Izaskun Landaida Larizgoitia
Directora de Emakunde-Instituto Vasco de la Mujer

Nuevas formas

El feminismo, desde su nacimiento, se ha basado en las alianzas entre mujeres, entre mujeres diversas, de distintas condiciones sociales, económicas, ideológicas, de raza… que tiene en cuenta que todas somos diferentes, pero que nos recuerda que nos une la situación de desigualdad estructural que sufrimos en todo el mundo por el hecho de ser mujeres.

Con el 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, las mujeres de todo el mundo tenemos una nueva oportunidad de protagonizar otra muestra de empoderamiento colectivo llenando las calles para reclamar nuestro derecho a vivir en igualdad de derechos y oportunidades. La foto del 8 de marzo del año pasado, emocionante y poderosa, ha supuesto para muchas mujeres un paso adelante en sus procesos de empoderamiento personal, colectivo y social, y ha contribuido a fortalecer la idea del feminismo como una apuesta por la creación colectiva, la solidaridad y las alianzas entre mujeres.

La igualdad requiere mucho trabajo de equipo, y en este trabajo la voz de las mujeres es fundamental. Crear redes, realizar acciones conjuntas, nos hace más fuertes, más visibles y hace que nuestra voz y vuestras reivindicaciones se puedan oír con más fuerza en esta sociedad. El feminismo, desde su nacimiento, se ha basado en las alianzas entre mujeres, entre mujeres diversas, de distintas condiciones sociales, económicas, ideológicas, de raza… que tiene en cuenta que todas somos diferentes, pero que nos recuerda que nos une la situación de desigualdad estructural que sufrimos en todo el mundo por el hecho de ser mujeres. Por eso hoy me gustaría hacer un llamamiento a seguir construyendo nuevas alianzas entre mujeres diversas para seguir avanzando en nuestros derechos y la igualdad de mujeres y hombres.

El feminismo supone un soplo de aire fresco en un mundo donde prima la individualidad, el consumismo exacerbado, las desigualdades, la violencia… El feminismo plantea nuevas formas de hacer las cosas, otras prioridades, las verdaderas prioridades del ser humano. Poner la vida de las personas en el centro. No parece una reivindicación alocada ni extremista. Es simplemente reclamar la construcción de una sociedad pensada para las personas, para todas las personas, que tiene en cuenta que necesitamos cuidarnos, que somos dependientes, y que no se puede diseñar futuros sin tener en cuenta el valor de los cuidados, que actualmente siguen desvalorizados y recayendo mayoritariamente en las mujeres y siguen penalizándolas en el terreno laboral, en el económico, en el de la salud…

En nuestra campaña del 8 de marzo hemos apostado por dar voz a niñas y mujeres jóvenes, porque creemos en ellas, y porque nos emociona ver chicas jóvenes demostrándonos que el legado feminista va a seguir vivo durante mucho tiempo. Además hemos apostado también por visibilizar a mujeres, algunas conocidas, otras no tanto, que se han convertido en referentes de muchas de nosotras y que nos han abierto caminos. Cuánto les debemos. Es un buen momento para homenajearlas y con su legado contribuyamos a construir una sociedad más igualitaria para las generaciones más jóvenes.

El feminismo nos ofrece muchas llaves. No solo para acabar con la desigualdad de mujeres y hombres. Nos da claves para organizar el mundo de una manera más justa y sostenible, nos muestra un nuevo camino y nuevas formas de actuar para conseguir construir un mundo más habitable. Los desafíos a los que nos enfrentamos como sociedad, los problemas estructurales, requieren de respuestas innovadoras que superen las estrategias más convencionales. El feminismo nos ofrece una oportunidad para explorar nuevas formas, nuevos caminos, nuevas maneras.

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