Josu Erkoreka, portavoz del Gobierno Vasco, con motivo del frustrado nombramiento de Mikel Agirre como director de EITB en febrero de 2013 hizo las siguientes declaraciones: «Cuando menos hay un interrogante» refiriéndose a la viabilidad del modelo de EITB; y el próximo director general deberá adoptar las decisiones «oportunas» al respecto.

Desde entonces ha llovido mucho. Mikel Agirre rechazó el nombramiento sin que se sepa verdaderamente el porqué, y su sustituta fue Maite Iturbe, sin que se haya vuelto a hablar del tema de la viabilidad.

Desde la creación del ente ha habido nueve directores generales de EITB, ocho del PNV y uno del PSE.

No deja de ser interesante que el portavoz del Gobierno Vasco dudara de la viabilidad de EITB, justo la única vez, desde que se creó el ente, que no lo tuvieron bajo su control.

Pero Erkoreka no llegó a plantear el método para medir la viabilidad, y como se ha dicho no se ha vuelto a tratar el tema, sin embargo no deja de ser tentador embarcarse en la ventura de medir su viabilidad. Vamos a ver si es posible reflexionar sobre algunas posibilidades de la forma de hacerlo.

Si analizamos la definición de viabilidad nos encontramos con que en términos empresariales la más sugerida es: «El estudio que intenta predecir el eventual éxito o fracaso de un proyecto. Para lograr esto parte de datos empíricos (que pueden ser contrastados) a los que accede a través de diversos tipos de investigaciones (encuestas, estadísticas, etc.)».

Cuando se trata de una empresa privada es bien patente que la viabilidad sea medida por los resultados económicos, léase beneficios que se esperan obtener a lo largo de un período de tiempo.

Sin embargo en el caso de las empresas públicas que cumplen una función social, para determinar la viabilidad deberíamos utilizar otros baremos.

Creo que estaremos de acuerdo en que el derecho de los ciudadanos a poder acceder a una información de calidad, se asimila al derecho a disponer de una educación de calidad, una sanidad igualmente de calidad, etc.

Por lo tanto, la primera razón de carácter general que justifica la existencia una televisión pública, o mejor de unos medios públicos de comunicación, debe ser poner al alcance de todos los ciudadanos una información que les permita contrastar diferentes puntos de vista sobre determinados temas que son de gran importancia para sus intereses, algo que en otros medios debido a que solo buscan su provecho particular se hace difícil de encontrar.

En el caso concreto de del Estado español los grandes grupos mediáticos, Prisa, Vocento, Planeta, Atresmedia, por citar los más poderosos, o el Grupo Noticias, más cercano y afín al Partido Nacionalista Vasco, defienden todos ellos en primer lugar, los intereses de sus accionistas, independientemente de tener una determinada ideología.

Por lo tanto centrándonos en el caso de ente público EITB, para determinar su viabilidad deberíamos partir de los objetivos/misión que se la ha asignado, confirmar que estamos de acuerdo en esa misión y por último ver si se van cumpliendo en el tiempo los objetivos.