Xabier Maritorena Azkarate

Mil gracias a las feministas y maradonianas

En mi grupo de whatsapp no hubo dudas ni discusión, cero agresiones. La tristeza por la muerte era infinita. Pero claro eso ocurría en mi celular

Escribo esta carta abierta para darle las gracias a las feministas y maradonianas.

Pues al ser muy difícil estar de luto (proceso de adaptarse a la vida después de una perdida) ante la muerte de Maradona en esta parte de Europa (Euskal Herria), he encontrado consuelo y sabiduría en vosotras.

Reconozco que casi tiro la toalla, yo también he pensado en echar a Maradona al fuego de la inquisición, lo reconozco.

El defender a Dieguito es una tarea que agota pues la derecha mediática y algunas feministas blancas y europeas con mentiras y medias verdades (he leído que ha sido condenado por pedófilo, violador y femenicida) le han condenado al fuego de la inquisición.

Pero sentía en lo más profundo de mis convicciones que iba a cometer una injusticia si tiraba la toalla.

He de confesar que estaba perdido, desorientado… y casi caigo en la trampa de que si defiendes a Maradona eres prácticamente un maltratador hijo de la gran chingada. Así estaba (perdido, desorientado…) cuando me dije a mí mismo «no me jodas que no hay feministas y maradonianas». Me puse a indagar y a informarme, evidentemente para buscar consuelo y encontré consuelo y sabiduría feminista.

Ha sido un placer y un aprendizaje feminista leer la nota publicada por Camila Parodi, Lisbeth Montana y Nadia Fink en el portal argentino “Marcha”. Dicen estas feministas y maradonianas entre otras palabras:

«Esta será la primera y última nota en la que daremos explicaciones sobre nuestros sentimientos y elecciones. Para nosotras el feminismo es mucho más que una causa por la lucha de derechos específicos. Para nosotras el feminismo es un modo de mirar, amar, disfrutar y habitar nuestras vidas. Y nuestras vidas no son más que permanentes contradicciones. Por eso, en las siguientes palabras dedicamos unas reflexiones a esos sentimientos, elecciones y contradicciones para reforzar lo que somos: Feministas, populares y maradonianas.

En medio de tanto ruido ahogando la voz de las y los pobres, no nos olvidamos de que Diego y su fútbol apuntaron hacia el sur. Desde su nacimiento estuvo marcado con esta estrella y siempre supo bien de dónde vino y hacia dónde quería apuntar. Salió del barro y nunca olvidó su origen, la conciencia de clase la forjó en los lugares donde perfeccionó su arte con la pelota, y con los olvidados convirtió al futbol en el escenario para hacer visible lo invisible.

Si hablamos de Diego, hablamos de pueblo, de los barrios humildes que se sentían representados en su rebeldía y en sus decisiones. Se reveló contra la maquinaria y multinacional de la FIFA porque no aceptaba el juego de los poderosos y prefirió poner su posición política por delante. El coste fue alto: «le cortaron las piernas» en el Mundial del 94. Sin embargo, el Diego no aprendió la lección y su desobediencia fue plantarse ante el bloqueo contra Cuba, estuvo con Hebe de Bonafi, con Evo…, cuando las voces sonaban tibias».

O cuando descubrí a la exjugadora de fútbol Mónica Santino, cuando ponía palabras a mis pensamientos (Una de las diferencias entre ser argentina y ser vasco).

«Maradona es una persona que nunca no se olvida de dónde viene, cuál es su origen y de qué está orgulloso (porque la primera discriminación que se sufre es la de clase) que desea cambiar el mundo. Y eso es lo que me hace amarlo. Entonces tenemos más puntos en común que desuniones, y después están las contradicciones, pero hacen parte de la vida».

«Ese feminismo arrojadizo en el que si sos feminista no podés querer a Maradona es un feminismo que no me interesa, para mí el feminismo es una herramienta para transformar el mundo. Soy maradoniana, soy lesbiana y soy feminista. Soy todo eso: un mar de contradicciones  que nos hace estar vivas, para arder y cambiarlo todo. Como Diego hizo toda su vida».

