Fede García
Barakaldo

¿Tercera República Vasca... por qué no?

Un nuevo 14 de Abril del dos mil catorce. ¿Y, van…? 83 año más, en un país y paisaje, manchado de problemas, ya ¿permanentes…? : Exclusión, apostasías democráticas, corrupción porque se puede, desmantelamiento del mal llamado estado de bienestar social, por orden superior: Bruselas y de la Europa de las manos manchadas de avales democráticos para los propios, pero de políticas excluyentes para los demás: Lampedusa, inmigración desechable, fronteras administrativas intangibles –Leyes de Extranjería y de Asilo y Refugio, inaceptable, pero que justifican– por otra parte - las visibles en forma de murallas sangrantes, con víctimas propicias de la violencia gubernamental, visibles siempre por interés de los Gobiernos, a los efectos de reacondicionar y casi destruir las conciencias sociales más proclives a la comprensión y a la solidaridad más elemental.

A no olvidar el ninguneo del principio de Justicia Universal ya carcomida en honor del dinero y de los poderes de los mercados omnipresentes –China, USA– y demás burladores de los derechos humanos fundamentales – las fosas comunes en cunetas sin nombre ¿1936-1045…? inmunes, por el momento, casi todas, al reconocimiento más elemental, tanto de lugar, como de identificación de los autores físicos responsables de los asesinados por razón de ideología, pertenencia efectiva a organizaciones democráticas o sospechosos de serlo. Por cierto, quién asesinó a Manuel Fuentes Mesa, en ¿1975/1976…? Era un simple trabajador, inmigrante local, de Jaén, para más detalle. Era un activista de las incipientes C.C.O.O. locales vascas -Corriente Unitaria-. Le dispararon mientras jugaba al futbol en Gallarta. Desaparecido, por el momento, de la lista de víctimas de la dictadura.

Las luces y sombras de la Segunda experiencia democrática (1931) tras largos siglos de oscuridad y atraso social, educativo, cultural y económico,- tras el forzoso paréntesis del alzamiento militar de 1936, avalado por los poderes de siempre, incluida la jerarquía de la Iglesia Católica, más cuarenta años de prórroga forzosa, no han de servir para apagar los intentos de democratizar de modo horizontal un estado en permanente riesgo de exclusión en casi todos los campos: Sanidad, Educación, Vivienda, Trabajo, Dignidad Social, Derechos Humanos, Violencia- apellidada de Género- entre otras, suicidios inducidos bancarios, etc.

La II República, por ejemplo, abrió la enseñanza laica a las capas de población populares, con la gratuidad efectiva como elemento central de su sistema, heredado en parte de las experiencias educativas, que en décadas anteriores. puso en marcha la Institución Libre de Enseñanza. Las mujeres ejercieron por primera vez el derecho de voto. Las organizaciones obreras y políticas vieron sus actividades legalizadas. La República, trató de ser flexible con Catalunya, País Vasco, Galicia, etc. ¿Lo es y lo será la Europa del Espacio Schengen, ahora en el año 2014? No parece que en los cartapacios del Parlamento Europeo, de su Comisión, de sus presidentes y demás parafernalia añadida, a través de sus diputados temporales votados en los corrales y majadas locales, sean capaces de ser homologados por el sentido común popular. 25 de Mayo: Sorpresa. ¡Elecciones Europeas! Extrema Derecha a la vista.

Sin embargo, el final de un segundo intento de democratizar el estado, de modernizar la administración, de universalizar las libertades, se congeló, fracasó mediante la fuerza militar en estado puro y el vacío de los vecinos: Pacto de No Intervención. Cuarenta años de dictadura militar posterior, fue el peaje a pagar a escote por una ciudadanía harta de los privilegios de los menos a costa de los de todos los demás. Aún hoy, 2014, seguimos casi igual, aunque con la ¿excelencia? de la pátina que da el tiempode a un Borbón –Sr. Juan Carlos Primero– que dicen que nos representa con la Constitución en la mano, más un Gobierno abiertamente antisocial que nos abruma y nos oprime, un dia sí y otro también, con el encarcelamiento y, en su caso, lanzamiento policial – Corrala UTOPIA en Sevilla en los últimos segundos - de las víctimas sobrevenidas de unas políticas perversas, que inundan los Juzgados día tras dia, a base de golpes de Leyes Hipotecarias en estado puro, a mayor gloria de la Banca sin disfraz y sin conciencia alguna, sumando a ello, las contrarreformas impresentables, entre otras: Ley de Aborto – Enseñanza verticalizada – derechos laborales customizados al gusto patronal. 

Me reconozco de manera explícita en una fecha: 14 de abril, que de modo interesado, siguen intentando que sea sinónimo de olvido, mediante la revisión continua de la historia de ayer mismo, de unos instantes –apenas cinco años- que abrieron la esperanza a millones de personas, que por una vez se sintieron sujetos de algo nuevo: Libertades Públicas Básicas sin adulterar.

Más de ochenta y tres años después, algunos pensamos que no sería mala idea reivindicar aquello que sigue proscrito por el sistema actual: debatir, aprobar, y en su caso sancionar- por quien proceda - democráticamente la forma de organización de un estado, de un país, de una nacionalidad, o de lo que haga falta. Este tema es una asignatura pendiente en una esquina local, que se blinda en una Constitución obsoleta, y que viene produciendo hastío en parte de las nuevas generaciones post-consenso, aunque desde la Europa de los ¿Cuántos … 27, 28, 29, o los vecinos que hagan falta, más un nuevo estado simpatizante: aunque sea una Ucrania en pedazos, con el aval en parte de la extrema derecha local y permiso de sus señorías europeas, y no se acepte, por el contrario, una simple consulta en el extrarradio del campus -Catalunya, por ejemplo-.

Abogo por no olvidar jamás. Abogo por el derecho a decidir democráticamente en todos los ámbitos, desde los más elementales a los más complejos. Lo contrario es hurtar y ocultar el debate y las decisiones a la voluntad popular, en ámbitos reservados durante siglos a las elites económicas, políticas y militares de turno. Decidir sobre la organización de cualquier entorno, aquí, allá o más allá, debe de ser al ABC de unas democracias minoradas en sus obligaciones, auto-convencidas de que son la avanzadilla del desarrollo posible en un cambiante sistema de libertades públicas que ni están consolidadas, ni quieren que lo estén, por siempre jamás.

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