¡Hipocresía, cobardía y sumisión!
¡Así escriben ustedes la historia, señores del PSOE, una historia llena de indignidad, ignominia y vileza!
Creo que estas tres definiciones definen de una manera correcta y apropiada la política exterior española. Creo que escuchar, ver, o leer a Pedro Sánchez, (presidente del Gobierno) a Margarita Robles (ministra de Defensa) o a J. A. Albares (ministro de Asuntos Exteriores) sobre los derechos humanos, el derecho internacional o la legalidad internacional, no solo es un insulto a la inteligencia, sino que es una gran mentira, ¡por sus hechos les conoceréis! Y los hechos en materia de política exterior, por parte del Gobierno español, utilizando esos grandes principios (derechos humanos, legalidad internacional, derecho internacional) a través de declaraciones grandilocuentes, y de discursos rimbombantes, tan solo intenta ocultar el sometimiento y la sumisión a la que el Gobierno español (recuérdese que dicho gobierno se declara progresista y de izquierdas) les vienen ordenadas desde Washington directamente, o a través de su brazo armado, la OTAN, escucho, leo y veo todos los días y a todas las horas hablar a estos personajes de cómo el Gobierno ruso, viola los derechos humanos, la legalidad internacional y el derecho internacional, escucho como se pide que tanto Putin, como su Gobierno, serán juzgados por crímenes contra la humanidad, que el Gobierno ruso sea juzgado por crímenes de guerra, se acusa al Gobierno ruso de atacar a la población civil etc. ¡Grandes principios, grandes valores! De los que hablan los ministros y dirigentes del PSOE, si no fuera porque esos ¡grandes principios y grandes valores!, desaparecen como arte de birlibirloque, cuando se trata de condenar el asesinato de ancianos, mujeres y niños palestinos por parte del estado genocida de Israel, entonces los ministros, parlamentarios, senadores, y todos los altos cargos del PSOE, cambian esa supuesta «firmeza» por las obedientes mensajes de «pedir contención a las dos partes»o sea, los dirigentes del PSOE, (con Sánchez a la cabeza) le piden la misma «contención» a un joven palestino armado un tiragomas, un cóctel molotov, o un AK-47, que a un ejército que emplea blindados y aviones que lanzan bombas de fósforo o de fragmentación sobre la población civil encerrada en el gueto de gaza, a eso, se le llama equidistancia, pero también se le puede denominar, obediencia debida a los intereses sionistas.
Los altos cargos del PSOE (con Sánchez a la cabeza) no paran de repetir una y otra vez, ¡que no se va a ceder al chantaje de Putin! ¡Que no se va a aceptar el chantaje de Putin! ¡Que el chantaje de Putin no logrará sus objetivos! Repiten, repiten, y repiten, una y otra vez la palabra chantaje, como un católico practicante repite una y otra vez los misterios del rosario, o sea, como un dogma de fe, pero de lo que no hablan, y tampoco explican los altos cargos del PSOE es: ¿cuál es el chantaje al que está sometido Sánchez por parte de la monarquía alauí? ¿Por qué ha decidido que sea el gobierno de un déspota como Mohamed VI quien ¿proteja…? La frontera sur del Estado español? ¿Para qué sirve el artículo 8º de la tan cacareada constitución española? ¿Solo para reprimir a catalanes y vascos? ¡Señor Sánchez! ¿Por qué denuncia usted a los poderes mediático-empresariales en el Estado español, y, sin embargo, usted y sus correligionarios no dicen absolutamente nada sobre el silencio cómplice, que esos mismos medios emplean para ocultar (¡qué gran escuela creó el ministro de propaganda nazi J. P. Goebbels) los asesinatos, torturas y encarcelaciones que sufren los saharauis por parte de la satrapía alauí? Habla usted, señor Sánchez, de la presión que sufre su Gobierno por parte de los poderes económicos (léanse gasísticas, petroleras, eléctricas, constructoras, etc.), pero usted no solo calla, sino que apoya entusiasmadamente, el robo que esas mismas empresas y transnacionales utilizan para expoliar los recursos naturales y energéticos que pertenecen al pueblo saharaui. ¡Estos son los hechos, señor Sánchez! Cierto es, señor Sánchez, que tanto usted como su Gobierno, (en la parte que representa el PSOE) no son otra cosa más que el fiel reflejo de esa España que, en materia de política exterior, siguen creyendo que son un país con peso internacional, pero la realidad nos dice que España como país, en el marco de la política internacional, es del todo irrelevante.
¡Por cierto, señor Sánchez, y señores del PSOE! ¿Saben ustedes donde se ha metido el «hermano mayor» del monarca alauí en todo este conflicto? Si hablo de Felipe VI, ese que cuando de amenazar a los catalanes se trata, se pone todas sus medallas y acapara todas las emisoras de radio, todas las páginas de los diarios y todas las cámaras de televisión, pero que es incapaz de decir nada (¿silencio cómplice?) cuando las fronteras de su reino son «protegidas…» por un ejército extranjero como pago a un chantaje? ¿Cobardía, connivencia, colaboración…? Y para que no nos faltara nadie en esta pantomima montada por el PSOE, aparece en escena Marlaska diciendo que la Policía marroquí ¡hizo un gran trabajo…! 24 muertos según la versión oficial, más de 30 según las ONG, esto es como entiende este sujeto, ¡hacer un buen trabajo…! Cierto es que, conociendo las tropelías jurídicas que este individuo en cuestión cometía en su etapa de juez (ahí están las sentencias del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo) no nos extraña que al asesinato de decenas de personas cuyo único delito es intentar buscar una vida más digna huyendo de la miseria, del hambre y de las guerras, ¡si, señores del PSOE de las guerras! Porque ucrania no es la única guerra que existe en el mundo, ¡claro que por lo visto, cuando las víctimas no son altas, rubias y sobre todo europeas, son menos víctimas! ¡Así escriben ustedes la historia, señores del PSOE, una historia llena de indignidad, ignominia y vileza!