Idoia Ibero y Joseba Azkarraga
Red Ciudadana Sare

Salatzen dugu - Nosotros denunciamos

El próximo 15 de octubre, la Red Ciudadana Sare ha convocado en Donostia una manifestación para pedir la libertad de los presos vascos gravemente enfermos.

No nos cansaremos de repetir que, al igual de otras convocatorias de Sare esta, también, quiere ser un paso más a favor de un proceso de resolución y paz definitiva, que nos permita avanzar hacia una convivencia, que, sin que nadie tenga porque olvidar los sufrimientos padecidos en tantas décadas de violencias, de muchas violencias, apostemos por caminar juntos, a favor de los derechos humanos de todas las personas, y por tanto, también, de las personas que hoy se encuentran privadas de libertad y padecen enfermedades muy graves, en algún caso de carácter terminal.

Hace unos días la madre de uno de estos diez presos gravemente enfermos nos decía que cada día que pasa su hijo en prisión sin ser tratado de sus dolencias es un día perdido y que le acerca más a perder la visión completa.

¿Tan difícil es que el Gobierno español cumpla su propia legalidad y aplique a estos presos la ley que les pueda permitir estar en sus domicilios y posibilite que puedan ser tratados fuera de los muros de la prisión? ¿Tan difícil es que se analice la situación de cada uno de estos diez presos, desde la legalidad, y también desde la humanidad?

Conviene reiterar que no estamos pidiendo nada que no esté ya recogido en la legislación interna española y en las normas europeas que España, como Estado miembro, está obligada a cumplir.
Estamos ante un derecho reconocido en diferentes pactos y Convenios Internacionales. Incluso este derecho está recogido en las recomendaciones de la ONU del 17.12.2015 y en las llamadas «Reglas Mandela».

Existe un paraguas común, en el que todos y todas podemos agruparnos. Ese no es otro, que algo tan universal como la defensa y el compromiso con los derechos humanos.

Qué inmensa contradicción supone que desde el Gobierno español, incluido el Rey emérito y algunos representantes de la oposición, acudan felices y contentos hasta Colombia para estar presentes en los que ellos mismos han denominado «día histórico», por la firma de la paz entre las FARC y el Gobierno colombiano, y cuando algunos periodistas les han preguntado si lo que está ocurriendo en Colombia podría ser de aplicación en el denominado «caso vasco» han respondido al unísono: «No, por Dios. Nada tiene que ver una situación y otra. En nuestro País ha habido un terrorismo de ETA y ya hemos terminado con él, y ahora sus presos cumplirán toda la condena».

Esta es la actitud de una clase política española, ubicada en el cortoplacismo e incapaz de entender que la decisión de ETA, adoptada hace 5 años, ha puesto punto final a un problema.
Las décadas de varias violencias ejercidas en nuestro país no se podrán dar por cerradas hasta que las consecuencias de las mismas no hayan finalizado también.

Y consecuencias son también la existencia de 360 presos y presas, a los cuales, diariamente, minuto a minuto, se les están vulnerando sus derechos ante la pasividad, si no participación activa, de una justicia que mira hacia otro lado y se pliega a los intereses políticos de quien manda, y también, de una prensa, con excepciones, que tiende a mirar hacia otro lado, porque al parecer «no es políticamente correcto» denunciar esta vulneraciones.

Y entre estos 360 presos y presas hay diez que deberían ser tratados de sus enfermedades fuera de la prisión.

Hacemos un llamamiento a la ciudadanía vasca, a los partidos políticos y a las instituciones, para una mayor implicación en la solución definitiva de este problema.

Dejemos atrás las actitudes revanchistas. No nos conducen a nada. A nada bueno. Apostemos por la convivencia. Nuestros hijos e hijas, nos agradecerán que les dejemos una sociedad mejor, más cohesionada en convivencia, que la que nosotros recibimos de nuestros mayores.

Es por ello que ese «Salatzen dut/Yo denuncio» que la Red Ciudadana Sare ha puesto como herramienta en manos de la sociedad vasca es ese grito silencioso que se escuchará en las calles de Donostia, el próximo 15 de octubre, a partir de las 17 horas en el Boulevard.

Que nos oigan y que nos sientan.

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