Txema Landa

¿Riada o Pantanada?

Que no es lo mismo. Gota fría y o negligencia y o imprudencia. Es decir Consorcio de Compensación de Seguros y o responsabilidades civiles y o penales.

Ni soy abogado, ni soy ingeniero ni nada que se le parezca, pero el uso de de la razón no me es lejano.

La semana pasada el domingo día 9 a mediodía se produjo una inundación en Iruinerria de proporciones y consecuencias enormes, los daños son muy cuantiosos y las indemnizaciones o compensaciones, que en estos casos, nada suelen reparar, resultarán costosísimas. A los perjudicados se les callará con cantidades que no alcanzarán para reparar lo dañado.

Pero el origen de este siniestro es, cuando menos, dudoso. Unos aseguran que la única causa de la riada fue una gota fría, y otros aseguran que no, que la suelta de agua por el pantano de Eugi fue la causante de la, en este caso, pantanada.

Lo que está fuera de toda duda es que en una medida o en otra la suelta se produjo e influyó en la inundación, está por ver cuál es esa medida. Y si es posible establecerlo las consecuencias en la reparación de los daños causados pudieran ser importantes.

No me fío de la información que pueda dar la CHE, ni yo ni un buen numero de gentes de todas las sensibilidades, digan lo que digan Barcina, Maya y compañía, son jueces y parte en el asunto y en último caso ningún técnico al servicio de la CHE firmaría un informe inculpatorio para sus jefes y o empresa. A no ser que esté en búsqueda de una jubilación precipitada.

No me fío, tampoco, de lo que damos en llamar justicia, que en realidad es la aplicación de las leyes por parte de unos jueces, que acríticamente, se limitan a cumplir ese papel. Como no podría ser de otra manera en un estado de derecho, o de hecho.

De modo que con todas estas prevenciones animo a los ayuntamientos y particulares afectados a iniciar gestiones y solicitar información independiente sobre las causas de la inundación y la incidencia de la gota fría y la pantanada, para en su caso emprender cuantas acciones sean necesarias para que por un lado se reparen los daños causados. Y por otra se establezca si la actuación de la CHE, por un lado, la consejería de interior y los responsables de que la alarma no llegara a tiempo, por otro, tienen responsabilidad y cuál es su alcance.

Recurran a quienes para el desempeño de su labor no estén pendientes de la ayudas oficiales y o subvenciones castrantes.

Sentar en los banquillos de Agoitz e Iruñea, tal vez, contribuya a aclarar si se actuó con imprudencia o si solo fue una falta de previsión negligente o no. Pero no está de más aplicar la ‘pena de banquillo’ tanto a la CHE como a los responsables de interior y emergencias. Otro si, las laderas de Esa siguen en movimiento a pesar de los ‘informe’ de los técnicos de la CHE.

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