Ha sido un privilegio intelectual leer el artículo de Virginia Glacosa, que me ha aportado más en cien palabras que cien artículos de europeas y europeos y blancos y blancas.

«Las preguntas corrieron como reguero de pólvora, con la misma rapidez y conmoción que la noticia. Murió Diego Maradona y se encendió el feministómetro. No solo patrullando la tristeza y el dolor ajeno, también midiendo la conducta, la moral, la coherencia, la militancia sin contradicciones como si alguna de nosotras pudiera no tenerla. Pareció querer medir: ‘¿Quién tiene el feminismo más largo y la pollera más corta?’»

«Supe que chicas de 13 años celebraron la muerte de Diego, ese feminismo de las redes sociales, sin perspectiva de nada, es un prendedor y un pedazo de tela nomas».

«En mi grupo de whatsapp no hubo dudas ni discusión, cero agresiones. La tristeza por la muerte era infinita. Pero claro eso ocurría en mi celular. Más allá, en el campo de batalla de las redes sociales, el feministómetro inquisidor estaba respondiendo a actrices, militantes, periodistas, que lloraban la muerte del pibe que salió del barro, que tiró magia desde el potrero, que no se olvidó de su origen y que siempre miró para atrás, aún cuando estuvo lleno de lujos de los que una vez que pudo no se quiso privar».

Fue la actriz Thelma Fardin quien respondió «El feminismo es liberación, no rendirle cuentas a ustedes. ¿Calladitas les gusta más? ¿Tienen todo resuelto en este cambio de paradigma?».

«Déjenme llorar» publicó la ilustradora feminista Ro Ferrer en redes sociales, con una imagen de una chica llorando y una pelota. Ro Ferrer argumentó lo siguiente:

«Reconozco en Diego esa construcción machirula y que ejerció violencia de género. Jamás lo negué y lo he  visibilizado. Pero lo que sentí el 25 de noviembre fue un dolor intenso. Y sentir que me vinieran a moralizar respecto de mi sentimiento y mi dolor fue muy doloroso. Entender que nadie tiene la potestad de ir a decirle a la otra qué tiene que sentir y cómo. Ya ahí estamos cruzando un límite que se asemeja muchísimo a eso contra lo que estamos peleando.

Salí a correr y lloraba y no lloraba solamente la muerte de Diego, lloraba el hecho de sentirme muy alejada de esto que vengo defendiendo hace un montón. Porque esto así no lo quiero, no es lo que busco construir».

Otra perspectiva feminista tiene la periodista y feminista Anali Fernández, que propone abordar la figura de Maradona desde un feminismo interseccional, esto es, no solo desde el género, sino poder mirar desde la raza, la etnia, la clase, la edad. Pensar a Maradona desde los feminismos populares de barrio, de Villa Florito, de la villa de donde salió Diego y estaba orgulloso.

O la visión de la socióloga y apasionada del fútbol Paula Provenzara:

«Apropiémonos de Maradona. De todas sus versiones. De su irreverencia al orden impuesto. Del odio que despierta en los y las supremacistas blancas. Agarrémonos de sus afectos y defectos. Del cabecita negra popular hecho de barro y quimera. Agarrémonos de sus fisuras para desarmar idolatrías, para crear referentes populares llenos de contradicciones. No podemos regalarle Maradona al patriarcado».

Y como una imagen valen más que mil palabras me quedo con la imagen de las pibas que fueron a la Casa Rosada a despedirse de Maradona con el pañuelo verde (símbolo de la campaña por el aborto legal) con el lema: «el feminismo será maradoniano o no será».

PS: María Carbajal Feminista y maradoniana:

«Me agotó ese feministómetro que pretende cancelar a quien no se ajusta a su espejo impoluto. Lamento desilusionar. No les prometí nunca que no lo haría».

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