Iñaki Uriarte
Observador europeo

Políticas modelo o modelos políticas

Esta Sra. no ha tenido la más mínima delicadeza de visitar al expresident de la Generalitat de Catalunya Sr. Carles Puigdemont forzosamente exiliado en Bruselas, como en su día el lehendakari Aguirre acompañó a su homónimo catalán Companys en el camino de la libertad, residente a muy escasa distancia de donde está su grato puesto de trabajo político.

El criterio lógico de que en todos los ámbitos laborales deba producirse un equilibrio de género ha facilitado el acceso de la mujer a numerosos cargos tanto en el sector privado como en el público y dentro de este en el político. Estos, a pesar de su rango representativo son puestos laborales al servicio de la comunidad que se financian con dinero público por lo que deben estar sometidos al juicio social y es en este sentido donde se encuadra este escrito que tiene un origen y sentido participativo colectivo y mixto aunque lo firme una sola persona y bajo ningún concepto puede tratarse de misógino. En esta ocasión la crítica es hacia tres personas con responsabilidades políticas semejantes.

La primera es la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, estas anacrónicas e inútiles instituciones lo mismo que las diputaciones basadas en tradiciones casi medievales en pleno siglo XXI por culpa de Ley 27/83, de 25 de noviembre, de Relaciones entre las Instituciones Comunes de la Comunidad Autónoma y los Órganos Forales de sus Territorios Históricos. En un fragmento de Euskal Herria (2.180.000 habitantes) son además de una absurda duplicidad de funciones un gigantesco e inmoral depilfarro, en realidad una malversación de fondos públicos para mantener a una extirpe política, principalmente del PNV y sus menesterosos oportunistas aliados del PsoE, cuya más destacada, por negativa consecuencia, es la progresiva desvertebración política de Euskadi y la alarmante pérdida del sentido de pertenencia a un país. Un pintoresquismo provinciano.

La señora Ana Otadui (PNV) presidenta de este parlamento provincialista, en su más peyorativa acepción, por lo continuamente evidenciado ha confundido y convertido los actos oficiales en escenarios con una sobredosis de exhibicionismo para mostrar en cada ocasión vestimentas diferentes en un alarde de personalismo, posar, alegría y fotografía. Es decir ante todo antepone lo el formalismo personal, el postureo, lo aparente y superfluo, el vacío ornamentado, el fundamento queda postergado. Un primer indicio de lamentable frivolidad conocido y comentado fue a través de fotografías publicadas de una visita institucional a cuenta de la mercadotecnia de los retoños Gernikako Arbola al campo de exterminio de Auschwitz en abril de 2017, como hacen también demasiados cretinos visitantes, paseando alegremente por un lugar de tristeza universal donde murieron cerca de un millón de seres humanos, lo que requiere rigor, sobriedad total, formal, gestual y oral, es un lugar de meditación y respeto no de sonrisas, paseo y esparcimiento.

La segunda política modélica es la presidenta de Eusko Legebiltzarra, la Sra. Bakartxo Tejeria (PNV) que el pasado 4 de abril mostró modales vulgares con reiteradas voces desaforadas «Kalera, kanpora», para expulsar a un parlamentario de EH-Bildu que rebatía las amenazas de la impresentable y agresiva turba de policías más reaccionaria de la Ertzaintza. Es de suponer que el reglamento de esta institución tiene modos y frases correctas para desalojar a una persona o grupo de la sala, empezando por esa insolente e insultante banda que fue a despreciar el doloroso asunto que se trataba, la vejación, el maltrato y tortura policial. Pues bien la citada autoridad no ha tenido la menor decencia política corporativa ni la mínima sensibilidsd personal de acudir a visitar en la cárcel de Mas d’Enric de El Catllar (Tarragona) a la Sra. Carme Forcadell, su homóloga presidenta del Parlament de Catalunya. Una brillante y brava persona que cuando hablaba institucionalmente transmitía identidad, convicción y entusiasmo por su nación cualidades carentes en esta política vasca lo mismo que en todo su partido.

La tercera modélica política es la Sra. Izaskun Bilbao (PNV), a la que ya se le acaban sus paseos por Europa desde Bruxelles/Bruselas como euro parlamentaria en el Parlement européen. Ningún partido político catalán ha querido coaligarse para las elecciones al Parlamento europeo con el PNV por las continuas e impertinentes sospechosas intromisiones y omisiones del lehendakari Urkullu en el procés de autodeterminación de Catalunya.

Esta Sra. no ha tenido la más mínima delicadeza de visitar al expresident de la Generalitat de Catalunya Sr. Carles Puigdemont forzosamente exiliado en Bruselas, como en su día el lehendakari Aguirre acompañó a su homónimo catalán Companys en el camino de la libertad, residente a muy escasa distancia de donde está su grato puesto de trabajo político. Una muestra más de que al PNV la firme e irreversible decisión del pueblo, el Parlament y la Generalitat de Catalunya le molesta profundamente, como lo ha evidenciado reiteradamente con inhibiciones cuando no boicots a todo acto de solidaridad realizado en Euskal Herria, lo suyo son transferencias materiales donde se trafique con mucho dinero y el confort español.

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