Alfonso Caldas
Portavoz de Cambiando Huarte/Uharte Aldatuz

Huartegate: la «espantá» socialista

Que nadie del PSN, el partido que ahora lidera el gobierno de Navarra se haya atrevido a poner la jeta en su primer test serio avanza ya las múltiples trampas de trileros a las que asistiremos a lo largo de la actual legislatura.

Una vez más el PSN ha demostrado que no es de fiar y que hasta sus propios votantes le importan un pimiento (o una cebolla por tratarse de la hortaliza más famosa de nuestro pueblo).

En el Pleno de investidura del Ayuntamiento de Huarte la formación de la rosa y el puño ha cumplido con el guion y, a la manera de los toreros cobardes, ha dado la «espantá».

Y para burlarse aún más de la ciudadanía ha puesto una serie de excusas que son un insulto a la inteligencia: Que si las fechas son complicadas, que si los candidatos sustitutos continúan de vacaciones (curiosamente en la Cámara Foral no ha habido ningún problema para reemplazar a los parlamentarios socialistas que han sido llamados a funciones de gobierno), que ninguno de la lista quiere venir a Huarte porque aquí se respira mucha tensión política (¿por qué se presentaron entonces a las elecciones municipales?). Justificaciones todas de pésimo pagador.

O no, según se mire, pues abundan los malpensados que opinan que la alcaldía de Huarte ha sido una retribución a cambio de permitir la presidencia de la señora Chivite. Yo, visto lo visto, y aunque no puedo afirmarlo con rotundidad, también creo a pies juntillas esa hipótesis.

Que nadie del PSN, el partido que ahora lidera el gobierno de Navarra se haya atrevido a poner la jeta en su primer test serio avanza ya las múltiples trampas de trileros a las que asistiremos a lo largo de la actual legislatura.

El sillón vacío de la Corporación huartearra escenifica a la perfección aquella frase pronunciada el 23 de febrero de 1981, en pleno golpe de Estado, por Sabino Campos refiriéndose al general Armada: El PSN en Huarte «ni está ni se le espera».

Las manifestaciones del señor Alzórriz, secretario de organización de los socialistas, asegurando que encontrarán a la persona adecuada que aporte «lo mejor para que se cambie la vida en el pueblo», lejos de tranquilizarme me preocupa más todavía, ya que ninguno de los posibles candidatos (entre los que se incluye el propio presidente del PSN), reside en la localidad.

Quien se apunta en una lista de relleno lleva la culpa, pero seremos las vecinas y vecinos quienes deberemos cargar durante 4 años con la penitencia.

Las cebolleras, los cebolleros y la democracia no nos merecemos tal desprecio. Si los representantes públicos se esconden cuando deben asumir responsabilidades estamos perdidos. Perdidos y desrepresentados.

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