Miren Larrion
EH Bildu Gasteiz

Un año del «Agur Maroto»

Los aniversarios son esas fechas malditas que te obligan a pararte y a hacer balance. Parar por un momento y desde la distancia, porque 365 días son una distancia; una mirada, un resumen de lo acontecido.

Costará olvidar la foto fija de aquel día. El discurso xenófobo y racista que pretendía dividir Gasteiz en dos tuvo dos reflejos. Uno, el principal, en la calle; con todo lo que supuso Gora Gasteiz. Y el segundo, el eco que tuvo éste en el marco institucional: el compromiso de EH Bildu de sacar al responsable político de ese discurso del sillón de alcalde. No fue un compromiso que defendiéramos en soledad. Además del impulso popular, también hubo otras fuerzas políticas que empujaron en la misma dirección.

La alcaldía fue la exigencia del PNV para entrar al cambio. Una entrada inicialmente prevista con el PSE. Y en una tensa mañana, esa 13 de junio, y en extremis, el PSE cedió a las presiones del PP, pero los planes de Maroto para retener la alcaldía se volvieron a desbaratar. El paso atrás del PSE no hizo más que dejar en evidencia su insignificancia política. La primera, pero no la última, en la que el PSE ha renegado de su palabra en estos 365 días. Cual Judas, también ha sido el discípulo más amado de aquel al que traiciona.

Un año de aquel cambio y hora de valorar qué ha dado de sí.

Por una parte, y en el balance positivo: la rebaja del discurso, la tensión y el enfrentamiento en la ciudad. El trabajo de Gora Gasteiz dejó semillas que han germinado, relaciones que se han estrechado y sendas que se han abierto. Sin embargo y en el debe, tenemos que apuntar que no hemos sabido dar pasos significativos, y que incluso la relajación del discurso también parece haber desactivado la respuesta popular.

Este año hemos asistido a la crisis de los refugiados, el acuerdo de la vergüenza de la UE, y Gasteiz no ha sabido estar a la altura de las circunstancias.

Lo mismo podemos decir de las reiteradas denuncias de ghetización en las aulas, concentraciones de alumnos en centros y falta de respuesta del sistema educativo al reto que es la diversidad cultural. El tema de la convivencia entre diferentes sigue siendo una asignatura pendiente que tenemos que trabajar.

A nivel municipal y desde el primer día EH Bildu, con las fuerzas de izquierdas, hemos trabajado para iniciar un giro a la izquierda de esta institución. Y en el haber tenemos partidas incorporadas en el presupuesto municipal que aprobamos conjuntamente, desde partidas por el empleo verde, ayudas al euskara, plan agroalimentario, planes rehabilitación integral barrios antiguos, plan de vivienda en alquiler, etc. Partidas en cuya definición y planteamiento nos hemos involucrado activamente. En la columna del debe destacar que el cumplimiento del presupuesto municipal en estas partidas es casi nulo.

En paralelo, el gobierno de Urtaran siempre ha demostrado cuales son sus prioridades. No tuvieron ningún problema en acordar una bajada de impuestos a las grandes empresas que rubricaron en el despacho de alcaldía junto con el PP y el PSE.

Fuera de este marco, en la realidad, ha sido el movimiento feminista el que ha dado el paso más firme. Frente a datos que nos llevan al pesimismo en denuncias de violencia machista, con una fallecida a incorporar en ese nefasto balance, vemos a un movimiento que reclama respuestas, se empodera y busca una sociedad justa, basada en la igualdad.

El déficit de la sociedad en igualdad de género, de oportunidades, de distribución de riqueza, la precariedad laboral, etc. sigue siendo nuestro principal motivo para trabajar por el cambio. Para trabajar por una sociedad cada día un poco más justa.

Todo es compone un balance con claroscuros. Un balance que, aun así, nos confirma dos cuestiones. Una es que cuando los partidos políticos hablan de cambio, se suelen referir al recambio en los sillones, sin modificación sustancial de las políticas. El PNV no va a cambiar el modelo, ni ahora ni nunca.

Y segunda, incluso aunque EH Bildu estuviera gobernando, el cambio no se puede dar (solo) desde la institución. El esquema institucional está diseñado para mantener el modelo imperante, y la inercia de la gestión es perversamente efectiva. La institución podrá, en todo caso, alinearse con los cambios que vengan desde la calle, darle vías y ser esta corriente la que neutralice la inercia institucional. «Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo» decía Arquímedes. Y así el punto puede ser la institución, pero la fuerza vendrá desde la calle.

Muchas veces nos han preguntado periodistas y compañeros si ha merecido la pena. De momento la respuesta es, sin ninguna duda, que acertamos desalojando a Maroto. Tras un año, otra certeza clara es que EH Bildu desde la alcaldía hubiera hecho mejor las cosas. El momento actual se puede enmarcar, por tanto, en una transición, ya que Urtaran sigue representando una fórmula ya caduca en política. La garantía para avanzar mejor y más rápido hacía la Gasteiz Berria pasa por EH Bildu. Pero también sabemos que esto no ha hecho más que empezar, que tenemos un camino por recorrer y que en esa también vamos a estar, porque si hay algo que también hemos visto, es que es posible.

Por eso, acabar recordando las palabras de Gramsci: «Instrúyanse, porque tendremos necesidad de toda vuestra inteligencia. Agítense, porque tendremos necesidad de todo vuestro entusiasmo. Organícense, porque tendremos necesidad de toda vuestra fuerza.»

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