Isidoro Berdié Bueno
Profesor en Ciencias de la Educación, Doctor en Historia y Doctor en Filología Inglesa

Iglesia vasca, bai. Teofanía

Habla el político desde su tribuna, el religioso desde el púlpito, el orador desde el Ateneo, la señora en el mercado. Todo el mundo habla y habla; qué dicen, nadie dice la verdad. A lo sumo, dirán su verdad.

La Iglesia vasca, un importante sector se pronuncia, cual consta en su misión pastoral y en el concepto de caridad cristiana, por la humanización de la situación de los presos vascos. Colectivos cristianos de base, integrados en la misma por el cuerpo místico de Cristo, participamos también en la petición como Iglesia. Esta conoce en sus propias carnes, desde sus inicios, tanto la represión a la libertad de expresión, amen de la cárcel y el asesinato, comenzando por figuras relevantes como San Pedro y San Pablo en el Imperio Romano. Zorionak!

Hace dos décadas y un lustro, me deleitaba con los escritos en "Egin" del sacerdote Mosén Jesús Lezaun. Al sacar este articulo, lo hago agradeciendo a GARA que sirva de soporte, pensando en Mosén Jesús y en la Iglesia vasca, y adelantando a detractores que la religión se puede filosofar y teatralizar, que no es necesariamente opio del pueblo, como decía Marx, ni su dictadura del proletariado es la solución a los problemas existenciales y trascendentales de la humanidad. Hace 25 años también, escribí un obra de teatro con fines escolares: mejorar la dicción, expresión corporal, superación del miedo escénico, romper la monotonía del aula, etc. El título era "El dilema de Pilatos: Las razones de la Verdad y la razón de Estado". Algunas de las tesis de la obra constan en el presente escrito y la razón de Estado está latente con los presos vascos.

Lucifer está vivo en toda la Historia, pero ¿donde está Dios, la gran verdad? La gran verdad filosófica metafísica es Universal e incorpórea. No es de este mundo que es una parcela de cosmos, el axioma más absoluto solo será un aspecto. De ella podría partir todo, ¿Dios y su teofanía en la creación? (Guarddon), ¿la gran explosión panteísta? «Deus sive natura» (Spinozza), aplicable a la cosmogénesis del Big Bang. El color de la margarita el perfume de la violeta ¿otras firmas de Dios?

Habla el político desde su tribuna, el religioso desde el púlpito, el orador desde el Ateneo, la señora en el mercado. Todo el mundo habla y habla; qué dicen, nadie dice la verdad. A lo sumo, dirán su verdad.

La verdad es algo universal e incorpóreo, y por tanto, no puede circunscribirse al programa de un partido, al perímetro de un templo, o un centro comercial, ni tampoco puede estar relacionada con la balanza de pagos ni con las exportaciones a Japón.

La verdad está en la meta del filósofo, no en la mente, pues es el amigo de la sabiduría, no el sabio. Incluso, puede estar en la meta del científico que no vende su trabajo a la empresa, ni al capital multinacional. No es algo estático, sino dinámico. Es como un tren al que has de tomar en marcha, por lo tanto, solamente llegan o se aproximan a ella las personas activas, laboriosas, aguerridas. El ocioso, el vago, el parásito están «a priori» excluidos, porque su verdad está viciada de raíz, ya que está condicionada y dirigida a continuar manteniendo su status.

La verdad no es de este mundo, porque este mundo es una ínfima parte de otro mayor. En consecuencia el axioma más absoluto, la verdad más evidente, no será mas que un aspecto parcial de lo que podríamos denominar la Gran Verdad, donde se recopilarían todas esas verdades parciales pero que a la vez determinarían y darían forma a esa Gran Verdad. Realidad, de donde podría partir todo, y que por ahí le llaman Dios.

En consecuencia, si todo parte de esa gran Unidad que es Dios, los desvaríos de San Francisco de Asís cuando llamaba hermano a toda persona, animal o cosa, no eran tales; tan sólo se limitaba a «reconocer a la familia».

Los procesos del universo denotan la presencia de una mente o arquetipo universal, la Creación como gran teofanía o manifestación de Dios. Hay tanta teofanía en un átomo como en una violeta, cuya fragancia llega hasta nosotros y nos envuelve.

Platón distingue el «cosmos noetós», a donde la mente no llega, y el «cosmos aiscetós», lo que conocemos a través de los sentidos y de la mente.

La naturaleza nos sorprende cada día con su abanico de colores diferenciados y constantes. Por ellos somos de tal modo atraídos que les hemos concedido personalidad e introducido en nuestra cultura. Así, al verde se le relaciona con la naturaleza y la libertad, al rojo con el esfuerzo y el sacrificio, etc, pero sera todos ellos juntos en el Arco Iris donde alcancen su más bella expresión.

Esta misma teoría la podríamos aplicar a los hombres y a los otros seres. Los cinco continentes, blancos, negros, y todo su ecosistema formarían un nuevo «arco iris» de cinco colores que se llamaría Humanidad, refracción así mismo de otro «rayo de luz blanca» y que ambos se fundirían en lo que denominamos Cosmos.

El rayo de luz blanca procede del Sol, el Cosmos podría proceder de Dios, con lo que entraríamos de pleno en «resbaladizas» teorías panteístas, que en absoluto estarían reñidas con la Biblia, que dice que el Cosmos salió de Él, y que el hombre fue creado a su imagen y semejanza. La ciencia nace de la interrelación de los hechos, y requiere limpieza de mente. Las hipótesis más atrevidas deberán ser estudiadas, sin el ancla ni los lastres que puedan atarnos a estereotipados dogmas que no deberían tomarse nunca al pie de la letra y estar preparados para aceptar que Adán y Eva solo existieron como colectivos. Adán simbolizaría el linaje masculino, y Eva el femenino. Todo ello, armonizaría perfectamente con las teorías evolucionistas darwinianas, y con las científico-históricas de la aparición policentrista del hombre en la Tierra. Jamás se colocó el primer adobe ni ladrillo en la torre de Babel, la cual no es más que un sonido onomatopéyico «B-BI» (equivalente a nuestro «Bla, bla») para indicar que el sujeto oye pero no entiende. Tampoco existieron como tales Caín y Abel, Rómulo y Remo, Horus y Osiris, que vienen a simbolizar el homicidio y la guerra fratricida, reminiscencia del psiquismo inferior que a un hoy día, permanece en el hombre.

Muchas más verdades crípticas aguardan ahí por descubrir. Un noble reto, porque todavía hoy, ciertas verdades no se pueden predicar con claridad, por temor a que esta sea perseguida o adulterada y aherrojado su creador (caso de "Egin"). Jesús Lezaun (In memoriam) queda como modelo cristiano de sinceridad, bondad y profundamente abertzale, opción política que implica tolerancia: convivir y respetar a quienes piensan diferente, empatía: sentir los problemas del otro como propios, libertad: su carencia te convierte en esclavo, te priva de tener un proyecto elegido libremente para la consecución de unos valores que mejoren su realidad y que ayuden a otros colectivos a conseguir esos mismos objetivos.

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