Parece ser que el Gobierno Vasco aprobará el 21 de diciembre la nueva ley de educación para Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

Las alarmas se encendieron desde el principio: además del euskara, podrían ser vehiculares el castellano y el inglés, y cada centro decidiría su proyecto lingüístico. La intención de algunos agentes era buena: ofrecer más euskara a quienes ahora están en los modelos A y B, y acabar con la segregación. Pero también podía pasar que el castellano y el inglés entraran en los centros que actualmente son de modelo D.

Además, por desgracia, los principales agentes euskaltzales creen en la educación plurilingüe: es decir, en la educación trilingüe e incluso cuatrilingüe. Creen que no afectará negativamente a la transmisión del euskara empezar a enseñar inglés a los 3 y 4 años (en los centros públicos empezarán con 3 años), el impartir una asignatura en inglés o el empezar con la cuarta lengua a los 12 años. Es más, creen que todo eso será beneficioso para la transmisión del euskara, gracias a las metodologías innovadoras.

En Castilla y León, Comunidad de Madrid, Andalucía e incluso en Navarra se está viendo lo contrario: impartir contenidos en inglés es una dificultad adicional, y se adaptan mejor, en general, las familias con una situación socioeconómica mejor. Así, la segregación aumenta. Pero la viceconsejera de Educación Begoña Pedrosa ha afirmado «nada tiene que ver el marco plurilingüe» de la Comunidad Autónoma Vasca con lo que ocurre «debajo del Ebro». ¿Por qué? Porque si el inglés se introduce en edades tempranas, «para nada crea segregación a largo plazo» ("Bildarratz convoca un desayuno informativo en sábado para pedir el voto de EH Bildu para la Ley de Educación», "El Salto", 2023-11-4). ¡Qué tontos y tontas son en España, que desconocen la fórmula mágica! Ciérrense las academias de inglés de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

Después de un proceso muy farragoso, parece que PSOE será el único victorioso en todo esto. Conseguirá lo que andaba buscando desde hace tiempo: que se generalice la enseñanza trilingüe. Pero será una victoria que durará poco: además de afectar negativamente a la transmisión del euskera, aumentará la segregación y el fracaso escolar.