Maltrato digital en Osakidetza
Estimado consejero Alberto Martínez Ruiz me dirijo a usted para solicitarle que se ponga en la piel de sus compañeras, el conjunto de personas trabajadoras de Osakidetza. Querría que sintiese lo que sienten las trabajadoras con situaciones, por ejemplo, como la selección de destinos de la OPE o con la situación generada con las nuevas listas «definitivas» de contratación.
En el primer caso, sería conveniente, por ejemplo, que hiciese la selección que tiene que hacer una persona que opta a coger una plaza de auxiliar de enfermería. Esta persona tiene que elegir entre 239 posibles destinos a través de una aplicación informática. Ya no quiero hablarle de la posible brecha digital, tan solo le hablaré del diseño de dicha aplicación para la elección de destinos.
El diseño de esta aplicación está lejos de ser funcional, intuitivo, humano y amigable. El diseño parece hecho sin criterio profesional ni atención a la experiencia de usuario.
El diseño no cumple el más mínimo estándar de calidad y estoy convencido de que nadie se ha molestado en testearlo desde el punto de vista de los miles de personas tendrían que utilizarlo.
Tiene un diseño a la hora de seleccionar destinos que desespera a nativos digitales y no vamos a hablar de todas esas personas, trabajadoras de Osakidetza, con un gran problema con la brecha digital. Sumado a este flagrante fallo de diseño, disfuncional, inhumano, carente de sentido y hostil, nos encontramos con una aplicación que falla repentinamente y te hace perder todo el trabajo que has venido realizando; puede que se bloquee, que se vacíen las listas de repente, que se cierre la página. Es necesario hacer una prueba para vivir en piel propia el nivel de maltrato que supone tener que utilizar esa aplicación para poder acceder a un empleo fijo.
Pero este no es un caso aislado de maltrato, el segundo ejemplo está en la publicación de las listas de contratación 2021 actualizadas para acceder a un empleo temporal. Unas listas, provisionales en su ser y definitivas en su definición. Miles de personas ven como, unas listas que han empezado a funcionar al día siguiente de estar publicadas, están llenas de fallos de todo tipo.
Tras la resolución que ordenaba la publicación de las listas llamadas «definitivas» y en consecuencia haber sido publicadas dichas listas, se vuelven a publicar con corrección de errores y no bastándose solo con eso, dicen que siguen teniendo errores y que lo que vale es una aplicación de móvil que no permite ver las listas si no la posición individual de cada persona. Señor consejero, deberíamos revisar la palabra «definitivas» o exigir responsabilidades sobre las actuaciones de la empresa que se permite realizar esas «listas definitivas».
Quiero que se ponga en la piel de una de tantas compañeras que, trabajando con cierta continuidad, tras la publicación de las «listas definitivas» ven que le han quitado la nota de examen y que no van a volver a trabajar en Osakidetza hasta que esto se arregle. ¿Qué le diría usted a esas compañeras que tienen que quedarse esperando en su casa en lugar de seguir trabajando?
Señor consejero, me atrevería a decir que el principal problema es que todo este software de gestión de personal de Osakidetza se realiza sin hacer un grupo de personas implicadas que evalúen las aplicaciones antes de ponerlas en funcionamiento, solventando de esta manera los problemas antes de crearlos; unas personas evaluadoras, trabajadoras de Osakidetza, que empaticen con sus compañeras y que quieran que las cosas sean en beneficio de la clase trabajadora. Pero no puedo atreverme, ya que usted y yo sabemos que el principal problema es que las cuestiones de informática son un regalo para empresas privadas. Ambos sabemos que desde los responsables políticos se prioriza el derivar dinero público a empresas privadas a tener los recursos necesarios para desarrollar nuestras propias soluciones públicas adaptadas a la realidad de las administraciones públicas. Sé que no lo puede reconocer, pero el principal problema es una tendencia sistemática hacia la externalización de servicios, incluso cuando ello compromete la eficacia y la calidad o genera consecuencias importantes para los y las trabajadoras.
Señor consejero, gracias por escucharme. Espero que sea usted de ese primer paso para acabar con esa violencia estructural que está siendo el maltrato digital en la administración pública, y que como consecuencia sirva ese primer paso suyo de estímulo para el cambio de lógica hacia una administración pública soberana y humana en el ámbito de la Tecnología de la Información y de la Comunicación.
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