Fede García González
SOS Racismo Araba

Necrópolis Mediterráneo-Comunitaria

Treinta y tres nuevos cadáveres se añaden a la lista de ofrendas forzosas a las puertas de la insensible Europa. Treinta, en las aguas de Lesbos (4.01.2016) y tres más, ahí mismo en Melilla. No parece que importe lo más mínimo a casi nadie. Son víctimas que nutren las listas abiertas de los excedentes forzosos de las guerras conocidas de nunca acabar.

Vienen, pero no llegan todos. Vienen, dejando atrás todas las esperanzas. Vienen armados con el instinto vital y natural de la supervivencia. Desgraciadamente, ese visado, connatural a los seres humanos, no parece que esté contemplado en las legalidades locales supuestamente vacunadas en materia de reconocimiento y defensa de los Derechos Humanos del Hombre, trátese de las Leyes de Asilo y Refugio, Leyes de Extranjería y normas específicas que siguen sospechando que los seres humanos, pueden ser profesionales del embaucamiento, la falsedad y la mentira.

En todo caso, la insensibilidad política de los Gobiernos y Autoridades en general con puesto en Plaza, es un hecho lamentablemente contrastado en estas materias, al margen del color político que cada uno detente.

No conocemos reacciones suficientes por parte de los Gestores y Administradores locales y comunitarios, que enfrenten de modo eficaz la atención debida a las víctimas de estas nuevas ¿Limpiezas étnicas sobrevenidas…?  Que sin dudar un solo momento, se cargan directamente en el Haber de las inclemencias climáticas, sin ningún sonrojo ni asomo de vergüenza alguna.

Parece que no da para más, por el momento, la sordidez de una UNION EUROPEA que se blinda ante unas realidades incuestionables, sean éstas noticias de primera plana, o  por el contrario, sean objeto de simples comentarios de barra de Bar. Esto es un hecho. Ésta es la impresión que nos produce la ausencia de decisiones políticas por parte  de unos países que en su calidad de consortes de la U.E. tienen la obligación de atender a personas concretas (por decenas, centenares o miles) de modo acorde con el legítimo derecho de intentar sobrevivir.

La vacuna de la insensibilidad hace estragos, más allá de las caras y fotos de circunstancias de los gestores de la cosa común: Gobiernos y demás titulares temporales en los ámbitos locales o súper-comunitarios.  ¿Cuántas víctimas más son necesarias en la Necrópolis Mediterránea-Comunitaria, para que se adopten medidas, no sobre lo previsible, si no sobre lo real, en estas cuestiones? Es cierto, que se hacen proyecciones sobre lo porvenir: para el año 2016, se prevé que llegarán más de un millón de nuevos viajeros sin papeles, ni visados, ni hatillos de supervivencia, pero también es cierto que hasta el momento lamentablemente, no se remangan nada más que determinadas ONGs de intervención rápida armadas de voluntad y equipo KIT de supervivencia personal.

Hay que recordar, por otra parte también, que cincuenta y dos extra-comunitarios, han sido recientemente decapitados en aplicación de las leyes vigentes sauditas. Lamentablemente, no hay recurso alternativo alguno. Como en los principios conocidos de la historia de la especie humana hace decenas de siglos, nada ha cambiado en la gestión de la discrepancia sea política, religiosa, cultural o social. La gestión de la discrepancia se resuelve eliminando a los sujetos discrepantes. Las verdades jamás son absolutas. Las creencias tampoco. Los comportamientos que causan estragos en lo personal o colectivo, aunque éstos sean de muy difícil digestión social o política son repudiables y condenables… ¿Pero, cortándoles la cabeza a los condenados?

Silencio de nuevo: Se rueda. Los deberes y haberes del  Reinato-Saudí, en forma de enjuagues industriales, militares, económicos, o petroleros, son suficientes para esconder las vergüenzas de una Unión Europea cauta en los pronunciamientos y temerosa en los efectos de los mismos, aunque éstos estén justificados, por ejemplo, ante la decapitación en directo de cincuenta y dos seres humanos.

Probablemente, Cincuenta y Dos candidatos menos sobre las previsiones de llegada de Refugiados – 2016.


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