Iñigo Jaca Arrizabalaga
Exgerente del Hospital de Cruces

Hospital de Urduliz hospital bilingüe

Se acercan las elecciones europeas y deseo introducir un elemento para la reflexión sobre lo que suponen las instituciones y la normativa en el plano de los derechos fundamentales de los ciudadanos y en concreto aludir al derecho que les asiste a los ciudadanos para el uso de cualquiera de las dos lenguas oficiales en sus relaciones con la administración y los servicios sanitarios de Osakidetza.

 

Y mi reflexión la quiero hacer en un momento en el que la sociedad vasca se plantea una andadura basada en el respeto de los Derechos Humanos de todos los ciudadanos. Cuando en este país hemos hablado de derechos fundamentales, nos hemos olvidado siempre de la discriminación por causa lingüística, y con ello me quiero referir a todos aquellos pacientes que han tenido que acudir a las consultas médicas y a los hospitales con un traductor, familiar o no, porque el médico era monolingüe. ¿Dónde quedaban sus derechos fundamentales a la intimidad, la confidencialidad, o a la salud por imposibilidad de la necesaria comunicación con su médico?

Existe una normativa europea suficiente para garantizar los derechos lingüísticos de los ciudadanos que tienen dificultad para expresarse y entenderse con sus médicos monolingües. Así la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, dice que la Unión respeta la diversidad lingüística (art 22), y prohíbe cualquier discriminación por razón de lengua (art 21). La propia Carta establece que se respetará el consentimiento libre e informado y que para ello la información deberá darse de manera que el paciente comprenda (LAP). Igualmente la imposición de traductor que hace el medico monolingüe vulnera también los derechos fundamentales a la intimidad y a la confidencialidad.

A este marco legal de la Unión Europea hay que añadirle lo que por haberlo así firmado y refrendado obliga al Gobierno de España y es la Carta Europea de Lenguas Minoritarias del Consejo de Europa, donde quedan claros los derechos lingüísticos y los pasos que las administraciones han de dar para garantizarlos (art 10). Esta normativa es derecho positivo y el gobierno vasco ha de cumplirla en su totalidad en cuanto que se refiere también al derecho fundamental que la asiste a la población vascófona.

El hospital de Urduliz, cumpliendo la ley y previniendo conflictos lingüísticos futuros, debiera ser totalmente bilingüe. Un hospital donde el ciudadano sea atendido indistintamente en euskera o en castellano pero que la documentación clínica y las reuniones del hospital se realicen en euskera. Así lo hizo la sección flamenca de la Universidad Libre de Bruselas creando el Hospital Universitario de la VUB (UZ Brussel). Así la población euskeldun tendrá un centro de referencia, en el que se respeten sus derechos lingüísticos, incluidos los de los 80.000 euskeldunes bilbaínos que debieran poder acudir libremente a este hospital en base al respeto de sus derechos lingüisticos. Son derechos fundamentales, lo dice la ley.

Por haber hecho los estudios de medicina en la Universidad Libre de Bruselas conocí en los 70 como puede llegar a vulnerar el funcionamiento de un hospital un conflicto lingüístico. Vi a los pacientes demandando ser atendidos en su lengua, a los médicos hablando en inglés entre si porque unos no querían hacerlo en francés y los otros tampoco en neerlandés, ocurría que durante la guardia acudías a las tres de la mañana a la cama de un paciente y la historia estaba escrita en el otro idioma. Todo esto se solucionó con la apertura del hospital bilingüe que mencionaba.

La apertura de un nuevo hospital en Euskadi, con una realidad sociolingüística como la de la zona en la que se va a ubicar, con una necesidad de que los pacientes tengan garantizada su derecho fundamental a ser asistidos en euskera, ha de ser necesariamente bilingüe, y ello quiere decir que todo su personal lo sea pues a los ciudadanos se atenderá en el idioma que deseen como lo establece la ley, y se habrá contribuido a darle ese espacio al idioma que todos queremos preservar.

Ya sé que alguien se rasgará las vestiduras y recurrirá al demagógico argumento de que lo que se necesitan son buenos médicos, como si los médicos bilingües no lo fuera tanto o mas que los monolingües, efectivamente hacen falta buenos médicos y estos necesariamente deberán conocer también la lengua inglesa pues es en este idioma en el que se publican las novedades científicas de interés y en el que hoy se desarrollan las reuniones y eventos científicos. Casi la totalidad de los jóvenes médicos que hablan euskera también hablan inglés y tienen acceso a las revistas de gran impacto como Cell o Nature.

En el terreno lingüístico no se deben cerrar los ojos y tenemos la obligación de adelantarnos con las soluciones pues el conflicto lingüístico, si alguien lo ha vivido, se caracteriza por ser extremadamente duro y si bien la comunidad vascófona ha demostrado tener una paciencia extrema pienso que ésta se está agotando. Un médico que no esta capacitado lingüísticamente no debe considerarse capacitado profesionalmente para atender a la población vascófona. Es hora de exigir que la misma capacitación de conocimiento de la lengua española que se le exige a un médico extranjero que viene a trabajar a España, se le exija con el conocimiento de euskera a quien quiera trabajar en zona vascófona.

 

 

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