Kepa Roncero
Candidato al Consejo Ciudadano de Bilbao por Claro que se puede

Podemos versus Podemos

Este año que termina, comenzó con la gestación de Podemos en la arena política española, siendo su irrupción efectiva en mayo, por medio de las elecciones europeas. A partir de ese momento, se ha entrado en una vorágine de noticias, informaciones, encuestas in crescendo que ha dado lugar a diversas elucubraciones sobre la idoneidad o no del mismo, de sus expectativas políticas, apareciendo tanto defensores como detractores, los primeros vaticinando un futuro halagüeño, y los segundos un deterioro progresivo hasta su completa desaparición.

Al final el tiempo dará la razón a unos o a otros, pero de momento, las encuestas no hacen más que dar la razón a los primeros, los defensores. Según las encuestas estatales, Podemos, pasa ya a liderar la intención de voto, y hasta en Euskadi, según el euskobarómetro irrumpiría como segunda fuerza política. Todos estos datos deberán tomarse con la debida prudencia, entendiéndolos como el final de un ciclo político que tantos recortes sociales han conllevado, y que para ser efectivo deberá traducirse realmente en votos cuando las respectivas elecciones se lleven a cabo. Tampoco deberíamos llevarnos las manos a la cabeza si esa intención de voto no se transforma literalmente en un voto efectivo, puesto que no siempre las encuestas aciertan en sus pronósticos, véase la intención de voto para Podemos en las elecciones europeas, y su materialización efectiva. Pero en todo caso, es claro que Podemos va a irrumpir con fuerza en la escena política en las elecciones venideras, lo cual para satisfacción de muchos, va a suponer un cambio en el actual sistema político tanto estatal, autonómico como foral, las municipales deberán esperar. Cambios que algunos partidos intentan plasmar en sus ejecutivas como el PSOE, con Pedro Sánchez, pero hasta la fecha, sin resultados efectivos por la tibieza a la hora de coger el toro por los cuernos acometiendo cambios profundos para evitar la corrupción, o una vez surgida, apartar de una forma decidida a todos los implicados en la misma, tengan el cargo que tengan, inclusive a los máximos mandatarios, obligando a los mismos a devolver el dinero retraído indebidamente, así como penas carcelarias sin prescripción alguna, y en caso de no devolución del dinero, permanencia en la fonda carcelaria hasta su completa devolución.

Con las anteriores premisas es normal que Podemos molesta, y mucho, y para eso tanto desde el resto de partidos políticos, como del Capital y y diversos medios de comunicación, se haya comenzado el acoso y derribo del mismo. Para ello se han realizado toda clase de declaraciones para la desacreditación del partido, como son las conexiones con Venezuela, la falta de un programa político-económico, la beca de Errejón, pero ninguna de ellas ha conseguido su objetivo, es más al contrario, parece que le da más aire. Ni las que se han producido, ni las que puedan surgir serán suficiente para poder acabar con Podemos. Entonces, ¿Podemos es inmortal?. Por desgracia no es así, por una parte porque lo componemos personas de carne y hueso, y por tanto mortales, y por otra parte una más peligrosa, que esos mismos que formamos a Podemos, somos los que podemos acabar con el mismo. ¿Por qué digo eso? Quien haya asistido con cierta asiduidad a cualquiera de los cuatro círculos territoriales que actualmente existen en Bilbao, se habrá dado cuenta de la transformación que se ha dado. En mi caso particular empecé cuando se constituyeron los mismos. Existían como existen ahora diferencias políticas, que son bienvenidas, pero con un fin común, acabar con el actual sistema bipartidista, cambiando las reglas establecidas por unos pocos para que seamos entre todos quienes las pudiéramos establecer. También existían titubeos de cómo debían hacerse las reuniones con su duración, que asuntos eran necesarios e importantes para debatirlos, portavocías, y así sucesivamente. Todo normal porque la mayor parte de nosotros, me incluyo, carecíamos de experiencia política por no haber militado en ningún partido político.

De repente se hizo preciso dotar al partido de una estructura organizativa, actualmente estamos en las elecciones al Consejo Ciudadano de Bilbao, y ahí se abrió la caja de los truenos. Cuando en fechas anteriores era difícil conseguir que alguien se comprometiese a ser portavoz de un círculo, ahora aparecían candidatos por doquier. Del mismo modo las disputas internas hicieron su aparición, ya no eran por cómo gestionar las reuniones, sino para saber quien o quienes éramos los más puros para podernos presentar a estas elecciones internas. Empezamos a trazar líneas rojas, verdes, amarillas, de todos los colores, y claro con tantas líneas no quedaba ninguno. ¿Qué hacemos? No pasa nada hacemos pequeños reinos de taifas, y cada uno por su lado. Se presentan diversas listas, no se da un consenso que se hubiera esperado de una ciudad tan pequeña como Bilbao, algunos círculos importantes como Bilbo Hegoalde (Rekalde, Irala, Amezola, Basurto, Zorrotza, …) tienen un único representante en cada una de las tres listas, más tres compañeros que se presentan independientemente, creando una cierta desunión temporal, con referencias pasadas como militantes rasos en algunos partidos políticos, que ni siquiera algunos de ellos han ostentado cargo interno en los mismos o se han presentado a elección alguna, cuando el compromiso ético alcanzaba a suscribirlo y no ser miembro o afiliado de organizaciones políticas de ámbito estatal, siempre que hayan demostrado su compromiso por el cambio y la ruptura democrática sin mirar qué carné tenían, sino su lealtad y honestidad para trabajar con Podemos.

Las encuestas nos auguran una «tarta» deliciosa, pero hasta que ella no se haga realidad, no podemos pegarnos para conseguir el mejor trozo, pero aun cuando podamos tenerla, debemos recordar que todos somos compañeros en este viaje, que la tarta no nos pertenece, que es de toda la sociedad, y nos debemos a la misma. Pertenecer al Consejo Ciudadano nos debe llenar de satisfacción, pero sabiendo que va a suponer meter muchas horas sin retribución alguna, directa o indirectamente, y que la soberanía esta en las personas que libremente quieran componer la Asamblea Ciudadana y participar en los diversos círculos tanto territoriales como temáticos puedan existir, nosotros solo seremos instrumentos para que ello sea factible y a lo máximo que podemos aspirar es la de ser voceros de lo que la sociedad demanda y decide, y a partir de ahí poder construir una sociedad más justa, igualitaria y fraternal.

Si queremos que Podemos siga hacia adelante, deberemos ceder en algunas consideraciones, y frenar de raíz las actuaciones que estemos realizando para dotar a nuestra organización del necesario caudal humano para llevar a cabo una ardua tarea que por si misma ya es lo suficientemente complicada como para complicarnos nosotros todavía mas. Avanzando entre todos. Podemos. Aurrerantz denon artean. Ahal dugu.

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