Alain Zamorano Barrenetxea

La justicia necesita un grito, no silencio

El pasado domingo, en el partido que enfrento al Athletic y al Villarreal en San Mames, desde el colectivo Iñigo Cabacas Herri Harmaila (ICHH) llevó planteó un acción que sería llevada a cabo en el minuto 28 de partido.

La acción a realizar era sencilla: levantar las bufandas y emblemas que hay para recordar a Iñigo Cabacas y, de esta forma, reivindicar justicia. Yo vi el partido en la grada sur, en el lugar opuesto a la ICHH. Es cierto que toda la grada de animación norte y parte de la de sur nos sumamos a esta reivindicación y que se comenzaron a corear gritos: «Justizia Iñigorentzat!», «Eta Pitu ser?» Y sí, una vez terminados los gritos, todo San Mames aplaudió.

Mi pregunta es, ¿por qué no se sumaron todos los aficionados del Athletic a esta reivindicación? Aún no teniendo la bufanda adecuada, en la que reza «Iñigo Justizia», bien podían haber levantando las bufandas que llevan para animar al Athletic. Ese gesto lo hubiese entendido todo el mundo. ¿Tanto cuesta que las 50.000 personas griten a la vez para reclamar justicia?

A Iñigo Cabacas lo mató la Ertzantza después de un partido del Athletic. Cualquiera que hubiese asistido a ese partido, cualquiera que hubiese salido a las calles colindantes a celebrar la victoria de su equipo, podía haber estado en el lugar de Iñigo. Por eso, se me hace difícil entender que el Athletic se haga cómplice de quienes no quieren esclarecer el asesinato de Iñigo con su silencio. Como miembro de la familia del Athletic, me preocupa mucho que hayan matado a un seguidor de mi equipo y el Athletic como institución calle. Debía ser el primer interesado en que se esclarezca la muerte de un aficionado. No concibo que el Athletic no muestre su preocupación, su malestar e incluso su indignación hacia este caso.

El único apoyo que han recibido Manu y Fina ha sido de la sociedad. Es muy fácil querer confundir a la gente y justificar lo siguiente ante ciertos medios: «Es que la abogada es Jone Goirizelaia y ya sabes…», «Es que Arnaldo Otegui ha ido al homenaje…» «Es que Bildu ha metido una moción en el Parlamento…». Se vincula a Iñigo y su familia con una determinada ideología en la que me consta que nunca han militado (conocí a Iñigo durante nuestros estudios en la UPV-EHU). Los actos, manifestaciones y homenajes para solidarizarse con la familia y reclamar justicia para Iñigo, eran abiertos y pudiendo participar cualquiera. ¿Qué tienen que hacer, rechazar este apoyo? Se tacha de partidista a EH Bildu y de hacer política  con esta cuestión y yo me pregunto, ¿acaso no es partidista quien calla? ¿No tiene consecuencias políticas este silencio? A algunos no nos van a engañar.

A muchos se nos acusa de arremeter contra el cuerpo policial entero, es decir, contra la Ertzantza. Nos dicen que no sabemos diferenciar una actuación concreta y que culpabilizamos por extensión a toda la Ertzantza. Son casos como el de Cabacas los que siembran oscuridad sobre todo el cuerpo de la Ertzantza. Si se depurasen las responsabilidades, si se esclarece el suceso, y los responsables pagan, la Ertzantza habrá sido limpiada.

Es probable que cuando esta carta sea publicada, todavía algunos en lugar de ir al fondo de la cuestión se quedarán con quién la ha publicado. En lugar de mirar la luna, se quedaran mirando al dedo que la señala. Un fuerte abrazo para Manu y Fina. ¡Justicia para Iñigo!

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