Pedro Escalante y J. Agustin Ozamiz

La responsabilidad personal en el sector financiero y la economía real: tesis y antitesis de la dialéctica actual

Wright y Hope piensan que la solución pasa porque los gobiernos Occidentales requieran responsabilidades legales a los que tienen capacidad de interactuar con estos criminales financieros y que tengan un riesgo legal por las acciones que desarrollen con sus clientes.

Recientemente el presidente del gobierno ha anunciado impuestos especiales sobre los beneficios extraordinarios de los bancos. Pensamos que sería más eficaz y beneficioso para el estado si se persiguiera el crimen financiero, con estrategias eficaces. Como Bob Dylan decia: «Si robas un poco te meten a la cárcel. Si robas mucho puedes llegar a ser rey».

Los criminales financieros saben muy bien cómo funciona el mundo real de la economia global del siglo veintiuno. Saben muy bien utilizar la amistad y la imagen de los actores y las modelos mas famosas, en una sociedad preocupada por el bienestar y el glamour. El marco del capitalismo especulativo y las desigualdades sociales promueven los valores del crimen financiero, con estrategias de blanqueo de dinero, evasión fiscal y soborno de altos funcionarios.

A los banqueros les encanta decir que sus decisiones políticas dependen de los datos. En la práctica, a veces tienen dificultades para escuchar los datos cuando su mensaje es desagradable, como ha sucedido con la inflación durante el último año. Pero hay una gran diferencia entre tomarse los datos y las reglas en serio y tratarlos como escrituras sagradas. Los errores de actuaciones sobre la inflación el último año son una buena muestra de que los datos y las reglas han de mantener una mirada más próxima a los debates del rol de la política financiera en la economía real.

Está demostrado que a los altos directivos de los bancos no les preocupa su responsabilidad cuando se trata de depósitos de miles de millones de euros o dólares, y no piensan que pueden estar ayudando al crimen financiero. Este es uno de los problemas fundamentales de los regímenes actuales con la globalización económica.

Una investigacion sobre el caso Jho Low, recientemente publicada por Tom Wright y Bradley Hope, describe, entre otras cuestiones, como Low utilizó a actores y personajes famosos, como príncipes saudís o Leonardo de Caprio, para promover una imagen de garantías económicas. En su investigación Wright y Hope muestran que no solo hay lagunas legales y organizativas en el control de las grandes finanzas, dicen que hay gigantescos túneles donde los delincuentes pueden mover miles de millones de euros y dólares sin ser detenidos. Los banqueros e incluso los encargados de hacer cumplir la ley piensan que el sistema financiero global se ha fortalecido hasta el punto que el crimen financiero se está volviendo más difícil. En realidad, parece más bien que vivimos en una era de cleptocracia, donde los robos comienzan en miles de millones y aumentan a partir de ahí. Los próximos grandes estafadores utilizarán técnicas diferentes. Los problemas son demasiado profundos para solucionarlos con nuevos protocolos.

Wright y Hope piensan que la solución pasa porque los gobiernos Occidentales requieran responsabilidades legales a los que tienen capacidad de interactuar con estos criminales financieros y que tengan un riesgo legal por las acciones que desarrollen con sus clientes. De esta manera abogados, contables, administradores, funcionarios... todos tendrían que probar una conducta diligente antes de que se les asigne o permita desarrollar estos trabajos. Todos tenemos derecho a la privacidad pero ese derecho desaparece cuando la propiedad es consecuencia del solapamiento o encadenamiento de diversas instituciones y compañías. Sobre todo ahora que las fuerzas del orden público tardan años en descubrir al verdadero propietario de un activo debido a múltiples capas de empresas ficticias.

Pero ciñéndonos a nuestra tierra y focalizándonos en nuestro propio entorno. Las cajas de ahorros del país Vasco han tenido una función social excepcional. Se asombraban, observando estas funciones sociales, nuestros socios europeos, incluso de países del norte de Europa, en los proyectos que hemos desarrollado conjuntamente en el área de la prevención de la salud.

Ahora estas cajas se convierten en bancos y algo sabemos de sus empleados. Pero, ¿por qué los empleados de las cajas tienen más ventajas sociales que otras entidades?

Es evidente que siempre los empleados de las Cajas han ganado más que las empresas del entorno. Vamos a desentrañar el secreto. Es cierto que los Estatutos de cada Caja de Ahorros copiaban a los de otras Cajas. El acceso a la vivienda y la dotación de una suculento Fondo de Jubilación, amén de otras ventajas (como el I.M.Q. para jubilados entre otras...). hace años que se trató este tema concluyendo que son los empleados los que más se “benefician” de esta situación. Hoy en día las EPSV benefician más a la Hacienda que a los empleados. Las Cajas, convertidas en bancos, caen más en el ámbito político que otras empresas.

Las EPSV ́s son un claro negocio para la Hacienda. Pero éste no es el tema que nos preocupa. Es cierto que las Cajas con sus excedentes cubren una generosa dotación para las Fundaciones (BBK, sobre todo), pero no es menos cierto que, y nos metemos de nuevo con los políticos, las Fundaciones Bancarias, aprovechan que, como se dice: «el Pisuerga pasa por Valladolid», para poner la Ley a su favor y facilitar que los familiares de los más encumbrados ocupen los puestos más lucrativos, dejando de lado actitudes democraticas.

Vamos por partes. Decíamos que las EPSV marcan la diferencia y es que una dotación desproporcionada favorece a los tres que forman parte del triángulo: Cajas, Hacienda y los empleados. Las Cajas, porque no pagan los impuestos que les corresponden, la Hacienda porque ingresa mucho más, y los empleados a los que favorece la situación. Es rigurosamente cierto que las EPSV son un beneficio para la Hacienda, un beneficio en diferido, pero que al final se va a cobrar con creces. Por ello podemos prever que si nuestra pequeña nación, Euskadi, arma tal revuelo institucional, se debilitará como democracia en cuatro días.

Esperemos que no sea así. Para ello los altos directivos, muy implicados con fuerzas políticas determinadas, deben actuar con la diligencia y responsabilidad personales demostradas, como anteriormente hemos mencionad, en todas sus decisiones, también con el crimen financiero. En todo caso el gobierno haría bien en asegurar legalmente estas exigencias como lo proponen Wright y Hope.

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