Javier Pérez Cueva

Infunden miedo en la sociedad

Es la primera vez que se da un apagón general en el Estado, seguramente por un error o tal vez provocado. No lo sabemos, pero sea como sea, ¿quién se beneficia? ¿Las eléctricas y/o también el estado profundo, la élite? Ahora se oye otra vez que se apuesta por la energía nuclear, como lo hizo Margaret Thatcher tras la huelga del carbón en Inglaterra. ¿Quién quiere tener una central nuclear al lado de su casa? En mi caso no. Prefiero apostar por el autoconsumo, por las empresas pequeñas y también por la gestión de los ayuntamientos, en mancomunidad. Las fotovoltaicas producen más al medio día ¿Por qué no bajan la luz y se regula el consumo?

El covid al principio era causado por un pangolín y luego que escapó de un laboratorio en Wuhan, igual estaba planeado por la élite, como se vio en 2019 en un vídeo del Club Bilderberg.

Dos informáticos que saben hackear y trabajan para empresas muy importantes  dicen que es factible hackear lo que ha pasado. El estado profundo quiere eliminar a una parte de la población y controlar a la gente. Tiene dos barajas: a través de la Agenda 2030 y, como pasó antes de la Segunda Guerra Mundial apoyando a Hitler, Mussolini o Franco, ahora están surgiendo nuevas formaciones políticas desde las que se pretende, por ejemplo, que los militares expulsen a los inmigrantes sin papeles, en lugar de respetar los derechos fundamentales de cada ser humano. La inmigración, en general, tiene que ver con la explotación de sus recursos por parte de las multinacionales, las guerras... ¿Por qué no cortar a las multinacionales en los Estados?

En la Segunda Guerra Mundial, Martin Niemöller dijo: «Primero vinieron a por los socialistas, y yo no protesté; porque no era socialista. Luego vinieron a por los sindicalistas, y yo no protesté; porque no era sindicalista. Luego vinieron a por los católicos, y yo no protesté; porque era protestante. Luego vinieron a por mí, y ya no quedaba nadie para protestar».

Y estas formaciones políticas añoran también las escuelas de antes: disciplina..., en vez de transformarlas para que el alumnado reciba un respeto a sus ritmos y procesos de aprendizaje, especialmente en lo relacionado con los contenidos y objetivos de etapa, y reducir significativamente las ratios para que los profesionales de la educación puedan centrarse en las necesidades de los niños y niñas. Si queremos transformar la sociedad, empecemos por nuestras criaturas a través de la prevención en la infancia y el respeto a todos ser humano.

Voy a arreglar un generador, por si acaso.

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