEIS (Grupo de Estudio Incineración y Salud)

Grupo de Estudio Incineración y Salud: seguimos

Donostia ocupa el puesto duodécimo de las capitales del Estado con mayor índice de partículas PM2,5 (por encima de los niveles establecidos por la OMS). Precisamente de las partículas más peligrosas para la salud y no controlables con los filtros de última generación. ¿Y ustedes van a poner una incineradora?

Casi todo el mundo está de acuerdo: Ha llegado la ola. O la surfeamos adecuadamente o nos ahoga. «La contaminación mata» (Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, Pedro Duque, ministro de Ciencia – “El País”, 3/1/2020). OMS: «La contaminación ambiental provoca más de cuatro millones de muertes prematuras al año». Compartido por Dr. Jordi Bañeras, reconocido cardiólogo del Hospital Vall D'Hebron, lo ratifica Carlos Jiménez, presidente de la Sociedad Española de Neumología.

Lo mismo pasa con el cambio climático: Ya está aquí, lo sentimos en nuestros organismos, vemos sus desastres naturales –Amazonía, Australia–. La comunidad científica no duda del aumento de la morbi-mortalidad y afirman que en nuestro medio aparecerán enfermedades que no se daban (enfermedad de Chagas, paludismo, etc.).

Muchos agentes se reposicionan. Incluso vemos ciertas «sorpresas» de discutible fiabilidad: Iberdrola y otras empresas energéticas patrocinan en los medios información sobre la cumbre climática, Petronor apostando por la economía circular, El Gobierno Vasco computa el gasto del TAV como dedicado a la Ecología y la Diputación de Gipuzkoa publica suplementos de propaganda «por el clima». Pero a la vez maquillan con nombres la realidad: «Planta de Valorización Energética» en vez de incineradora o la falta de transparencia que siembra dudas sobre el contenido y la gestión del vertedero de Zaldibar y su desgracia.

La ciudadanía, cada vez más sensibilizada y temerosa, pide medidas contra la contaminación y el cambio climático. Incluso se moviliza en masa (ahí está el fenómeno Greta Thunberg).

Pero en ocasiones se les cae la careta verde: «Nadie se muere de esto (sobre la contaminación atmosférica). No quiero que se cree una alarma de Salud Pública porque no la hay. No se va a morir la gente» (Isabel Díaz Ayuso - presidenta de la Comunidad de Madrid–31/12/2019) Contestada el 03/01/2020 por María Neira –directora de Medio Ambiente de la OMS–: «La contaminación mata, la evidencia es abrumadora y hay más de 70.000 publicaciones científicas que lo indican».

También José Ignacio Asensio, diputado foral de Medio Ambiente de Gipuzkoa, dijo en 2016: «La incineradora no afectará a la población. Pongo la mano en el fuego». ¿Cómo sabía en 2016 el resultado de unos estudios que en 2020 están en fase preliminar? Algo huele mal.

No ponga su mano, se puede quemar: la incineradora de Donostia será, según datos oficiales, la segunda empresa de Gipuzkoa que más CO2 verterá a la atmósfera por la chimenea –que se ocultaba en los montajes de propaganda–. No se discute la relación del CO2 con el calentamiento global y el cambio climático. Además, según María Neira (OMS): «Una de las fuentes de emisión de las partículas más dañinas para la salud es la incineración de residuos». Pero no solo eso; según un estudio publicado el pasado noviembre de 2019 por la revista “The New England Journal of Medicine”, Donostia ocupa el puesto duodécimo de las capitales del Estado con mayor índice de partículas PM2,5 (por encima de los niveles establecidos por la OMS). Precisamente de las partículas más peligrosas para la salud y no controlables con los filtros de última generación. ¿Y ustedes van a poner en Donostia y Gipuzkoa una incineradora? Cuando, además, hay alternativas menos contaminantes y más respetuosas con la salud.

La Organización Médica Colegial nos ha recordado a los médicos que tenemos que denunciar las situaciones que afecten al medio ambiente y cambio climático. Por ello, nosotros, el GEIS, a pesar de la puesta en marcha de la incineradora, seguiremos trabajando en espera de un cambio de actitud, pero sin dejar de informar a la población de lo que supone para la salud la incineración de residuos. Hay decenas de artículos científicos de calidad y sin conflictos de interés que siguen relacionando incineración y enfermedad. Como botón de muestra, dos artículos recientes publicados en 2019:

– Parkes B. y colaboradores concluyen: «Aumento de la incidencia de malformaciones cardiacas y genitales en niños nacidos en cercanías de incineradoras en Gran Bretaña».

– Xu P. y colaboradores en China concluyen: «Los niños expuestos a incineradoras tienen doble concentración de dioxinas y furanos en sangre que los no expuestos y sufren un mayor porcentaje de alteraciones genéticas y epigenéticas».

Señores responsables de la Diputación. No se quemen las manos. Políticos de sus mismos partidos han descartado la incineración de residuos en otras comunidades. Paralicen la incineradora.

Ustedes tienen una gran responsabilidad en el futuro de Gipuzkoa. Posicionense «realmente» contra la contaminación y a favor de la salud. Si surfean adecuadamente la ola, los ciudadanos se lo premiaran y, si no es así, nuestros hijos e hijas (los de todos y todas) les señalarán. ¿Asumirán en ese caso su responsabilidad?

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