Han pasado casi 20 años, del encuentro en Perpignan, de la organización armada, con Carod Rovira, cuyo resultado fue su fulminante destitución a plazos, con el agravante de la sumisión de ERC, cuyo resultado nos lleva a la situación actual de rendición incondicional, en sintonía con los deseos del Estado. Hay hechos indiscutibles. Cuando aceptas unas reglas de juego, lo único que haces es solidificar las normas del mismo, por injustas que sean.

La democracia es una pura teoría, ya que jamás ha existido, ni existe. Los ejemplos históricos son infinitos, y siempre nos llevan al mismo resultado, engordar la injusticia social, y la falta de libertades colectivas. El partido pacifista de los verdes alemanes es un ejemplo claro de evolución dentro del sistema representativo de las democracias teóricas. Miles de activistas alemanes exponiendo su bienestar personal, y familiar, para poder evitar una guerra en Europa, buscaban un desarme para profundizar en el objetivo prioritario de las relaciones exteriores, como una necesidad de supervivencia, y poder llegar a unos acuerdo pacíficos, para conseguir una confianza entre Estados.

La deriva actual del mismo partido, se ha transformado en unos halcones indecentes, que han traicionado la lucha de todos los activistas anteriores, y de sus sufrimientos, insuflando armas, asesores, dinero, información militar, en la guerra europea, que se está librando. Naturalmente el partido goza de unas prebendas colectivas, e individuales, que en un inicio eran inimaginables ya que podían, y eran encarcelados, como apestado por las fuerzas del bien, en el que siempre prima en esta democracia falsaria. Ahora forman parte de la crema política de los partidos representativos, que lo único que representan es su miseria humana, y se pasean por Europa, dando lecciones de hipocresía y de abandono hacia la gente decente y digna.

Sí, la dignidad no solo es individual, también es colectiva, y cuando se pierde se deja de ser humano, para convertirse en una especie de humanoide peligroso, que neutraliza cualquier posibilidad para poder cambiar lo que es injusto. La sumisión esclaviza, e impide tener un mínimo de referente histórico. La deriva actual en Europa, de retroceso en todos los sentidos: políticos, sociales, y culturales, los culpables son los que han renunciado a sus proyectos políticos iniciales, al subsumir las prebendas, que el sistema ofrece y corrompe.