Isidoro Berdie Bueno
Profesor doctor en Ciencias de la Educación, Historia y Filología Inglesa

La distopia que tenemos enfrente. Ampliando la base social

A la derecha política le falta autocrítica, vocea los defectos de la izquierda pero no reconoce los propios

A la derecha política le falta autocrítica, vocea los defectos de la izquierda pero no reconoce los propios. Las dos repúblicas no vinieron por la izquierda, lo hicieron por la derecha, las trajeron los monárquicos, no se les ocurrió cosa mejor. La I República, 12 febrero 1873, unas Cortes, de mayoría monárquica, afectas al rey Amadeo I, de más de 200 diputados, solamente 59 eran republicanos, proclamaron la República de manera ilegal, pues según el Derecho Político, se necesitaban unas Cortes Constituyentes.

La II República vino tras unas elecciones municipales, que lo único que podían cambiar eran alcaldes y concejales, la traen tras una conjura de monárquicos despechados con el rey Alfonso XIII, por haberlos tenido lejos de las prebendas del poder, durante la dictadura de Primo de Rivera. Iconos monárquicos: Maura, Conde de Romanones, Aznar, regeneracionistas y alentadores: el escritor Pérez de Ayala, el filósofo Ortega y Gasset, el doctor Marañon, etc. En la conjura no aparecen los republicanos históricos.

Circula por la red estos días, un vídeo del camarada Tamames, furibundo militante de la izquierda en su juventud, diputado comunista en la Transición, que propugna un gran capitalista y propietario único: el Estado (totalitario, 'of course'), lucha de clases (decimonónica), partido único y dictadura del proletariado. ¡¿un verdadero demócrata?!, aunque sin abuela ni atisbos de autocrítica, como los ya mentados. Se queja de la situación política y social actual, cuando otrora el joven Tamames de los años 50 y 60 hubiese aplaudido esto, ¡a buenas horas pan de higo! Los padres comieron las uvas agraces y los hijos sufren la dentera (Biblia), y es que el ser humano es variable, muy influído por las circunstancias, las ideas son la excusa, el cebo, con lo que se engaña a la gente.

Las ilusiones del principio de la Transición han sido frustradas en el ejercicio del poder por los políticos, hogaño reina el desencanto tenemos lo que nadie quería, ahora hay miedo, a ver por dónde nos pegan el palo. Pobre del que viene a este mundo, pues aunque sepa bailar, la música que le van a poner hace patinar al mejor bailarín. Tanto penar para al final morir.

En todos los siglos de la historia humana, la utopía no se ha visto realizada en ninguna parte, en cambio, aparece preñada, se puede considerar y definir como una suma acumulada de distopías. Todas las revoluciones se han hecho a base de hecatombes y sangre, precio que hemos tenido que pagar para contentar a los poderes de turno.

Los profetas de los siglos XX y XXI nos están anunciando las nuevas distopías que ya están en el horizonte, citamos como precursores del siglo XX a Spengler, H. G. Wells, Orwell, Huxley, etc y del siglo XXI citamos entre otros a los filósofos de la tierra y las excelentes plumas de este diario euskaldun, cuyos nombres conocemos pero eludimos mentar para no dirigir ni tutelar el pensamiento de nadie.

Todos ellos presagian un control informático de cada persona del planeta, todos seremos controlados por una inteligencia artificial al servicio de un poder único y absolutamente totalitario que controlará cualquier acontecimiento, de ahí que frente a esta amenaza de ese poder, lo que nunca se había conseguido en la historia hasta la fecha, la libertad humana será una utopía. La distopía volverá utópica la dignidad humana, la memoria e inteligencia quedarán hipotecadas y solo nos quedará frente a ello, la conciencia individual, que deberá liberarse de realidades virtuales utilizadas por el poder, con una perversion jamás vistos. Conmilitones euskaldunes, se hace necesario mantener a nuestro vigía interior despierto, único capaz de mantenernos en un destino digno, frente a toda clase de ilusiones y engaños del poder mundial.

Conmilitones de GARA, la humanidad siempre ha estado «embargada» de mitos, ellos son los que han fundado las civilizaciones, pero su efecto devastador no se aproxima ni en extensión ni en profundidad al que tenemos enfrente, que nos amenaza y podría hacer naufragar nuestra realidad y acabar con la libertad humana. Poder absoluto y Libertad no son compatibles, y ese gobierno mundial solo puede estar basado en la supresión de esa libertad y eso es lo que estamos viendo actualmente.

Van a celebrarse elecciones en el herrialde de Euskadi el mes de abril próximo, estas deben ser contra la distopía y en pro de la utopía. Tomadlas con deportividad, como unos juegos olimpicos, en los que cada atleta tratará de dar lo mejor de si mismo, para lo cual necesita un buen estado físico y mental, amén de una metodología adecuada y superior al de los otros competidores. Todo ello impregnado y muy en primer lugar, por una absoluta y contagiosa fe en la victoria, luego tocar la tecla exacta y en el momento oportuno, cual un buen melómano. Ah, y si la Izquierda Abertzale está pidiendo democracia, obre en consecuencia, comience pidiendo el voto a los demócratas, que somos la premisa mayor. El voto de soberanistas, nacionalistas, etc, como dice la Biblia, esos junto con el Reino de Dios y su Justicia, nos serán dados por añadidura.

Hace 2500 años en un viaje virtual a Euskal Herria para conocer la geografía y etnografía de su tiempo, el geógrafo e historiador griego Heródoto de Halicarnaso, padre de la Historia en el mundo occidental, se quedó «speechless» (sin habla) ante el frontispicio del estadio municipal de Anoeta, en el barrio de Amara de Donosti, en el junto a una orgullosa ikurriña ondeaba una gran pancarta en la que se leía: 'Ampliando la base social'. Heródoto dedujo que había llegado a la tierra de los euskaldunes en periodo electoral y que se trataba de unas elecciones singulares, diferentes a las que habia visto en Grecia o en el Imperio Persa, que los euskaldunes les llevaban décadas de adelanto en democracia y parafernalia electoral. Mas tarde el testigo lo tomó Alejandro Magno, quien bajo el lema euskaldun de 'Ampliando la base social', fusionó griegos con persas y creó el primer gran imperio de la Antigüedad, del que saldría el griego unificado o griego batua, y la biblioteca de Alejandría, centro del conocimiento y del saber, amen de fomento del diálogo intercultural (Jorge Luis Borges, poema 'Alejanddría') .

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