Alaitz Jauregi y Shaila Perez

Palestina invisible

Ignorar la situación de Palestina, o normalizar una situación que dista mucho de ser normal en una película israelí es una opción política.

Los agentes sociales que formamos parte del grupo de apoyo a la campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones al Estado de Israel en Bizkaia queremos mostrar nuestro rechazo a la proyección y el premio de Derechos Humanos que ha recibido la película “In your eyes” en el Festival Internacional de Cine Invisible. Porque, a pesar de que no hayamos encontrado conexiones directas entre la película y el Estado sionista de Israel, eso no quiere decir que no las haya.

No hay que buscar mucho para enterarse de lo que ocurre en Palestina desde 1948. Un pueblo al que intentan borrar del mapa, que fue expulsado de sus aldeas y éstas completamente destruidas, a favor de población judía que comenzó a ocupar Palestina para construir su «hogar nacional judío». Una identidad que excluye a muchas otras, la de los originarios de palestina, que, por ser árabes, musulmanes y cristianos tienen prohibida su propia existencia. Una historia de limpieza étnica que no ha tenido fin. Hoy continúan sufriendo la ocupación militar de Cisjordania y Gaza desde 1967, con cada vez más colonos israelíes ocupando sus tierras, más carreteras exclusivas para ellos y un muro de más de 800 km que divide familias palestinas, tierras agrícolas y ciudades. El Estado de Israel hace que las vidas de la población palestina sean un infierno, cada día, en cada pequeña acción, en cada lugar, puede percibirse la asfixia de la brutal ocupación israelí.

Ignorar la situación de Palestina, o normalizar una situación que dista mucho de ser normal en una película israelí es una opción política, y por eso publicamos este artículo. No dudamos de la calidad de la película “In your eyes”. No dudamos de que ponga el acento en la defensa de determinados derechos y en visibilizar ciertas luchas. Pero sí dudamos de que merezca estar en un Festival como el de Cine Invisible. Una película hecha en Israel por unos cineastas que, hasta donde nosotras hemos podido averiguar, nunca, en su premiada carrera profesional, han hecho una sola declaración en contra del Estado sionista de Israel. Una película que invisibiliza la opresión que ejerce el Estado de Israel contra la población palestina. Una película que narra una aparente normalidad, mientras invisibiliza una situación que nada tiene de normal, no debería estar en este festival.

Y más aún cuando la voz palestina sí es constantemente invisibilizada y silenciada. Sus protagonistas tienen serias dificultades para que sean ellas mismas las que nos cuenten sus historias. Y es que la absoluta falta de libertad (no sólo de expresión) de la población palestina y el veto de Israel a su cultura, hace imposible que cineastas palestinos nos las cuenten. 

En el ámbito de la cultura, Israel tiene un largo recorrido de vulneraciones de los derechos del pueblo palestino, habiéndose dedicado a dañar, invisibilizar y aislar sistemáticamente la cultura palestina, por su empeño en negar su existencia. También ha censurado las expresiones culturales palestinas o incluso se ha apropiado de ellas y ha impedido su proyección internacional a través de allanamientos, demoliciones o cierres por órdenes judiciales de centros culturales, teatros y salas de exposiciones. Por eso, el cine israelí contribuye decisivamente a normalizar Israel como un estado de apartheid.

Así pues, consideramos que hay suficientes razones para denunciar, además de su proyección, el premio que ha recibido en la sección de Derechos Humanos del Festival Internacional de Cine Invisible. Insistimos en que ignorar la ocupación de Palestina en una película es una opción política, no cultural, y para poner en valor unos valores no deben nunca obviarse ni menospreciarse otros. Esperamos que el Festival atienda nuestra denuncia y recapacite sobre la posibilidad de rectificar la decisión del jurado.

Sabemos que no es fácil, sabemos que hay muchos matices, pero sabemos también que se tomará la decisión más justa en pro de ayudar a visibilizar con vuestro Festival la situación real que se vive en Palestina.

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