Isidoro Berdié Bueno
Profesor en Ciencias de la Educación, Doctor en Historia y Doctor en Filología Inglesa

Homenaje a "Egin" en su 40 aniversario, desde la acracia

A la filosofía idealista de Hegel, Marx la puso con los pies en el suelo. Del mismo modo, la izquierda abertzale ha puesto la acracia que estaba en la utopía, con los pies en el suelo.

Se trata de otra obra, la tercera, de una trilogía que desde la acracia de Zaragoza, hacemos sobre la izquierda abertzale y su idiosincracia. Los vascos lamentan que la gente que se acerca a Euskal Herria sea para estudiar su paleolítico, su folklore y su idioma preindoeuropeo, amén de su gastronomía, y no vayan un poco más lejos, pues Euskal Herria es mucho más. Y ahí está "Egin", que armoniza perfectamente arte, ciencia y «politeia» asuntos de la «res publica», para poner al ser humano en el centro de nuestro universo, desarrollando de esta manera el humanismo, como el valor mas excelso, cual hicieron los artistas, políticos y filósofos del Renacimiento.

Estamos en el 40 aniversario de la fundación de "Egin", y este colectivo ácrata de Zaragoza, colaborador en dicho diario, quiere unirse a los euskaldunes y a toda gente de paz, a festejar la efemérides, celebrar sus excelencias, revisando un muestreo de portadas de dicho diario, comentadas, y brindar por su digno sucesor: GARA; asimismo queremos agradecer la amistad que siempre nos han regalado los bravos militantes de la izquierda abertzale y solidaridad frente al terrorismo de Estado sufrido por alguno de los libertarios de este colectivo por parte del ministerio de Educación de Zaragoza y profesores socialistas (a quienes Pio Baroja llamaba «socialeros») y comunistas (a quienes un anarquista uruguayo llama «comunachos»), que no entendían qué era eso de la libertad de cátedra. Pero la izquierda abertzale y el «primo de Zumosol» sí que lo entendieron a la primera y pusieron manos a la obra, actuando en consecuencia. ¡Gracias muchachotes, «eskerrik asko mutilak»!

Qué pintamos en este homenaje y quiénes somos es algo que se planteará algún lector que no nos conozca, para ellos van estas líneas: el sindicato de CNT-AIT de Zaragoza tenía intercambio de publicaciones con la izquierda abertzale: revista "Askatasuna", prensa etc., teníamos pues conocimiento mutuo, simpatía y empatía. Nosotros definíamos la anarquía, como la más bella expresión del orden, y en esto coincidíamos con la izquierda abertzale, también buscaba el orden y la paz en Euskal Herria.

Ha sido un tradicional y craso, malévolo e intencionado error hacer acracia sinónimo de caos, de desorden. Al igual que hacer de "Egin" sinónimo de amparador del terrorismo, cuando dicho diario tan sólo se limitó a hacer de espejo, reflejar la realidad difícil que se vivía en la península ibérica y en el resto del mundo, porque una cosa que va a quedar clara cuando examinemos sus portadas es que su información es no solo local, adscrita al terruño, sino también internacional y cosmopolita, amén de deportiva, con su slogan: "Mens sana in corpore sano". Valórese también su apertura ideológica a plumas de diferentes ideologías, en este caso, nuestro caso podemos abiertamente declarar que siempre los ácratas tuvimos la puerta abierta de su prensa, abogados y sindicato, y ellos con nosotros también tuvieron proyección en nuestros medios.

No estamos en contra de la organización. El cachondeo y la bohemia no están mal, pero eso no es anarquía. Porque la anarquía lo primero que requiere es trabajo, trabajo organizado, y sobre todo un compromiso. Y esto hay que predicarlo a los cuatro vientos hoy en que la transparencia cada vez se hace más opaca. El sistema educativo se ha propuesto hace tiempo crear estúpidos en serie, y hay que ver si lo está consiguiendo, porque los propios docentes, que mimetizan cada gesto de sus amos y jefes, ellos que deberían ser ejemplo y referencia obligada, son los primeros estúpidos.

Hay movilizaciones de jóvenes en estos tiempos, son síntomas de rebeldía, nada más, y rebeldía en absoluto es sinónimo de revolución. Pues el verdadero revolucionario ha de ser paciente, y debe además ser consciente de que está en el grupo de los perdedores.

También proponíamos que debíamos ser cosmopolitas y planteábamos la cultura de las carreteras, viajar, interrelacionarse, conocer gente. Y ahí, incluso en el último rincón del planeta hemos encontrado vascos, recorriendo caminos por los dos hemisferios del planeta, conociendo nuevas culturas y... ¡escalando el Everest!

