Entre tú y la felicidad existe un magno y profundo abismo intermedio, que es la muerte. El sistema capitalista de producción (el sociallista cayó con el muro de Berlín) ha hallado sustituto para la mano de obra humana, es el robot. La siguiente etapa es pensar las formas para eliminar a las personas, con ellas desaparecerá su historia, la familia, la educacion, la ley, y tambien su medio ambiente y ecosistema.

A través de ideologías utópicas e idolatrías, disfrazadas de bondades para la humanidad, ya se está atacando la esencia e identidad humana, su forma de ser, reproducción, la forma de mantenerse en una moral, en definitiva su ética.

El robot garantiza sumisión, algo que la persona haciendo uso de la libertad no hace. El ordenador puede trabajar en cualquier clima de nuestro planeta o del universo, y las ¡24 horas del dia! Es a todas luces el «desideratum» de todo poder absoluto.

Cada vez la inteligencia brilla menos (Vid. Informe Pisa) y los planes de estudio son más esupidizantes, hasta conseguir que el nivel de crítica humano medio disminuya hasta desaparecer, lo que conocemos como encefalograma plano, y domesticar a los pocos humanos que queden, innecesarios ya para la supervivencia de ese nuevo sistema económico y de poder, que aunque no tiene rostro, o no se lo vemos, está y siempre ha estado latente a lo largo de la historia.

La criatura, el robot, se come a su propio creador, más no será eterno, en su momento y cumplida la máquina su mision, los mismos que ahora lo ponderan y promocionan, un día también lo sustituyan y, sin contemplaciones ni agradecimientos, lo tiren a la basura. Vanitas vanitatis... vanidad de vanidades... Sic transit gloria mundi, así pasa la gloria del mundo (Biblia).