Amaia Zubieta y Kepa Yécora
Steilas

OPE en el mercadillo electoral

El Gobierno de Navarra sigue con la utilización partidista de la Oferta Pública de Empleo
supeditándola a su estrategia electoral. Ahora nos enteramos por la prensa de que se prevén 100 plazas para el Cuerpo de Maestros y maestras, 20 para Secundaria y 14 para la Inspección educativa. Se saltan sus propios compromisos al no presentar en Mesa General y Sectorial estas previsiones para su negociación.

Decimos previsiones porque confiamos que el nuevo Gobierno que salga de las elecciones de mayo no continúe en manos de quien ha demostrado una total dejadez hacia los centros públicos y su profesorado. A día de hoy la anunciada OPE no deja de ser un número, que puede ser modificado a partir de junio. Y esperamos que así sea porque no parte de un análisis de las necesidades reales de los centros, por cuerpos y especialidades, algo totalmente necesario si el objetivo que se busca es, además de la estabilidad laboral del personal contratado, la propia estabilidad del los centros. Objetivo necesario y que debe acometerse con urgencia. Durante los años de vigencia del Pacto para la Mejora Educativa (2007/2011) se consiguió bajar la interinidad de los centros del 24% al 12%, aunque no se alcanzó totalmente el objetivo previsto de reducirla a un 8% . En la actualidad esa tasa , a pesar de la masiva destrucción de empleo, ronda el 20%. En algunos centros, especialmente en los conservatorios de música, la interinidad es todavía mucho más alta. Después de los recientes conflictos en estos
centros , la administración se comprometió a dar una solución definitiva convocando una OPE el próximo curso. Ahora vemos con sorpresa que no hay previsión de plazas para este colectivo.

Consideramos positiva toda oferta pública de empleo, pero manifestamos una postura
crítica ante las actuales condiciones de acceso. Creemos que la OPE no debería ser la única forma de conseguir la estabilidad laboral . Hay que revisar y consensuar el acceso a la función pública del personal docente, desligar las oposiciones de la gestión de las listas de contratación, buscar fórmulas de estabilidad del profesorado, impulsar listas únicas de contrataciones que no discriminen a quienes conocen los dos idiomas de Navarra; garantizar una apertura normalizada de todas las listas para posibilitar nuevas incorporaciones y una rebaremación anual. La aplicación de la LOMCE puede complicar la transparencia de gestión de las listas democrática, ya que en su artículo 122 bis da la potestad a las direcciones de los centros para establecer requisitos y méritos específicos para ciertos puestos tanto al personal funcionario como interino. Del mismo modo, podrán rechazar, mediante decisión motivada, la incorporación a algunos puestos de trabajo del personal docente procedente de las listas. Despropósito tras despropósito.

El sistema educativo es demasiado importante como para dejarlo en manos de quienes
buscan orientarlo a su mercantilización y privatización. Tenemos que dar la vuelta a esta
situación, empezando por echarlos del gobierno, para poder empezar a abordar la cuestión
educativa en su globalidad, desde las escuelas infantiles hasta la Universidad, sin olvidar la
enseñanza de personas adultas y la formación continua de las y los trabajadores y de las
personas en búsqueda de empleo, partiendo de una identificación de las necesidades y
marcando bien los objetivos. Ni las anunciadas 134 plazas, ni las 900 que que prometió Esparza, son suficientes si verdaderamente buscamos las estabilidad de las plantillas de los centros y de sus proyectos y mucho menos si pretendemos rebajar las ratios y reducir el horario de docencia directa del profesorado, al menos hasta los niveles del 2009, para así garantizar una mejor atención al alumnado.

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