Xabier Rodríguez, Luis Martul y Nicolás Xamardo

¿Un nuevo estatuto para Catalunya?

Una vez concluya esta representación parlamentaria, cuya agitada escenificación nos ha tenido entretenidos durante unos días, podemos ir vislumbrado el verdadero escenario donde irán apareciendo los términos reales de lo que está verdaderamente en juego.

¿Alguien, con una mínima sensibilidad política, podría pensar que este escenario sería posible sin la tutela de los poderes fácticos del Estado español? ¿Cómo entender si no el sintomático acuerdo exprés PSOE-Podemos? Si no existiese ese mandato, ¿estos partidos se atrevería a decir lo que dicen y hacer lo que hacen? La historia muestra claramente que estas formaciones, antes que atender las exigencias populares, están para servir los intereses de las élites del Estado.

En última instancia, todo este trajín, aparentemente autónomo, está provocado por la situación que vive Catalunya. El Estado español, tras el fracaso de la vía represiva (judicial-policial), sabe que su gran aliado en Catalunya es ERC. Recordemos que Oriol Junqueras, ya propugnaba, antes de su encarcelamiento, que su estrategia pasaba por alcanzar un reformado estatuto de autonomía, refrendado por una consulta. La independencia, supuestamente vendría, tras un proceso de importante acumulación de votos…

Por su parte, el Estado español busca desactivar el proceso y para ello elabora una alternativa que, curiosamente, coincide con la de ERC (un nuevo Estatuto). El procedimiento para alcanzar este objetivo son las elecciones. El Estado español confía en que ERC consiga la presidencia de la Generalitat. De este modo, quedaría constituida una mesa bilateral de la que, como en las presentes negociaciones, estaría excluido el independentismo. Todas estas maniobras político-judiciales (inhabilitación de Torra) tienen como objetivo forzar unas elecciones anticipadas.

Sin embargo los que propugnan esta vía y los comprometidos en ella, parece que ignoran que lo que hubiese sido posible hace unos años, hoy resulta inviable: el pueblo catalán siente la inevitabilidad de la independencia.

Tienen claro, como canta Txarango: «Ya no nos alimentan migas, ya queremos el pan entero.»

En fin, como dice Otegi: que «si alguien piensa que en Catalunya es posible superar el conflicto político con una reforma estatutaria, está muy equivocado».


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