Itziar Pildain
Dir. Migración y Diversidad Dip. Gipuzkoa

O Lasarte-Oria o Maroto

La diversidad de Euskal Herria como factor de cohesión. O esa misma diversidad como elemento de exclusión. Dos formas antagónicas de entender la realidad diversa de nuestro país que quedaron de manifiesto el pasado martes, 15 de julio: una forma nos lleva a Lasarte-Oria, y la otra, desgraciadamente, a la alcaldía de Gasteiz.

Se trata de elegir. Y nosotros y nosotras, en la Diputación Foral de Gipuzkoa, tenemos claro qué queremos para nuestro país: el modelo incluyente y de convivencia en el que trabaja de forma responsable Lasarte-Oria. El otro no deberíamos tomarlo siquiera ni como mera opción, a no ser que la apuesta sea el fracaso como sociedad.

El 15 de julio realizamos en el Consistorio de Lasarte-Oria un acto de reconocimiento al proyecto Aniztasunetik Elkarbizitzara y a todos los agentes que participan en él. Se trata de un proceso participativo impulsado por el Ayuntamiento de este municipio guipuzcoano que trata de convertir su realidad diversa (en Lasarte-Oria hay personas de 70 culturas diferentes) en elemento cohesionador: conocerse, primeramente, para luego reconocer al diferente y convivir entre todos y todas desde el respeto. Cerca de 37 agentes del municipio han participado en la iniciativa: desde colectivos de diversos orígenes a asociaciones culturales, juveniles o deportivas, que han compartido reflexiones, conocimientos y experiencias lúdicas y festivas. El balance, hasta ahora, es muy positivo. Lasarte-Oria se está convirtiendo en un ejemplo de cómo gestionar de forma incluyente y responsable la diversidad. No es de extrañar, por tanto, que el pasado martes una de las expresiones que más se oyó en boca de las personas que participaron en el acto fuera que «todos y todas somos lasarte-oriatarras». Una forma de entender un municipio, y una forma de entender un país.

Ese mismo día Javier Maroto, alcalde de Gasteiz, acusaba a la ciudadanía de origen marroquí y argelino de su ciudad de no querer «integrarse» ni «trabajar» y de «vivir» de las ayudas sociales. Unas declaraciones xenófobas que convierten, de manera indiscriminada, a un colectivo de miles de personas en sujeto de actitudes irregulares y que carecen de sustento objetivo alguno. Unas declaraciones irresponsables que promueven la búsqueda de cabezas de turco en época de crisis y que resultan más que cínicas cuando constantemente estamos recibiendo noticias sobre financiaciones ilegales de organizaciones políticas, despilfarros millonarios de dinero público y rescates a bancos y banqueros. Y unas declaraciones vergonzosas en la línea de la extrema derecha europea que deberían provocar el rechazo de cualquier persona que se considere demócrata.

Javier Maroto personalizó el pasado martes, de manera inmejorable, el modelo excluyente de gestión de la diversidad: «Nosotros somos vitorianos y actuamos correctamente; ellos, no, y viven a nuestra cuenta», venía a decir el alcalde del PP. Javier Maroto nos recordaba al alcalde jeltzale de Sestao, Josu Bergara, aunque esta vez no han venido altos representantes del Gobierno Vasco a maquillar o edulcorar lo dicho por el alcalde de Gasteiz. Tanto Maroto como Bergara son un ejemplo de la preocupante tendencia de ciertos responsables institucionales y políticos que, cada vez más, utilizan la diversidad y la migración de forma absolutamente irresponsable con el objetivo de obtener, supuestamente, réditos electorales. También en Euskal Herria. Otra forma de entender un país.

Hay que elegir. Entre un modelo abierto, de respeto y reconocimiento al diferente; de garantía de derechos para toda las personas que viven en este país -independientemente de su origen- y de construcción de Euskal Herria sobre el derecho a decisión de la ciudadanía. O un modelo cerrado, de barreras y exclusión, de recorte de derechos y de su reparto según el origen de cada cual, y de imposición de decisiones ajenas a la voluntad de la ciudadanía de este país. Hay que elegir entre Lasarte-Oria y Maroto.

Nuesto modelo es claro: todas las personas que viven en Gipuzkoa son guipuzcoanas. Y por tanto, ciudadanas de Euskal Herria. Hayan nacido en Irun, Almendralejo, Marraquesh, Tolosa, Bogotá o Dakar. Entre todos y todas estamos construyendo este país, y el deber de sus instituciones es garantizar la totalidad de derechos de la ciudadanía. No aceptamos exclusiones ni segregaciones según origen. Un modelo democrático e incluyente. Nuestro modelo es del Lasarte-Oria y el de tantos otros municipios de Gipuzkoa que siguen por el camino de la inclusión. Ese es el modelo de gestión de la diversidad que necesita Euskal Herria.

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