Jesús Jiménez Lorente y Carlos Arellano Goi
Miembros de ARIZ-EEE

Imposición educativa y el PAI

Debemos denunciar ante la opinión pública que el PAI –Programa de Aprendizaje en Inglés– no es de libre elección en los centros donde está establecido. No se oferta, sino que es obligatorio

Recién terminado el plazo de preinscripción en los centros escolares de Navarra para el curso 2020-2021, la administración educativa y diversos medios de comunicación han vuelto a coincidir en la consolidación y aumento de la demanda del programa PAI.

Al mismo tiempo, y medio de tapadillo, aparecía la noticia de la denegación al Colegio Público de Castejón de su salida de dicho programa.

En Asociación Ribera de Izquierdas-Erriberako Elkarte Ezkertiarra (ARIZ-EEE) queremos mostrar nuestro sentir ante ambos casos.

En primer lugar, debemos denunciar ante la opinión pública que el PAI –Programa de Aprendizaje en Inglés– no es de libre elección en los centros donde está establecido. No se oferta, sino que es obligatorio. Aquí nadie habla de PIN parental, como en otros casos. Tampoco nuestra asociación, obviamente.

Debemos recordar que su implantación se llevó a cabo sin previsión, sin formación del profesorado, con escasos recursos y, muy importante, en contra del criterio de los claustros de profesores mayoritariamente.

Se trató de una decisión totalmente política, pero no de política educativa, sino de politización de la educación y, porque no decirlo, lingüística; se trató de un programa sacado, al «corri-corri», de la manga del UPN de la entonces presidenta Barcina para contrarrestar la creciente demanda del modelo D, modelo educativo en euskera para nuestros hijos e hijas. El resultado de ofrecer a la educación navarra un programa sin criterios educativos es el que es y lo exponemos a continuación.

Tras una media de ocho años desde su implantación, apenas se observa una ligera mejoría en el nivel adquirido por el alumnado en inglés, mientras se aprecia un retroceso considerable tanto en castellano como, sobre todo, en las materias impartidas en inglés; conocimiento del medio, por ejemplo, es una materia muy afectada de forma negativa.

En cuanto al asunto del colegio de Castejón, mostramos toda nuestra solidaridad con el profesorado del mismo, que no hizo sino tomar una decisión bien meditada, ateniéndose a criterios estrictamente pedagógicos y haciendo uso de una opción ofertada por el propio Departamento de Educación. No son de recibo las razones esgrimidas para su denegación, pues la previsión de plantillas, y por tanto qué hacer con el profesorado «excedente» compete en última instancia al Departamento. ¿Por qué el consejero Gimeno le niega ahora al colegio de Castejón este derecho desde el Departamento de Educación?

Tampoco es fácilmente digerible afirmar, como se argumenta, que el colegio no haya previsto la continuidad de los cursos ya inmersos en PAI.

Rechazamos el uso político que han hecho de este asunto los grupos políticos de Navarra Suma y PSN en Castejón y la burda acusación de obedecer a inconfesables motivaciones nacionalistas.

En definitiva, queremos dejar constancia de nuestra oposición al PAI por tratarse de una imposición política, por dar «de facto» al inglés consideración de lengua oficial en nuestra comunidad, por proceder su implantación, de forma precipitada e imprevista, de la fobia de determinados dirigentes políticos hacia el euskera y su normalización, y, sobre todo, por mostrarse ineficaz y por contribuir al deterioro de la capacitación en castellano y las materias en que se imparte.

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