Felipe Zorita
Exsindicalista, militante obrero

¿Quién despierta el fantasma del fascismo?

El movimiento de los trabajadores, de los pueblos, del pueblo catalán, del pueblo vasco, no puede dejar de sentirse nuevamente traicionado, ahora por aquellos mismos que venían a aportar una alternativa a la traición, al recibir de su parte la acusación de «despertar el fantasma del fascismo» cuando, en realidad, luchan contra él.

En el momento en el que la clase obrera y el pueblo de Cataluña, decidiendo constituirse en República se levantan, amenazando la supervivencia del régimen heredero del franquismo que la Constitución del 78 y Felipe VI consagran, todos los partidarios defensores de la «ley», el «orden», la «reconciliación» y la razón de Estado, redoblan sus ataques y abandonan la defensa –incluso formal– de las aspiraciones populares.

Es el caso de Pablo Iglesias cuando pone su dedo acusador contra el pueblo catalán en el preciso momento en que es objeto de la represión, de las amenazas, del golpe de estado de las instituciones anti-democráticas.

Pablo Iglesias acusa al pueblo catalán de «despertar el fantasma del fascismo».

Cuando Pablo Iglesias, en un acto en San Adrián de Besos, acusa al «independentismo» de «despertar el fantasma del fascismo, sin querer o de manera consciente»; cuando, frente a los extremos, trata de situarse independientemente de los dos bloques «que han dividido a la sociedad»; cuando trata de oponer los derechos sociales a los derechos nacionales (siendo los derechos sociales inseparables de la lucha por la democracia), no hace sino colocarse justamente en el centro: en el centro de la defensa de las instituciones y de la Corona acusando al pueblo catalán de «despertar el fascismo».

¡Qué enorme decepción tienen que sufrir sus votantes, en Cataluña y en todo el Estado español! Los simpatizantes y activistas que gritaban en las plazas contra este régimen el 15-M: «¡Lo llaman democracia y no lo es!». Todos aquellos que se ilusionaron con el proyecto de Podemos tratando de dotarse de un instrumento político útil para sus aspiraciones de libertad y democracia se sentirán sin duda desorientados y se interrogan sobre las graves acusaciones de Iglesias. Es preciso el diálogo político con todos ellos.

La crisis aguda del Régimen, confrontada a las exigencias sociales y democráticas, está obligando a todos los que se reclaman de los trabajadores y pueblos a «posicionarse». Tanto los partidos políticos como a aquellos otros –como Podemos– que se definen como «movimientos» sin referencia a ninguna clase social y que se apoyan en el sentimiento justificado de muchos trabajadores y jóvenes de haber sido engañados y/o traicionados por las viejas direcciones oficiales del movimiento obrero.

Traicionados por aquellos que se presentaban como una alternativa a la traición.

El movimiento de los trabajadores, de los pueblos, del pueblo catalán, del pueblo vasco, no puede dejar de sentirse nuevamente traicionado, ahora por aquellos mismos que venían a aportar una alternativa a la traición, al recibir de su parte la acusación de «despertar el fantasma del fascismo» cuando, en realidad, luchan contra él.

Esta acusación no tiene otro objetivo que paralizar y criminalizar la lucha de los trabajadores y los pueblos. Porque el pueblo catalán y su fracción más consciente no ha sido engañada por nadie; sabe lo que quiere y a pesar de todos los obstáculos abre la vía. La condición es la confianza en sus propias fuerzas ayudando al mismo tiempo a tejer las alianzas necesarias para avanzar en común junto a todos los pueblos del Estado español y los trabajadores, que necesitan y exigen la unidad de sus organizaciones contra el enemigo común que oprime al pueblo catalán, al pueblo vasco, a todos los pueblos y ataca todas y cada una de las conquistas obreras arrancadas en la lucha contra el franquismo y su heredera, la Monarquía. La política de las organizaciones obreras oficiales con respecto a Cataluña constituye un obstáculo que es preciso ayudar a superar. Es decir, sin recetas mágicas, ayudar a resolver prácticamente la cuestión de una verdadera representación política fiel a los trabajadores y los pueblos, valga decir, una dirección revolucionaria.

(Este artículo fue redactado el 4 de diciembre  y publicado en el semanario francés "Tribune des Travailleurs" semanario del POID (Partido Obrero Independiente Democrático) el 13 de diciembre.

La entrevista a Lander Martinez en GARA de 2018/1/14, pág. 16. se refería, entre otras cuestiones a la no participación oficial de Podemos en la manifestación del sábado día 13 en Bilbao, por los presos y sus familiares, y respondía nuevamente a las declaraciones de Pablo Iglesias y otros dirigentes de Podemos sobre la cuestión del “despertar del fascismo”. En ellas  matizaba pero no negaba la responsabilidad del Proces y Govern catalán en este fenómeno. La lectura de la entrevista ha animado al autor de este artículo de opinión, a remitirlo al periódico GARA).

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