El pasado martes cuatro cárceles del país registraron enfrentamientos violentos, que hasta la fecha cuentan con casi un centenar de víctimas mortales. El enfrentamiento entre bandas ha desatado una cadena de extrema violencia, que habla de descuartizamiento y la quema de cuerpos, además de las fugas de reos, que han puesto en vilo al Gobierno, cerrando carreteras, y la impotencia de todo un país, que no puede hacer frente a la gran escala de violencia desatada tras el motín que comenzó el pasado martes, donde una vez más se pone en jake a todo un gobierno, el del Ecuador.

Un gobierno que nunca supo solucionar este tipo de problemas, en donde el exceso de población en sus centros de rehabilitación social ha sido y es un problema, que siempre han ignorado. La delincuencia organizada y sobre todo el tráfico de drogas, es uno de los principales motivos del ingreso de sus pobladores.

Durante mis años de trabajo de pastoral penitenciaria en el Ecuador, en distintas cárceles, siempre denuncié el exceso de población de sus centros y las condiciones infrahumas en las que viven cada día personas de distintas nacionalidades, de distintas religiones, en definitiva, personas, que por alguna u otra razón cayeron en manos de la justicia. Que sean culpables o no, nunca me tocó juzgar, por el simple hecho de que ya fueron condenados, y que profesen una u otra religión, y en definitiva estén alejados de la mano de Dios, no existe dignidad alguna con sus pobladores.

Estos sus pobladores pierden la misma en el momento de traspasar los muros de esas mazmorras del siglo XXI, un auténtico infierno... Nada que haya visto sentado en una cómoda butaca de un cine se parece al infierno en el que viven estas personas: falta de higiene, insalubridad, falta de alimentación, malos tratos, y un largo etc.

Las políticas penitenciarias del país son tremendamente obsoletas, tanto que si usted estaría cinco minutos dentro, (aunque sea un mero visitante)... desearía, no estar vivo.... Sus condiciones de vida son tremendamente duras. El Gobierno del Ecuador ha hecho caso omiso a estas condiciones tan terribles de vida de sus pobladores, que en ocasiones su pensamiento no va allá de poder comer un plato caliente al día.

Estos violentos enfrentamientos, con consecuencias de casi un centenar de víctimas, ha congregado a cientos de familiares fuera de los muros de las cárceles, con la incertidumbre de saber si sus familiares forman parte de la nómina de víctimas.

Hasta el momento, no se sabe si está controlado por parte de la Policía y del Ejército. Es un asunto que se les fue de las manos, al quedar obsoletas sus políticas penitenciarias, y principalmente una de sus razones suele ser un exceso de más 300% de pobladores en algunas prisiones del país. Parece que además de la temida prision DRL sur de Guayquil, se han dado enfrentamientos en prisiones como la de Quevedo, tambien en el litoral.

El Ecuador está inmerso en plena transición política, tras la celebración el pasado 7 de febrero de sus comicios electorales, donde se elegirá el nuevo presidente de la República, asambleístas y Parlamento Andino. Hasta el momento dos candidatos, uno conservador y un heredero del querido y también odiado ex presidente Rafael Correa. Momento de transición y revueltas en el Ecuador, que pondrán fin a una gestión de 4 años del presidente Lenin Moreno, una gestión bastante oscura, recordando los enfrentamientos violentos que se dieron en la capital, Quito, en octubre del 2919, donde el Gobierno de Lenin Moreno quiso subir los carburantes, en un guiño al poderoso FMI, pero eso será otra historia que se escribirá después del próximo 11 de abril en la segunda vuelta, cuando salga el candidato a ocupar el sillón del palacio presidencial de Carondelet. Sería bueno revisar, entre otras cosas, además de las abandonadas políticas sociales, la obsoleta política penitencia...