Isidoro Berdié Bueno
Profesor en Ciencias de la Educación, Doctor en Historia y Doctor en Filología Inglesa

Hurra al sindicato «Hieródulas» o las trabajadoras del amor

Los hay que necesitan ser escuchados, que no tienen comunicación con nadie, ya por timidez o por otro problema, y que estas mujeres le escuchan, le dan cariño y calor.

Los griegos tenían la palabra «Hieródula», que venía a significar «tarea sagrada». Va ligada al Neolítico a la fertilidad y procreación, según Heródoto, siglo V a.C., profesión de origen divino, con la misma categoría que la realeza o la justicia. Era sagrada, respetable, reyes y alta sociedad entregaban hijas para el culto de la diosa Inanna, Ishtar, Isis, Astarté y Afrodita, diosas del amor y de la fertilidad. Platón: "El Banquete", el diálogo más importante que se ha escrito en la historia sobre el amor, Sócrates cede la palabra a Diotima, sacerdotisa del amor, para que dada su magistratura en el tema aleccione a los filósofos. Pues el amor es algo espontáneo que lo da la naturaleza; es una institución natural y no social. A quien corresponda, así entiéndalo: institución «natural». Algo que ni el Estado ni partidos políticos que las discriminan pueden 
decir.

Las hieródulas del siglo XXI son verdaderas asistentes de higiene mental, emocional y sexo-afectiva, cuantísimos problemas solucionan y evitan trabajo a la Seguridad Social, ademas de mantener el orden público y la paz social sustituyen al gendarme y colaboran con la comisaría en el orden público, pues sin su existencia las violaciones serían el pan nuestro de cada día, gracias a las hieródulas, que neutralizan el fuego sexual de muchos hombres, recurriendo a ellas y dejando en paz a las otras mujeres, entre ellas a las casadas. El propio san Agustín, padre de la Iglesia, era partidario de la existencia de este colectivo, de las trabajadoras del amor. Así como Catón el Viejo en la antigua Roma: «Es bueno que los jóvenes poseídos por la lujuria vayan a los burdeles y dejen en paz a las mujeres de otros hombres». En Roma a las esposas adúlteras se les podía ejecutar.

Existen personas con deficiencias físicas y de escaso atractivo, que si no fuera por este tipo de mujeres no tendrían acceso en la vida normal a ese tipo de intimidad. Los hay que necesitan ser escuchados, que no tienen comunicación con nadie, ya por timidez o por otro problema, y que estas mujeres le escuchan, le dan cariño y calor, evitando de esa manera el sofá del psiquiatra, quien ademas no logra solucionar y se queda corto en el tema de la sexualidad y su patología, y ahí donde el galeno no llega, las hieródulas sí.

En definitiva, son excelentes colaboradoras no sólo en la salud pública, sino también en orden público (también sustituyen al gendarme y a la comisaría, y en justicia, se debe reconocer su trabajo, socialmente y laboralmente, legalizando la profesión, contrato de trabajo y Seguridad Social, deben estar bajo tutela, educación y regulación laboral de la Consejería de Sanidad y, por ende, recibir «cursillos ad hoc», etc). 

Por eso, sí a un sindicato, pero inscrito en los sindicatos de la Salud Pública, como las cuidadoras de ancianos, fisios, ATS, psiquiatras, etc. No al epígrafe de trabajadoras del sexo, pues son bastante más que eso, la ignorancia de las sindicadas y el desprecio social secular que han sufrido, hacen que ellas mismas se autodiscriminen y no se valoren en su justa medida, pero para eso estamos nosotros y el diario GARA.

Urge la legalización de las trabajadoras del amor, coticen a Hacienda y gocen de Seguridad Social, y sobre todo urge sacarlas del comercio de la trata de blancas, proxenetismo, violencia y vejaciones, amen de esclavitud de por vida, y al final, sin una mísera pensión, el basurero para morirse. Pero, ya hemos visto que esta profesión no siempre fue así. Quien no la ve así es el Estado y sus acólitos y latras. Para la equiparación de hombre y mujer hubo lucha, para la normalización social de gays y lesbianas hubo lucha, y remontándonos más, para la jornada de ocho horas hubo lucha, en todas ellas cayó gente, y murió gente con el dolor y desesperación de ver frustradas sus pretensiones. Me decía un compañero profesor, fraile dominico: «Los caminos que hoy aparecen trillados, los primeros que los iniciaron hoy son mártires».

El tema de las hieródulas, su prestigio y legalización se ha cobrado entre otras víctimas sin rostro y sin nombre, la cabeza de Concepcion Pascual, sin que Petrusko Sánchez parpadee, ni PSOE ni Podemos. Las hieródulas es un tema ya tratado en "Egin" (diario abertzale, muerto en combate) hace más que lustros, décadas, que siendo una demanda de los anarcosindicalistas, halló favorable acogida en el colectivo abertzale, recuerdo que comentando el tema, un redactor de "Egin" Iruñea, dijo: «el Estado es el Leviathan, el Demonio (Biblia)» y yo le añadí: «El Estado es un monstruo frío, el más frío de los monstruos fríos, es frío hasta cuando miente y dice que él representa al pueblo» (Nietzsche, filósofo anarquista alemán S/XIX).

Para un ácrata el Estado (y adláteres) no quieren amor ni sexo, quieren poder y demostrarlo ante una persona menos fuerte que él, y humillarla, si es más fuerte retrocede. Es un depredador, un sádico y un vampiro.

Continuará...

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