«Nacionalistas» y patriotas
Por enésima vez el Partido Nacionalista Vasco se ha negado a compartir con el resto de partidos nacionalistas vascos una manifestación reivindicativa. Su «razonamiento» en esta ocasión, pues tiene excusas para todas las ocasiones, es que otras vías son más operativas; que es mejor hacer las cosas con discreción que hacerlo con manifestaciones callejeras.
Francamente, yo no creo que su manera de tratar de conseguir que se respeten los derechos de los presos vascos sea la única y exclusiva manera de hacerlo, además no veo qué resultados ha conseguido el PNV así haciéndolo. Cuando dice estar trabajando discretamente por ello, o el PNV no nos dice la verdad o su método no es más operativo que las manifestaciones callejeras. ¡Los presos siguen en la cárcel! Y alejados de su patria, hecho del que el PNV no es tan ajeno. Y pregunto: ¿Por qué sus vías de operar tienen que ser excluyentes de las vías de otros; por qué no pueden coordinarse?
Pero la verdadera razón por la que el PNV se niega a unirse con los demás partidos nacionalistas vascos; esa incapacidad patriótica de su nacionalismo vasco, principalmente es debido a una «ideología» diferente, opuesta e incompatible con la de los demás partidos nacionalistas vascos. Los unos son patriotas independentistas mientras los otros son anti-independentistas y españolistas, como así les calificó hace ya más de una siglo a los partidarios de Kizkitza, Sabino Arana y Goiri, fundador del PNV. Veámoslo.
Últimamente, en marzo pasado, estuvimos inmersos en unas elecciones netamente españolas, pues que sea el PP de Rajoy quien hoy gobierna en el Estado español o que hubiese sido el PSOE de Pérez Rubalcaba quien lo hiciese, desde luego, a los nacionalistas vascos nos debería tener sin cuidado, pues no aprecio diferencia esencial alguna entre cual de los dos reprime y abusa de su poder con más ahínco en hego-Euskal Herria.
A esas elecciones al Parlamento y Senado españoles, los partidos nacionalistas vascos, por lógica, honradez y dignidad, no deberían ni siquiera haber concurrido. Al fin y al cabo, quién vaya a gobernar en España es una decisión que les compite a los españoles. ¡Y nosotros no lo somos! No obstante, al haber optado por concurrir, argumentando que en Madrid se pueden conseguir cosas (¿Sí; cuáles?), deberían haber concurrido unidos todos los partidos nacionalistas vascos para representar patrióticamente a Hego Euskal Herria en un bloque sólido de 13, o seguramente más, diputados y no dispersados políticamente con 7 diputados por Amaiur, 5 por el PNV y 1 por Geroa Bai. ¡Pero no se hizo!
Hace ya un siglo, el Napar Buru Batzar decía: «Declaramos así mismo que no somos separatistas, ni lo hemos sido nunca, ni queremos serlo; que deseamos la unión de España en la forma tradicionalmente foral de unión equiprincipal». ¡Curioso palabro! ¿Algo así como la «soberanía compartida» que proponía Josu Jon Imaz?
Engracio Aranzadi, Kizkitza, líder del españolista partido Comunión Nacionalista Vasca que sustituyó durante un quinquenio (1916-1921) al independentista PNV, también dijo entonces: «Constato los deseos de los vascos, siempre capacitados para administrar sus bienes, a favor de una mayor libertad, compatible con la unidad del Estado».. Esas frases definen con claridad el límite al que ha aspirado el «nacionalismo» vasco del PNV sobre todo desde 1930 cuando se fundieron el Partido Nacionalista Vasco y Comunión Nacionalista Vasca: Concierto Económico y estatuto regionalista dentro de España (Aunque entonces incluían a Navarra). Desde entonces el PNV se contenta con administrar en la Comunidad Autonómica Vascongada (¡Ya sin Navarra!), un escaso, recortado y sumiso Estatuto de Autonomía(?) que contenga un Concierto Económico aprovechable. Es decir, el manejo de los negocios y prebendas económicas que ello supone. La solución patriótica o independentista al histórico conflicto vasco/español el PNV lo pospone... a calendas griegas.
Hace unos pocos años, al dimitir de la presidencia del EBB, Josu Jon Imaz confirmó (¡Aunque ni hacía falta!) esta postura españolista al legar como encomienda a su partido que el enemigo del PNV no es el Estado español sino la independentista Izquierda Abertzale «pues el PNV no tiene ni la misma patria ni los mismos objetivos que ellos». Es decir, ni su patria es Euskal Herria ni en sus objetivos cabe la independencia.
Los herederos directos de esta ideología ya tradicional en el PNV, Iñigo Urkullu y el núcleo de «michelines» más cercano a él, pretendiendo justificar su negativa a formar un frente patriótico común con los demás partidos nacionalistas vascos para presentarse unidos al Parlamento español en las elecciones de Marzo pasado, «os dijeron que “«os intereses políticos del PNV no son los mismos que los de Amaiur”. Desde luego que no. ¡Tampoco los intereses políticos del PP son los mismos que los del PSOE!
Pero lo evidente es que, por muy enconado que sea el enfrentamiento político en España entre el PSOE y el PP, sus filiales en Hego Euskal Herria superan sus antagonismos políticos y, por patriotismo español, se unen para enfrentarse al nacionalismo vasco. Ejemplos de ello nos sobran, tanto en Vascongadas como en Navarra.
Lo que ya no es tan comprensible es que un partido que se dice nacionalista vasco se niegue, por intereses políticos, a hacer causa común con los demás partidos nacionalistas vascos para representar, tanto en Madrid como en Europa, a Hego ,Euskal Herria unida en sus demandas patrióticas. Porque ¿qué misión política tan importante puede tener en Madrid o en Europa el PNV con sus escasísimos y nada decisorios votos? A una Nación sometida nadie presta atención a sus demandas nacionales si su patriotismo se manifiesta desunido, incluso enfrentado entre sí.
Por mucho que nos pese, y sí nos pesa, es evidente que el PNV, que se dice y pasa por ser nacionalista vasco, es mucho menos patriota que los partidos nacionalistas españoles aquí afincados. Los hechos dan qué pensar. Cada vez se parece más a la españolista UPN, aunque algo lo camufla. ¡Pero todo se andará!
A quienes en Irlanda actuaban de esa manera sumisa y anglófila (¡que también los había!), se les llamaba despectivamente ‘West Britons¸ (‘Británicos del oeste¸). Es evidente que también en Euskal Herria existen ¸nacionalistas’ vascos a quienes se les podría llamar ‘Hispánicos del Norte’. No perdamos pues el tiempo tratando que esos burukides se porten patrióticamente. No están por esa labor. Son sus bases independentistas las que tienen que darse cuenta de adonde les están arrastrando y reaccionar.