Tanto nosotros como la izquierda abertzale estamos ligados estrechamente con la ecología. Pensamos que hay que hacer la estancia del hombre en la Tierra lo más paradisíaca posible. Hay que evitar la contaminación de los ríos; poner freno a los vertidos industriales, obligándoles a poner depuradoras a determinadas empresas.

Sobre la energía nuclear, la consideramos peligrosa y contaminante. Así como los vertidos radioactivos sobre los mares y las costas. El mar no puede ser el basurero de oligarcas que se creen con derecho a todo. Tampoco puede ser el campo experimental de lanzamiento de bombas.

Por su parte, la Tierra ya está bastante quemada y contaminada su atmósfera con las experiencias nucleares cuya finalidad es la destrucción. Estamos al borde del abismo. El equilibrio ecológico amenaza con romperse. Sin la presencia de un "Egin" y una hipotéticamente falta de GARA, ¿a dónde vamos?

A la filosofía idealista de Hegel, Marx la puso con los pies en el suelo. Del mismo modo, la izquierda abertzale ha puesto la acracia que estaba en la utopía, con los pies en el suelo. El ser humano no es ningún ángel sino un ente con múltiples limitaciones, tampoco es bueno por naturaleza, lo es haciendo un gran esfuerzo.

Diario "Egin": "Sembrando flores"

Este es el tan cuestionado diario, que lleva a mal traer a los de siempre, a todos aquéllos que no han leído ni siquiera a Castelar, el cual decía que los excesos de la prensa era desde la propia prensa donde había que corregirlos, pero parece que la gente ni se entera. Nosotros, este colectivo ácrata, sí. El tema está en cuestión, es actualidad y los redactores de este estudio nos disponemos a tratarlo con imparcialidad. Y como un severo juez proponemos lo sea el exigente lector. ¿Vale?

De entrada y de la manera más natural, hay que afirmar y aceptar que, si para silenciar un diario es necesario recurrir a la violencia, esto implica necesariamente dos realidades: primera, la carencia más absoluta de argumentos, sumado quizás a una pobreza dialéctica del adalid; una segunda, que vendría a cubrir la desnudez de la primera, y en el más puro maniqueísmo contra «los malos», para conseguir su objetivo el fin les justificaría los medios, llegado el momento, no dudan en utilizar lo que  modernamente se denomina «guerra sucia» en la que todo vale, en la que todo está permitido (Belloch y sus ratas), pero que en definitiva nada aclara, el tiempo pasa y nada se soluciona. Alguien pues se equivoca.

Al disertar sobre este tema como ácratas, somos perfectamente conscientes que entramos en arenas movedizas, en terrenos pantanosos, cual los que rodeaban el castillo del malvado Heathcliff, en la tierna obra, joya de la literatura romántica inglesa "Wuthering Heighs" de E. Bronte. Pero, pensamos que nunca puede ofender quien dice la verdad, sino el otro, y nuestra intención en este caso, es sencillamente exponer, no vencer ni convencer. De no hacerlo así nos estaríamos contradiciendo, yendo a caer en el mayor de los ridículos, e incongruencias y en serio, esa no es ni por asomo nuestra intención. Sea pues el lector quien dictamine y se pronuncie, quien tome una posición respecto al tema.

El diario "Egin" se define como un sembrador, un sembrador de flores, vino al mundo predicando la paz y la concordia y en esos términos, así se marchó. Vivió entre otras cosas y trató de ser una publicación pedagógica y con elementos libertarios, por ende, presentamos al lector fragmentos y artículos relacionados con la educación, literatura, lenguaje, cultura y civilización, extraídos al azar entre los muchos que cada día publica este diario euskaldun, de los que nos hicimos eco y reprodujimos en nuestros medios libertarios.

Sus autores, algunos resultarán más conocidos, otros menos y algunos serán sólo conocidos en su casa a la hora de comer. Pero, esa circunstancia nada debe influir ni relacionarse a la hora de emitir un análisis, de confeccionar un juicio crítico. Con esto, pensamos haber cubierto nuestro deber, no haber faltado a nuestro apoliticismo ni a nuestro espíritu libertario, y a la vista de los siguientes documentos que hemos preparado, dejamos en total libertad al lector quien para nosotros es el más importante, para que sentado plácidamente en su butaca, calzadas sus zapatillas y encendida su cachimba, rumie y saboree estos escritos, se informe y se autoconvenza de sus propias conclusiones, y de lo que fuere. ¡Salud!

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